Eneida Rendon: la pianista mexicana con sordoceguera

Eneida Rendón nació ciega y la música se convirtió en su eterna acompañante. Sin embargo, todo le cambió a los ocho años, cuando estudiaba música y perdió totalmente el sentido del oído. Ahora es reconocida en todo México y fuera de él.

Eneida Rendón nació ciega y la música se convirtió en su eterna acompañante. Sin embargo, todo le cambió cuando estudiaba música y perdió el oído.
Fotos: Cortesía Med-El

Por Karla Trejo

RegeneraciónMx, 24 de marzo de 2022.- Entre los más de 6 millones de mexicanos que viven con algún tipo de discapacidad auditiva se encuentra Eneida Rendón, una mujer que pese a sus limitaciones físicas ha luchado para conseguir su mayor sueño: hacer música.

Al igual que su hermano José Darío, dos años mayor que ella, Eneida nació con ceguera. Nunca logró ver nada, solo algunos destellos con formas irregulares, pero nada más. Y en plena infancia, la vida le dio otro revés cuando, a los ocho años de edad, fue diagnosticada con hipoacusia, un tipo de sordera que se origina por una lesión en el oído interno o en el nervio que lo conecta con el cerebro.

La enfermedad auditiva se agravó conforme avanzó el tiempo hasta que, seis años después, Eneida había perdido por completo su capacidad de escuchar. Entonces tuvo que enfrentarse a uno de los dolores más grandes de su vida: dejar la música, lo único que se había convertido en su refugio y eterna compañera.

Eneida Rendón nació ciega y la música se convirtió en su eterna acompañante. Sin embargo, todo le cambió cuando estudiaba música y perdió el oído.

Aprender música a toda costa

Eneida Rendón fue sometida, una y otra vez, a revisiones y exámenes clínicos para recuperar su oído y seguir aprendiendo música. Pero, pese a los esfuerzos, todos los exámenes y tratamientos —audiometrías y colocación de audífonos— terminaban siendo insuficientes.

Según la iniciativa Volver a Escuchar, de laboratorios Med-El, cuando Eneida perdió totalmente el oído (a los 14 años) fue despedida de la escuela, porque la consideraban «una distracción para sus compañeros» y «un despropósito». Y, ante tal decepción, se refugió en la música y siguió practicando las notas y los pentagramas que había aprendido a leer en braille.

A los 11 conoció a un profesor de piano que también era invidente, sin embargo, se dio por vencido cuando Eneida ya no escuchaba nada. «Para ser un buen pianista se necesita oído», le dijo antes de terminar sus lecciones con ella. Pero a los 18 años, la joven se encontró con una profesora que aceptó enseñarle a través del tacto y las vibraciones.

Edna Aguilar, la nueva profesora de Eneida, daba clases de música, precisamente, a niños con ceguera o sordera. Así que no dudó en adoptarla como su alumna, y ella, a cambio, le mostró cómo hacer partituras de braille. Eneida consolidó lo aprendido cuando Edna la invitó a participar en su examen profesional: interpretó en piano un minueto de Bach.

Eneida Rendón nació ciega y la música se convirtió en su eterna acompañante. Sin embargo, todo le cambió cuando estudiaba música y perdió el oído.

Volver a escuchar

A pesar de que Eneida Rendón ya había aprendido a tocar música con ceguera e hipoacusia, no se dio por vencida y buscó mejorar su forma de vida. Un buen día, entre las alternativas para su discapacidad auditiva encontró el implante coclear, un dispositivo que, a diferencia de un audífono, se implanta quirúrgicamente en el hueso del oído.

Después de varios exámenes, incluyendo algunos hechos en España, Eneida Rendón resultó ser candidata para el implante coclear. En 2008 tuvo la cirugía con un implante de origen estadounidense, pero los resultados no fueron los esperados. El hecho significaba una decepción más para la joven músico.

Meses después, en octubre de ese mismo año, Eneida Rendón se sometió a otra cirugía para implantarle un nuevo dispositivo coclear, esta vez de origen austriaco. ¿Los resultados? Al encender el aparato, que además lleva un audífono externo, Eneida empezó a escuchar los sonidos del consultorio y a distinguir las voces de las personas que la acompañaban. Eneida podía escuchar de nuevo.

A los pocos días de aquel feliz momento, Eneida Rendón se encontró con una amiga y, mientras platicaban, alcanzó a escuchar una canción. Casualmente, se trataba de Himno a la alegría, de Beethoven, un músico que, al igual que ella, hizo música aún después de perder el oído.

Finalmente, un año y medio después de aquella cirugía, Eneina Rendón concluyó su tratamiento de adaptación y reaprendizaje del lenguaje. A la fecha, la joven músico escucha perfecto y su único conflicto es enfrentar las aglomeraciones, pues le cuesta un poco separar los sonidos.

En 2018, Eneida Rendón participó en un concierto organizado por el DIF Saltillo a través de su programa Escuchemos juntos por Saltillo, que recauda fondos para niños con sordera. Ahí estuvo acompañada de la soprano Alejandra López-Fuentes, el tenor César Delgado y la Orquesta Filarmónica del Desierto de Coahuila (OFDC).

Sordera en México

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay 6 millones 179 mil 890 personas con algún tipo de discapacidad. De ellos, 22% presenta dificultad auditiva. Actualmente existen tecnologías innovadoras que permiten restaurar la audición, siempre acompañadas de una terapia de lenguaje que, en complemento con la música, logran resultados exitosos.

El implante coclear es un dispositivo médico electrónico que sustituye la función del oído interno dañado, permitiendo que el sonido se transfiera a los nervios auditivos y se conecten con el cerebro para escuchar. Los avances tecnológicos han permitido que los implantes cocleares tengan un mejor rendimiento y una percepción de los sonidos de manera más natural.

—Con información de Med-El