Diversas organizaciones civiles, encabezadas por Reinserta, pidieron al gobierno federal y a los legisladores que los niños y niñas que nacen y viven en los centros penitenciarios del país con sus madres sean incluidos dentro del presupuesto penitenciario e incorporados legalmente como grupo vulnerable.
Debido a que no están contemplados en los presupuestos los niños subsisten de apoyos de la sociedad civil. Falta de espacios para dormir, jugar, alimentos adecuados para su edad y hasta carencia de ropa son algunos de los problemas que enfrentan por no tener recursos.
Saskia Niño de Rivera, fundadora de la asociación civil Reinserta, dijo que todos los niños que viven en las cárceles nacieron cuando su mamá estaba presa, por lo cual pueden quedarse con ellas hasta que cumplen tres años, pero como en la legislación no hay un apartado especial sobre ellos, los centros carecen de recursos para atenderlos con consecuencias graves para su desarrollo.
La senadora Angélica de la Peña explicó que hoy se desconoce lo que pasa con los niños que abandonan la cárcel pues no hay un programa de seguimiento. Algunos se van con sus familias, pero otros llegan a casa hogar e incluso hay casos donde los niños quedan en situación de calle. Por esto debe de quedar claro un protocolo de atención para ellos.
(24 Horas)