La Defensoría dio por terminada la relación laboral, pero también dijo que ésta nunca existió y que la empleada no tenía ningún derecho a liquidación por sus 12 años de antigüedad.
Regeneración, 24 de octubre de 2017.- Mayela trabó 12 años para la Defensoría de los Derechos Humanos del Estado de Querétaro hasta que sufrió un derrame cerebral y la despidieron sin liquidación y sin que se le reconociera ningún derecho laboral.
En entrevista con Animal Político, relató que “era empleada de la Unidad Administrativa de la Defensoría de Derechos Humanos y luego fui asignada a la Visitaduría General, siempre como auxiliar administrativa, pero el 22 de septiembre de 2015 sufrí un derrame y pasé un mes inconsciente, en el hospital, y luego estuve varios meses más bajo incapacidad médica, en rehabilitación.”
“Entonces, yo me presenté a laborar a la Defensoría, pero cuando llegué, me dijeron que no me podían asignar funciones ni horarios, porque no existía relación laboral.”
A principios de ese año, el gobierno del estado de Querétaro y la Defensoría de Derechos Humanos acordaron una reestructuración de la nómina del organismo, en ella, la plaza de Mayela quedó eliminada y ella no lo sabía.
Aunque la Defensoría dio por terminada la relación laboral, además, dijo que ésta nunca existió y que Mayela no tenía ningún derecho a liquidación por sus 12 años de antigüedad.
“Aunque mi plaza fue eliminada desde enero de 2016, en el Seguro Social me siguieron atendiendo, porque por ley no pueden suspenderte un tratamiento, pero desde inicios del año pasado dejé de recibir mi salario. Yo presenté una demanda laboral en febrero de 2016, pero fue hasta agosto, cuando me dieron el alta médica, que pude acudir a ver qué pasaba, por qué me habían dejado de pagar”, dijo a Animal Político.
Como Mayela, al menos una decena de personas, la mayoría mujeres, fueron despedidas injustificadamente de la Defensoría durante la administración de Miguel Nava Alvarado por estar embarazadas o negarse a ampliar el horario de trabajo (sin remuneración) a otros empleados.
Ya en febrero de este año, la doctora Roxana Ávalos tomó la dirección de la Defensoría y Mayela se acercó en marzo para explicarle su caso y la necesidad de volver a trabajar.
“Y ella me dijo que sí, que iba a ver mi situación, pero pasó un mes, y luego otro, y luego otro”. Así hasta junio, cuando Mayela pudo reunirse con la Defensoría.
“Yo tomo actualmente 11 medicamentos, uno solo me cuesta mil pesos, y otro más, que sólo tiene cinco cápsulas, me cuesta 250 pesos cada cajita… yo tuve que vender mi casa para poder enfrentar esta situación, porque estoy sola, no tengo nadie que me respalde, entonces, mi situación es muy urgente, no puedo estar así indefinidamente, entonces busqué esta reunión, y el área jurídica de la Defensoría me ofreció recontratarme, y pagarme 50% de los salarios caídos”, dice Mayela, de 55 años de edad.
Agregó que no pudo aceptar la oferta pues perdería su antigüedad y para llegar a una pensión mínima, debería trabajar hasta los 70 años. Luego, en agosto, la Defensoría retiró su oferta.
“Tuve otra reunión y me dijeron que el titular del área jurídica había sido cambiado, y el nuevo no sabía nada de mi caso, de hecho, llegó preguntándome yo qué quería. En esa última reunión, me dijeron que no había recursos, así de sencillo”.
Mayela dice que no puede esperar hasta que el caso se resuelva en tribunales “¿Cuál es la sensibilidad de la doctora Roxana Ávalos, de la Defensoría de Derechos Humanos de Querétaro? Si así tratan a sus mismos empleados, ¿qué puede esperar la demás gente?”
Con información de Animal Político