En Benito Juárez con el PAN ganaron inmobiliarias y contratistas

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Los resultados en la pasada elección de jefe delegacional en Benito Juárez, así como diputados locales y diputado federal, reflejan un resultado inusitado a favor de los candidatos del Partido Acción Nacional producto del apoyo de inmobiliarias y contratistas

por Jesús González Schmal

Regeneración, 21 de junio de 2015. Los resultados en la pasada elección de jefe delegacional, diputados locales y un diputado federal, en la Benito Juárez reflejan un resultado inusitado a favor de los candidatos del Partido Acción Nacional y, en particular, de Christian Von Roehrich. Este, actualmente, ocupa y cobra por una curul en la Asamblea Legislativa, y pasará a ser el sucesor del actual titular, Jorge Romero, quien pidió licencia para ocupar una diputación en la próxima Legislatura al encabezar la lista de los candidatos plurinominales del blanquiazul. Fue descarado el enroque de esta pareja, que maneja y financia la dirección del PAN en el Distrito Federal.

Los 53,038 sufragios que obtuvo el PAN, contra los 29,508 de su más próximo contendiente, de Morena, son inverosímiles en términos democráticos porque Acción Nacional y sus candidatos empezaron la campaña desde diciembre del año pasado, cuando la debían haber iniciado, legalmente, a mediados de abril de este año, y, desde luego, rebasaron el límite de gasto total autorizado por el INE, de un millón 200 mil pesos, para toda la campaña, que erogaron, tan sólo, desde la primera semana. Ni con tales ventajas ilícitas se podría explicar ese resultado si se considera la situación que priva en la delegación después de 15 años de administración neopanista.

El balance de esa gestión es desastroso en todos los rubros, empezando por el inocultable saqueo financiero de la que ha sido objeto y del deterioro urbano, a todas luces perceptible, por la multiplicación, ad infinitum, de edificios, centros comerciales y unidades habitacionales, todo fuera de norma y coherencia. Si a esto agregamos la inseguridad, la insuficiencia de agua, la precariedad de servicios de mantenimiento de parques y de recolección de basura, etcétera, resultaría inexplicable, y hasta irracional, la emisión de un voto para acelerar esta decadencia.

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De toda la comunidad juarense fue sabido el denigrante espectáculo que protagonizaron los dos más cercanos colaboradores de Jorge Romero, actual jefe delegacional (Eguren y Pederzini), quienes, en Fortaleza, Brasil, intentaron abusar de una mujer, que al ser defendida por su marido, éste fue golpeado brutalmente por los influyentes servidores públicos de la Benito Juárez, que quedaron encarcelados. Para México fue una vergüenza la noticia, que recorrió el mundo. No pudo ser indiferente para los habitantes de la delegación

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Los periódicos “Reforma”, “Milenio” y “Más por Más”, la televisión e Internet, dieron cuenta de la corrupción interna en la delegación exhibiendo videos en los que uno de los proveedores que prestó servicios desde la campaña de 2012 a Jorge Romero pretende que le liquiden el adeudo que, a su vez, se había incrementado con nuevos servicios que, para justificar su inclusión en adeudos oficiales, le había pedido el delegado con la promesa de que le pagaría lo anterior y lo actual. En el diálogo filmado, el secretario de Finanzas de la delegación le dice al proveedor que Romero ya pidió licencia y que no le puede liquidar porque no tiene fondos, pero que, haciendo una concesión, le presente una factura por venta de pinturas por un millón de pesos.

En otra revelación se publica la lista de las personas que aparecen en la nómina de la delegación, entre las que se encuentra la esposa del actual encargado de la misma, Ricardo Amezcua, y al menos ocho familiares más de los directivos en ejercicio de la administración. Se exhibe también a otro proveedor que confiesa que al atrasarle los pagos, e insistirles en su liquidación, le pidieron que el 30 por ciento que le correspondía al delegado lo aportara, por anticipado, para el pago de la publicidad para la reelección de Gustavo Madero como presidente del blanquiazul. El contratista aportó las cantidades solicitadas y, a la fecha, no ha recibido liquidación alguna.

Es igualmente conocido el hecho de que en las propias instalaciones de la jefatura delegacional se llevaban a cabo bacanales con cargo al presupuesto público, además de las que se corrían en antros clandestinos, a los que era asiduo. El hoy candidato electo Von Roehrich se embriagaba, al extremo de no percatarse de que lo estaban filmando en condiciones que exhiben su verdadera personalidad. El último video en YouTube lo muestra ebrio, y seguramente bajo los efectos de un estupefaciente, tratando de golpear al empleado de un taller mecánico que se tiene que defender con el palo de una escoba, haciendo caer al nuevo delegado como fardo sobre el piso sucio.

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Es en este contexto que la incredulidad del resultado tiene su fundamento. Nadie en su sano juicio podría imaginarse que una comunidad como la juarense, con el más alto promedio nacional de nivel de estudios, tome conciencia plena de la amenaza que para el mínimo derecho a un nivel de bienestar significará la obra del macro túnel o deprimido en Río Mixcoac, o el atentado que representa para la historia de la demarcación el haber demolido el edificio de la Octava Delegación para cederlo, como estacionamiento, a un centro comercial. La misma instalación de parquímetros, ciclovías o tubería de gas natural rompiendo el pavimento, sin haber sido consultadas con la ciudadanía, como lo ordena la ley de la materia, no podrían haber sido avalados mediante un voto libre.

Nadie duda, ya, que la mano negra de los contratistas de Manacar, el macro túnel o deprimido, y la invasión de altas edificaciones sin ton ni son, estuvo detrás de este proceso electoral. Fueron ilimitados los dineros disponibles para una absurda victoria de los neocaciques de la Benito Juárez.