En el Índice de Impunidad, México ocupa el 8º lugar, de asesinatos vs. periodistas según el CPJ

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La violencia letal y sin castigo contra la prensa creció abruptamente en Pakistán y en México, lo que marca la continuación de una tendencia sombría y de larga data en ambos países, según reveló el Comité para para Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) en su actualizado Índice de Impunidad. El índice global, que calcula crímenes de periodistas no resueltos en relación con la población de cada país, señala que las autoridades pakistaníes fracasan de modo regular cuando deben impartir justicia en los casos de asesinatos de periodistas, incluyendo varios casos de vínculos sospechosos con el gobierno, mientras que funcionarios mexicanos siguen sin ofrecer respuestas efectivas para combatir a los grupos criminales que atacan a la prensa en vastas regiones del país.

«La impunidad es el oxígeno de las agresiones contra periodistas y es el motor de los que buscan silenciar a la prensa por cualquier motivo», indicó Javier Garza, subdirector editorial del diario mexicano El Siglo de Torreón. Sujetos armados han atacado las instalaciones del diario en Coahuila en dos ocasiones en los últimos cuatro años y si bien no se registraron víctimas fatales, nadie ha sido arrestado. «Los ataques nos han llevado a la certeza de que no podemos confiar en las autoridades para protección».

El índice del CPJ encontró mejoras en países como Colombia y Nepal, así como también un declive prolongado de violencia contra la prensa en Bangladesh que motivó que este país abandone la lista elaborada por la organización. Pero los cuatro peores países en términos de luchar contra los asesinatos de periodistas –Irak, Somalia, Filipinas y Sri Lanka–, no demostraron casi progresos.

La difusión del índice del CPJ se produce después de dos hechos internacionales relevantes que llevan a la lucha contra la impunidad en direcciones marcadamente distintas. En marzo, el Senado de México aprobó una reforma constitucional que, de ser adoptada por los estados, federalizaría los crímenes contra la prensa y otorgaría jurisdicción a las autoridades federales para hacerse cargo de las investigaciones, medida considerada como un paso crucial para luchar contra la impunidad en ese país. Pero el mismo mes, la 28ª sesión bienal de la UNESCO fracasó en su intento por refrendar un plan para fortalecer esfuerzos y combatir la impunidad luego de que la propuesta recibiera objeciones de Pakistán y otros dos países, India y Brasil, que tienen altos índices de violencia letal contra la prensa. El plan de la ONU, que podría avanzar a pesar del contratiempo, fortalecería el trabajo del relator especial para la libertad de expresión y brindaría apoyo a los estados miembros en la promoción de leyes federales para procesar a los asesinos de periodistas.

El Índice de Impunidad anual del CPJ, publicado por primera vez en 2008, identifica a aquellos países donde los periodistas son asesinados regularmente y los gobiernos fracasan en su intento por resolver los crímenes. Para este último índice, el CPJ examinó casos de periodistas asesinados ocurridos entre el 1 de enero de 2002 y el 31 de diciembre de 2011, y que aún permanecen sin resolverse. Sólo los 12 países del mundo con cinco o más casos sin resolverse son incluidos en el índice. Los casos son considerados no resueltos cuando no se obtuvo condena alguna.

Irak es el país con el peor registro en el Índice de Impunidad del CPJ por quinto año consecutivo y más de 90 crímenes no resueltos, un nivel que eclipsa al de cualquier otro país. La mayoría de los crímenes ocurrieron mientras Irak estaba sumido en guerra, pero aún en la actualidad, a pesar que las autoridades afirman que existe estabilidad, han fracaso en la impartición de justicia y no han resuelto ni siquiera un caso. Somalia, un país infiltrado por la insurgencia y paralizado por la falta de un gobierno central efectivo, está en segundo lugar con 11 asesinatos no resueltos. En Sri Lanka, el cuarto peor en el registro, las autoridades han fracasado en su intento por obtener procesamientos en los asesinatos de nueve periodistas, todos quienes informaban de modo crítico sobre el gobierno del Presidente Mahinda Rajapaksa. Entre este grupo de naciones asoladas por conflictos figura Filipinas, un país que atraviesa una situación distinta, pero está en tercer lugar en el índice. A pesar de la tradición de respeto por la libertad de prensa en Filipinas, el sistema de justicia criminal, disfuncional y corrupto, ha fracasado en su intento de impartir justicia en los 55 casos de periodistas caídos en la última década.

El registro de varios países permaneció estancado, lo que pone de relieve cuán consolidada puede resultar la cultura de la impunidad. Mientras que las autoridades rusas han producido un avance modesto en los últimos años en la investigación de los asesinatos de periodistas, el número de casos creció en diciembre de 2011 con el crimen del editor Gadzhimurad Kamalov en Daguestán, cuyo diario investiga corrupción, extremismo y abusos a los derechos humanos. Brasil ha registrado una situación similar: si bien algunos fiscales han obtenido procesamientos en al menos cinco casos en la última década, crímenes recientes mantienen a este país en el índice. Al contrario, Afganistán no ha hecho ningún avance en el procesamiento de los responsables de los crímenes contra periodistas, pero una disminución de casos hizo que su lugar en el índice mejorara levemente. El índice de impunidad en India, donde los procesamientos exitosos son raros, no presentó casi cambios.

No ocurre lo mismo en Pakistán, donde el índice de impunidad empeoró por cuarto año consecutivo. Los periodistas pakistaníes enfrentan cantidades de amenazas «de asesinos Talibanes, violentos grupos sectarios, y facciones religiosas y étnicas intolerantes», afirmó Najam Sethi, prominente editor de The Friday Times de Lahore, quién también fue víctima de serias amenazas que lo obligaron a abandonar el país por un tiempo. Además, Sethi indicó que la poderosa Dirección de Inteligencia Inter-Servicios (ISI, por sus siglas en inglés) «ha demostrado cierta hostilidad hacia los periodistas que critican las acciones militares». Entre las víctimas pakistaníes recientes figura el periodista de investigación Saleem Shahzad, quien fue asesinado en 2011 luego de informar sobre una infiltración de la red terrorista Al Qaeda en la marina pakistaní.

La investigación del CPJ señala que la violencia letal y sin castigo contra periodistas con frecuencia conduce a una autocensura generalizada en el resto de la prensa. Esto es evidente en México, donde los crímenes de periodistas sin resolverse aumentaron por tercer año consecutivo. El temor a represalias ha producido que algunos periodistas que cubren la fuente del crimen utilicen seudónimos en las redes sociales. Pero incluso las redes sociales no proporcionan amparo suficiente: en septiembre de 2011, el cuerpo decapitado de María Elizabeth Macías Castro, una periodista mexicana que utilizaba las redes sociales para informar sobre crimen, fue hallado sobre el teclado de una computadora con una nota de un grupo criminal que se hizo responsable del hecho.

Además de la legislación que federaliza los crímenes contra periodistas, México ha realizado otros esfuerzos como la creación de un programa de protección de periodistas diseñado sobre la base de una iniciativa en Colombia. Este país, que históricamente ha sido uno de los más letales para la prensa, ha visto signos de mejoría en los últimos años.

«La lucha contra la impunidad en los casos de crímenes contra periodistas es una batalla larga y complicada que involucra a distintos actores, incluyendo a periodistas, grupos de libertad de prensa y, obviamente, el gobierno», afirmó la experimentada periodista colombiana María Teresa Ronderos, quien integra la junta directiva del CPJ. Agregó que se han registrado una serie de procesamientos de asesinos de periodistas, incluyendo los autores intelectuales en algunos casos. «Y este es un hecho positivo. Pero aún queda mucho trabajo por delante porque la mayoría de los casos permanece en la impunidad. Mientras que la violencia letal ha cedido, el número de amenazas ha escalado y las investigaciones sobre esas amenazas no conducen a nada».

Nepal, con el estímulo que supone el procesamiento de responsables en dos casos, también vio mejoras en el índice de 2012. Y por primera vez desde que el CPJ lanzó el índice, Bangladesh no está en la lista. A pesar de que no se registraron condenas en los casos de asesinatos de periodistas en ese país durante la última década, el hecho de que no se documentaran crímenes en un lapso de siete años hizo que Bangladesh saliera de la lista.

A continuación, algunos de los otros hallazgos del Índice de Impunidad:

Periodistas locales son las víctimas en la vasta mayoría de los casos sin resolver. Sólo 12 de los 247 casos en el índice involucran a periodistas que trabajan fuera de su país.
El reportaje político es la cobertura más peligrosa. El treinta por ciento de las víctimas incluidas en el índice del CPJ cubrían información política.
Aún en zonas de conflicto, los asesinatos deliberados son comunes. Cerca del 28 por ciento de los periodistas del índice estaban cubriendo conflicto armado cuando fueron asesinados.
Las amenazas son un fuerte indicador de posible violencia letal. En más del 40 por ciento de los casos revisados para el índice, las víctimas recibieron amenazas de muerte previo a sus asesinatos.
Los asesinos con frecuencia tratan de enviar un mensaje inhibidor al resto de la prensa. En uno de cada cinco casos en el índice, las víctimas fueron torturadas antes de ser asesinadas.
El Índice de Impunidad del CPJ es compilado como parte de la Campaña Global contra la Impunidad de la organización, apoyada por la Fundación Adessium, la Fundación John S. y James L. Knight, Omidyar Network y Open Society Foundations.

EL INDICE
A continuación se detallan los 12 países donde los periodistas son asesinados en forma recurrente y los gobiernos han fracasado en su intento por enjuiciar a los culpables. El índice cubre el período comprendido entre los años 2002-2011.

1. Irak
No se registraron condenas en los casos de 93 periodistas asesinados en la última década. El ritmo de la violencia letal ha disminuido desde 2006 y 2007, cuando decenas de asesinatos ocurrían en medio de una ola de crímenes sectarios, pero los periodistas continúan siendo el blanco de ataques. En 2011, hombres armados asesinaron al conductor de radio y cineasta Hadi al-Mahdi en su casa de Bagdad. Luego de regresar a su hogar en 2008 tras 18 años en el exilio, al-Mahdi documentó sectarismo y corrupción gubernamental. Fue amenazado en los meses antes de su asesinato.

Puntaje en el índice de impunidad: 2.906 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el puesto primer con un puntaje de 2,921

2. Somalia
Con 11 asesinatos no resueltos, Somalia ocupa el segundo lugar por tercer año consecutivo. La prensa somalí ha enfrentado una ofensiva de ataques, la mayoría provenientes de militantes de Al-Shabaab. Pero fuerzas de gobierno transicional también amenazaron a periodistas somalíes. En 2011, tras cubrir una tensa sesión del Parlamento Federal Transicional, el periodista Abdisalan Sheikh Hassan fue baleado en la cabeza por un atacante armado que vestía uniforme militar. La violencia generalizada contra la prensa ha obligado al menos a 68 periodistas a abandonar el país en el Cuerno de África durante la última década.

Puntaje en el índice de impunidad: 1,183 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el segundo puesto con un puntaje de 1,099

3. Filipinas
Incluso tras la horrible masacre en la provincia de Maguindanao en 2009, que cobró la vida de 30 periodistas y otras 20 víctimas, las autoridades de filipinas aún no han logrado combatir la impunidad en forma efectiva. El procesamiento de decenas de sospechosos con vínculos políticos en el ataque de Maguindanao ha sido marcado por demoras y oscurecido por acusaciones de sobornos e intimidación de testigos. El número de muertes aumentó nuevamente en 2011 cuando un sujeto armado disparó contra Gerardo Ortega, un reconocido periodista quien cubría temas de medio ambiente y corrupción, en una tienda de ropa. En marzo de 2012, un tribunal local dictó una orden de arresto contra Joel Reyes, un ex gobernador de la provincia Palawan, acusando de haber ordenado el asesinato de Ortega.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,589 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el tercer puesto con un puntaje de 0,609

4. Sri Lanka
El gobierno de Mahinda Rajapaksa ha fracasado en su intento de procesar a cualquiera de los responsables de los nueve asesinatos que han tenido lugar durante este período en el poder, primero como primer ministro y luego como presidente. Todas las víctimas habían cubierto temas políticos sensibles en forma crítica respecto al gobierno. En 2006, por ejemplo, el periodista tamil Subramaniyam Sugitharajah fue asesinado semanas después de haber informado sobre el homicidio de cinco estudiantes tamiles. Las fotos de Sugitharajah revelaron que los estudiantes murieron de heridas de bala, lo que contradijo informes militares que fueron asesinados por su propia granada. En meses recientes, funcionarios del gobierno han lanzado fuertes amenazas de violencia contra sus críticos, un hecho alarmante teniendo en cuenta que el 60 por ciento de las víctimas en Sri Lanka fueron amenazadas antes de ser asesinadas.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,431 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el cuarto puesto con un puntaje de 0,443

5. Colombia
A medida que la justicia logró obtener algunas condenas y el número de periodistas asesinados se ha reducido, el índice de impunidad de Colombia ha mejorado cada año desde 2008. Pero el registro del país permanece inaceptablemente alto, un legado de su pasado letal y las continuas deficiencias en el procesamiento de casos abiertos. Al menos ocho casos de periodistas asesinados en la última década permanecen sin resolverse. Entre ellos está el caso de Guillermo Bravo Vega, un reconocido periodista de investigación, quien ha denunciado corrupción oficial. Nueve años después de que un hombre armado ingresara al domicilio de Bravo y le disparara en la cabeza, el caso permanece sin resolverse.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,173 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el quinto puesto con un puntaje de 0, 241

6. Nepal
Fuerzas de seguridad débiles y una cultura de protección política crearon un clima de impunidad en Nepal, donde cinco casos de periodistas asesinados permanecer sin resolverse. Líderes maoístas, por ejemplo, han intentado bloquear la investigación sobre el secuestro seguido de asesinato del periodista Prakash Singh Thakuri en 2007. Incluso después de que la Corte Suprema ordenara que la investigación de Thakuri siguiera adelante, las autoridades no han producido resultados. Nepal consiguió obtener algunos éxitos notables en otros dos casos, sin embargo. En 2011, dos sospechosos fueron condenados en el asesinato de 2009 de Uma Singh, quien había cubierto temas sensibles como los derechos de las mujeres y violencia comunitaria.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,167 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el séptimo puesto con un puntaje de 0,205

7. Afganistán
El registro de Afganistán permaneció mayormente estancado. Si bien no se registraron condenas en cinco casos de periodistas asesinados durante la última década, tampoco hubo asesinatos deliberados desde 2008. Entre los casos no resueltos figura el asesinato de Zaki Zakia en 2006, quien fue fundador de una radio independiente en la provincia de Parwan. La emisora era conocida por su cobertura sobre política local, temas sobre mujeres y derechos humanos.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,145 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el sexto puesto con un puntaje de 0,235

8. México
La red de narcotráfico, crimen y corrupción oficial que ha impulsado una ola de violencia en extensas regiones del país también ha producido un efecto devastador en la prensa. Al menos 15 casos de periodistas asesinados permanecen sin resolverse en la última década. Pero con 11 periodistas que han desaparecido durante este período, y una cantidad numerosa de asesinatos cometidos bajo circunstancias poco claras, el registro de México es probablemente mucho peor. Una autocensura generalizada es el resultado de este clima de temor, que obliga a muchos medios de comunicación a abandonar la cobertura de temas sobre crimen y corrupción. Balaceras en las calles de ciudades importantes como el caso de Reynosa no reciben cobertura, según muestra la investigación del CPJ. Periodistas y ciudadanos se han volcado a las redes sociales para intercambiar información sobre las actividades de los criminales, aunque también han encontrado peligro al hacerlo. El asesinato en 2011 de la periodista de Nuevo Laredo María Elizabeth Macías Castro fue el primer caso documentado en la historia del CPJ de una reportera caída en represalia por su labor informativa en las redes sociales.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,132 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el octavo puesto con un puntaje de 0,121

9. Rusia
El registro de Rusia no ha cambiado, con 16 asesinatos no resueltos. La víctima más reciente es Gadzhimurad Kamalov, fundador del semanario independiente Chernovik de Daguestán, quien fue baleado mientras abandonaba su lugar de trabajo en diciembre de 2011. El periódico había recibido amenazas frecuentes por su cobertura sobre corrupción gubernamental, abusos a los derechos humanos y fundamentalismo islámico. Las autoridades mostraron progreso modesto en algunos casos: varios sospechosos fueron procesados el año pasado en el asesinato de Anna Politkovskaya, pero las autoridades aún tienen que llevar el caso a juicio o identificar al autor intelectual. «La impunidad de la que gozan los autores intelectuales es la principal parte del mecanismo que alimenta nuevos asesinatos», indicó Sergey Sokolov, subdirector de la publicación de Politkovskaya, Novaya Gazeta.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,113 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el noveno puesto con un puntaje de 0,113

10. Pakistán
Con 19 casos sin resolverse, el índice de Pakistán ha empeorado en forma considerable en años recientes. Militares y funcionarios de inteligencia están sospechados de haber jugado un rol importante en una serie de casos. En los meses antes de ser asesinado, por ejemplo, el periodista Saleem Shahzad le indicó a colegas y amigos que estaba siendo amenazado por la Dirección de Inteligencia Inter-Servicios (ISI, por sus siglas en inglés). Pero el caso, así como otros, no ha sido investigado seriamente por las autoridades. Luego de intensas protestas a nivel nacional e internacional, el gobierno de Pakistán ordenó una comisión para investigar el asesinato de Shahzad, pero el informe resultante fue ampliamente criticado por no tener en cuenta el posible rol del servicio de inteligencia.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,109 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el décimo puesto con un puntaje de 0,082

11. Brasil
Nuevos ataques letales contra la prensa han producido que Brasil retroceda en sus esfuerzos por combatir la impunidad. La justicia ha sentenciado a los autores en al menos cinco casos de periodistas asesinados en años recientes, mientras que los tribunales condenaron a los que planearon los crímenes en al menos dos casos. Pero dos casos en 2011 pusieron de relieve los graves y constantes riesgos que enfrentan los periodistas de provincia que informan sobre corrupción, política y crimen. En 2011, el director de un periódico local, Edinaldo Filgueira, fue víctima de múltiples disparos después de publicar una encuesta en su blog que reflejaba descontento con el gobierno local. Cinco sospechosos fueron arrestados en el caso. El CPJ ha documentado cinco casos de periodistas caídos no resueltos en Brasil en la última década.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,026 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el duodécimo lugar con un puntaje de 0,026

12. India
Con cinco casos no resueltos, India retuvo su lugar en el índice. Todas las víctimas fueron periodistas de medios impresos que informaban sobre crimen, corrupción y política. A pesar de la condición de India de ser considerada una de las democracias más grandes del mundo y de su tradición de tener una prensa vibrante, sus líderes han demostrado poca voluntad política para abordar la cuestión de la impunidad en los ataques contra la prensa. En marzo, India encabezó la oposición a un plan de seguridad de la ONU que incluía una serie de esfuerzos contra la impunidad.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,005 casos no resueltos por 1 millón de habitantes

Año anterior: Ocupaba el decimotercer pues

METODOLOGIA
El Índice de Impunidad del CPJ calcula el número de asesinatos de periodistas no resueltos como un porcentaje en relación con la población del país. Para este índice, el CPJ examinó asesinatos de periodistas ocurridos entre el 1 de enero de 2002 y el 31 de diciembre de 2011, que permanecían sin resolver. Solo aquellas naciones con cinco o más casos sin resolver fueron incluidas en este índice.

El CPJ define como asesinato a todo ataque deliberado contra un periodista en particular en relación con el trabajo de la víctima. Asesinatos constituyen más del 70 por ciento de muertes entre periodistas relacionadas con su labor, según una investigación del CPJ. Este índice no incluye casos de periodistas asesinados en combate o mientras realizaban tareas peligrosas como la cobertura de protestas callejeras.

Los casos son considerados no resueltos cuando no se obtuvo condena alguna. Los datos de población de los Indicadores Mundiales para el Desarrollo de 2010 del Banco Mundial fueron utilizados para calcular el puntaje de cada país.

image Fuente: Committee to Protect Journalists