Regeneración, 19 de enero de 2016.- Este lunes 18 de enero la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, (FAO) recomendó aplicar su modelo de agricultura sostenible “Ahorrar para crecer”.
Este modelo respetuoso de los ecosistemas, permite producir cereales como arroz, maíz y trigo, que representan un 42,5% y el 37% de las proteínas que el ser humano necesita.
El modelo está diseñado para que el cultivo respete y promueva los ecosistemas naturales. “Los compromisos internacionales para erradicar la pobreza y hacer frente al cambio climático requieren un cambio de paradigma hacia una agricultura mucho más sostenible e inclusiva, que sea capaz de obtener rendimientos a largo plazo”, dijo José Graziano da Silva, director general de la FAO.
Han habido dos acuerdos internacionales enfocados en resolver el problema de la agricultura en relación con la crisis del cambio climático. Se trata de «Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, que busca erradicar el hambre al tiempo que protege a los ecosistemas en vistas hacia el 2030, y el Acuerdo de París sobre el cambio climático (COP21).
Los sistemas convencionales de agricultura usados hasta ahora, a pesar de mostrar un crecimiento estable están poniendo en grave riesgo su base productiva al devastar grandes zonas de siembra con monocultivos y poniendo en riesgo la biodiversidad con el uso de pesticidas y fertilizantes. Hay un agotamiento de las aguas subterráneas usadas para riego, un alto nivel de contaminación y huella de carbono por el uso de derivados del petróleo en los procesos de producción y muchos otros problemas que ya han puesto fin a la llamada Revolución verde.
Para alimentar a la población mundial en el año 2050, la producción mundial de alimentos tendrá que aumentar un 60%, sobre todo en áreas de cultivo que ya están siendo utilizadas, pero los agricultores están enfrentándose ahora al cambio climático, lo que reduce sus producciones, desgasta sus contextos de producción y les obliga a consumir más pesticidas y demás productos químicos de alto impacto ambiental.
“Es urgente por lo tanto que los pequeños agricultores que producen la mayor parte de los cultivos del planeta tengan la posibilidad de hacerlo de forma más eficiente y sin que aumente aún más la deuda ecológica”
El modelo “Ahorrar para crecer” intensifica la producción a la vez que protege y mejora la base de recursos de la agricultura. Reduce la dependencia de insumos químicos y recurre a procesos naturales de los ecosistemas.
Se adoptan costumbres de las tierras altas de América Central y del sur como el corte y aporte de mantillo (aprovechamiento de los restos de hierba segada) y el cultivo de árboles de sombra que dejan sus hojas justo cuando las plantas adyacentes necesitan la luz del sol (hábito de Malaui y Zambia).
“Ha llegado el momento de que las prácticas de los pequeños agricultores sean adoptadas en estos programas nacionales más ambiciosos” afirmó el director de la FAO.
Reducir la labranza, aplicar rotaciones de cultivos (varias especies escaladas para diversificar sus efectos en el suelo y enriquecerlo), mejorar la salud de la tierra con fijadores de nitrógeno (para sustituir a los fertilizantes), son algunas de las acciones recomendadas por el organismo internacional.
Estrategias como la acuaponia (sistemas de colaboración entre peces y cultivos) que se han usado en china son también parte del sistema de la FAO que busca erradicar los fatales errores de la agricultura industrial.
La acuaponia china es un sistema de cultivo de arroz y cría de peces en arrozales inundados. Los peces pueden venderse para obtener ingresos o integrarse en la nutrición, pero mientras se crían también comen insectos, hongos y malezas dañinos para la cosecha, lo que reduce la necesidad de plaguicidas, explicó la entidad. “Un arrozal de una hectárea puede producir hasta 750 kilogramos de pescado, al tiempo que se obtiene arroz y pueden hasta cuadruplicarse los ingresos de los hogares rurales”.
(Fuente: La Razón Bolivia)