Ningún otro director general de la mayor paraestatal del país, desde los años 80, ha tenido la línea directa con el Presidente de la República en turno como la ha tenido Emilio Lozoya.
Regeneración, 14 de agosto de 2017.- El ex director general de Pemex (2012-2016), Emilio Lozoya Austin ha sido nombrado en varias ocasiones en investigaciones de la justicia brasileña sobre el caso de Odebrecht, cabe resaltar que esta constructora esta ligada a casos de soborno.
De acuerdo a algunas declaraciones de altos exejecutivos de dicha empresa, afirman que el ex director de Pemex recibió “propinas” por al menos 10 millones de dólares para ofrecerle a esa firma contratos a modo.
Relacionado con el sector energético casi por herencia, su padre Emilio José Lozoya Thelman, secretario de Energía de 1988 a 1994 y también director del ISSSTE en la administración de Carlos Salinas de Gortari .
Así fue que Lozoya Austin conformó redes de influencia en el sector energético ligadas al Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde antes de convertirse en director de Pemex en noviembre de 2012.
Ya que ingresó a la dirección de la petrolera y también fungía como director general de JFH Lozoya Investments, y como miembro del Consejo de Administración de la constructora OHL.
No sólo es el caso Odebrecht
Este no es el primer escándalo de corrupción que enfrenta Lozoya Austin, en mayo de 2015 se señaló al exdirector como receptor de sobornos por parte de directivos de OHL para que fueran asesorados con el fin de obtener mejores contratos con Pemex .
Lozoya Austin, de 2003 a 2006 trabajó como oficial de inversiones en la Corporación Interamericana de Inversiones (IIC) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), luego se desempeñó como jefe para América Latina del Foro Económico Mundial (FEM).
En el Foro Económico Mundial Lozoya estrechó relaciones con Luis Videgaray, quien en esos momentos era el secretario de Finanzas del Estado de México, y hoy es el secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de Peña Nieto. Además de este vínculo, ambos personajes tenían en común haber sido alumnos de Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda cuando el padre de Lozoya Austin era secretario de Energía y Carlos Salinas de Gortari, presidente de México.
Hoy Aspe es uno de los nuevos petroleros que ingresaron a explotar hidrocarburos, tras la reforma energética de 2013, pues es uno de los socios de la empresa Diavaz Off Shore.
Corrupción entre Odebrecht y Pemex
El gasoducto Los Ramones, que atraviesa cinco estados del país y tuvo una inversión de 1 mil 200 millones de dólares, y Etileno XXI, un complejo petroquímico que aumentó su inversión a 5 mil 200 millones de dólares durante la dirección de Lozoya Austin, son dos contratos donde se presume que hubo corrupción entre Odebrecht y Pemex.
Además de esto, hay otros contratos más pequeños relacionados a refinerías y plantas de tratamiento de agua en Veracruz, Guanajuato e Hidalgo, que también sucedieron bajo la mirada de Lozoya Austin y con los que Odebrecht pudo elevar los costos de construcción para sacarle provecho a su alianza con la petrolera.
En septiembre de 2013 la petrolera firmó con Odebrecht, en conjunto con ICA Flour, un acuerdo por 3 mil 463 millones de dólares para el proyecto de aprovechamiento de aguas residuales en la refinería Miguel Hidalgo, en Tula, Hidalgo. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró un pago injustificado de 120 millones de pesos a Odebrecht. Aún así, en abril de 2014 se firmó el primer contrato para la refinería Tula, por 131.9 millones de dólares. Un año más tarde, en noviembre de 2015, se dio el segundo contrato para la modernización de la planta, por 115.7 millones de dólares.
Odebrecht sacó provecho con la refinería de Salamanca, en Guanajuato, a ella se le adjudicó directamente el contrato para su modernización con un costo de 85.3 millones de dólares. En ese caso la ASF también encontró un pago injustificado de 822 mil dólares a la empresa brasileña.
En 2015, Odebrecht ya era más que un cliente frecuente para Pemex
En ese año se continuó con la alianza para que Odebrecht desarrollara estudios ambientales, arqueológicos, cotizara servicios y precios, y elaborara el presupuesto del Gasoducto Transfronterizo Quetzal, que conectará México, a través de Oaxaca, con Guatemala. El contrato fue por 800 millones de dólares.
Odebrecht llegó a México en 1991 y desde entonces construyó un imperio de relaciones cercanas al poder que, año con año, resultaron en una mayor participación de la constructora en importantes obras de infraestructura mexicana. Para prueba están las reuniones de Marcelo Odebrecht (tercera generación de propietarios) con el expresidente Felipe Calderón en 2011 y el actual presidente Enrique Peña Nieto en 2013.
Con información de: Agencias