La palabra inglesa queer fue un insulto que significaba anormal, torcido, desviado… todo aquello que no podía ser clasificado era queer; pero a finales de los años 80, varios grupos empezaron a utilizar la palabra para autodenominarse y romper así con la norma
Fabiola Rocha
Regeneración, 30 de septiembre de 2015. Enfocado en la destrucción de los géneros tanto sexuales como creativos, el Arte queer es una de las manifestaciones culturales que están desarrollándose en nuestra ciudad.
Performance, pintura, video, instalación, danza, todas las formas de arte que conocemos podrían ser queer pero a decir de Miroslava Tovar, videoasta queer, el término se refiere a un posicionamiento político que cuestiona los estereotipos y las normas.
“El Arte queer es arte político, basado mucho más en temas de género pero que también cuestiona otras cosas que tienen que ver con clase, raza, con muchos temas que quedan fuera de los cuestionamientos normados. No se queda en sexo y género, sino todas las demás identidades”, dijo.
Durante mucho tiempo, la palabra inglesa queer fue un insulto que significaba anormal, torcido, desviado… todo aquello que no podía ser clasificado era queer; pero a finales de los años 80, varios grupos empezaron a utilizar la palabra para autodenominarse y romper así con la norma.
Aunque para Joyce Jandette, artivista y performancera, la palabra inglesa poco dice en latitudes latinoamericanas.
“A mí la verdad me ha costado mucho trabajo que me signifique algo la palabra, cuando sales a la calle, como artivista, o como alguien que quiere incidir en su entorno, queer no dice nada acá”, dijo Jandette.
Para Miroslava, ni la palabra ni la tendencia artística es muy conocida en México, aunque reconoce que desde hace cinco años, se está volviendo más fuerte, tienen más eventos, y se está investigando más.
El queer es una tendencia de pensamiento que empezó en Europa y Estados Unidos, es por ello que casi toda la información viene de allá, y aunque existen puntos de encuentro, Jandette y Tovar coincidieron en que era necesaria una apropiación del término.
“Toda la información que nos llegaba era europea o de Estados Unidos, y muchas cosas no aplican en nuestras realidades. Entonces, de ahí se empezó a cambiar al término y se empezó a escribir españolizado, Cuir, con C y se hizo un poco más hacia Lationamérica.”, dijo Tovar.
El queer es una corriente que lucha contra las etiquetas, por eso, para Miroslava Tovar, es raro autodefinirse como queer, considera que es mejor hablar de “identidades móviles” en donde todo está en cuestionamiento, incluso la forma de hacer Arte.
“Para mí el arte no es el fin, no es un fin tener un objeto de arte, el arte es el medio para llegar a otras cosas. Trato de llegar a tener propuestas de soluciones a estos cuestionamientos. Sería muy limitante pensar en que el final de un cuestionamiento es un objeto”, contó.
Jandette, por su parte, no está segura que haya arte queer en México, que más bien son un grupo de personas haciendo arte.
“Estamos haciendo arte pero sin desvincularlo de una práctica política, creo que más que Arte, se trata de cuerpo, política y feminismo, un feminismo que es prosexo, que pone a la sexualidad, el cruce entre sexos en primer plano”, dijo.
Por el momento en arte queer en el DF empieza a ganar espacios, han existido muestras en el Femstival en el Museo del Chopo, el Akelarre Cuir en el MUAC, y recientemente se estrenó la Casa Gomorra, un espacio que apoya proyectos con líneas transfeministas, de disidencia sexo-género y economías sustentables.
Para Joyce Jandette, el problema no son los espacios, sino atraer a personas a conocer la tendencia, aunque reconoce que en el último año, muchas personas se han sumado por la invitación a pensar la realidad desde otro esquema.
“No hay nada fuera del sistema, es más el sistema está dentro de nosotros y si no se puede escapar, lo que yo propongo es construir un mundo dentro de este mundo en el que podamos vivir. Crear ese tipo de ficción”, concluyó.