La empresa china de ferrocarriles CRCC anunció que estudia emprender acciones legales por la decisión del gobierno de México de anular la licitación que acababa de ganar junto con otras empresas mexicanas para construir un tren de alta velocidad.
Regeneración, 10 de noviembre de 2014.-Según la agencia Xinhua, China Railway Construction Corporation (CRCC) está «sumamente sorprendida» por la decisión de México de anular, el pasado 7 de noviembre, la licitación que había ganado unos días antes para construir la línea de alta velocidad entre la Ciudad de México con la industrial Querétaro, de 210 kilómetros por un valor de 50.800 millones de pesos (3.760 millones de dólares).
Ahora, la empresa china establecerá un equipo legal tras recibir la notificación de la decisión y aseguró que recurrirá a la justicia para proteger sus intereses legítimos si fuera necesario.
CRCC y las firmas mexicanas Prodemex, Constructora y Edificadora Gia, Constructora Teya y GHP Infraestructura Mexicana, habían sido los únicos postores en esta licitación.
La compañía recordó que había seguido estrictamente los procedimientos de la licitación pública y la oferta cumplía los requisitos exigidos por el gobierno mexicano.
«La parte mexicana tiene toda la responsabilidad por la anulación del acuerdo. No tiene nada que ver con nuestra compañía. Estamos siguiendo de cerca cualquier acontecimiento», dijo CRCC.
Enrique Peña Nieto, que tiene previsto llegar este lunes a Pekín para participar en el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico y realizar una visita de Estado a China, decidió anular la concesión debido a las «dudas e inquietudes que han surgido en la opinión pública», según explicó la secretaría de Comunicaciones y Transportes.
La decisión pretende dar «un tiempo más amplio y propiciar la posible participación de un mayor número de fabricantes de trenes, así como de fortalecer la absoluta claridad, legitimidad y transparencia» del proceso.
La dependencia señaló que próximamente se hará la reposición de la licitación.
El consorcio chino había sido el único postor para este ambicioso proyecto ferroviario, después de que 16 empresas declinaron la convocatoria, incluyendo gigantes de la industria como la japonesa Mitsubishi, la francesa Alstom, la canadiense Bombardier y la alemana Siemens, según Comunicaciones y Transportes.
El tren está proyectado para ser el primero de alta velocidad en el continente americano, en un recorrido que ahora toma unas dos horas y media, y se reduciría a 58 minutos a una velocidad de 300 kilómetros por hora.
El gobierno de México tenía previsto que las obras se iniciaran en diciembre para que hacia 2017 empezara a operar el tren, que se prevé transportará unos 23.000 pasajeros diariamente.