Gerardo Ruiz Esparza, ‘esteta de la corrupción’, el intocable

“Gerardo Ruiz Esparza, ese esteta de la corrupción, ese maestro en el difícil arte del engaño y la simulación, ese negador categórico de las realidades más evidentes, el valedor de OHL, es el responsable de la muerte del señor Juan Mena y su hijo”, dijo el abogado Diez Gargari

Gerardo Ruiz Esparza y Peña Nieto

Por Jenaro Villamil | homozapping 

Regeneración, 23 de julio del 2017.-A Gerardo Ruiz Esparza, hombre de los grandes negocios con OHL, Grupo Higa, la familia San Román, Aldesa, Gutsa, Altán y Alstom, nadie lo mueve. Mucho menos sus errores, los escandalosos sobreprecios en decenas de licitaciones, las evidencias de presunta corrupción en su trayectoria o sus declaraciones frete a accidentes trágicos como el del Paso Exprés de Cuernavaca.

No es la primera ni la última vez que la ineficacia de Ruiz Esparza y las sospechas de corrupción lo colocan en el centro de la polémica y se aferra a su cargo como titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), apoyado por su jefe, Enrique Peña Nieto.

El 16 de mayo de 2015 se le desintegró en la atmósfera el satélite mexicano Centenario, cuyo costo ascendió a 300 millones de dólares, y la SCT respondió que era responsabilidad de las empresas International Launch Services y Boeing Satellite Systems.

A Ruiz Esparza se le acusó en el Senado, el 3 de noviembre de 2014, de favorecer los intereses del empresario Juan Armando Hinojosa, cabeza del Grupo Higa, amigo del presidente Enrique Peña Nieto, en la licitación del tren México-Querétaro, que después del polémico fallo por 50 mil 820 millones de pesos fue suspendida ante el escándalo de la Casa Blanca.

“No es un tema de amistades, es un tema de negocios”, sentenció Ruiz Esparza en aquella comparecencia ante las críticas de senadores como Javier Corral, del PAN, Manuel Bartlett, del PT, y Fidel Demédicis, del PRD.

Por decisión unilateral, Ruiz Esparza decidió adquirir poco más de 10 millones de televisiones digitales para repartir en la política del “apagón analógico” a un sobreprecio escandaloso: de los 18 mil 760 millones de pesos originalmente presupuestados, terminó costando 28 mil 446 millones de pesos más.

Un informe del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) reveló que el 54.88 por ciento de la televisiones fueron mal repartidas y la Auditoría Superior de la Federación detectó casi 400 mil televisores “perdidas”.

Ante la indignación de Televisa y TV Azteca, afectadas con la política del “apagón analógico” y las evidentes fallas en el reparto de las televisoras durante el año electoral del 2015, Ruiz Esparza se defendió ante el Senado señalando que el documento del IFT “no tiene sentido legal ni práctico claro” y se autoelogió: “la culminación exitosa del apagón analógico permitió que el 93 por ciento de los hogares de México tengan acceso a los beneficios de la televisión digital”.

En realidad, las grandes beneficiarias de las compras multimillonarias de televisiones digitales fueron dos consorcios desconocidos hasta entonces: Diamonds Electronics en sociedad con Comercializadora Milenio S.A., terminó acaparando el 63 por ciento de todas las televisiones licitadas (6.5 millones), por un monto superior a los 19 mil millones de pesos; y la segunda fue la cadena de supermercados Soriana, la misma involucrada en los escándalos de las tarjetas de apoyo a Peña Nieto en el 2012, obtuvo mil 927 millones de pesos por la compra de 781 mil aparatos de televisión.

El caso de Diamonds Electronics llegó hasta el escándalo reciente de la empresa Tecnoradio, que licitó por 37 frecuencias de radio. Uno de los ejecutivos de Tecnoradio era Alí Eduardo Bañuelos, director general de Polaroid en la empresa Diamond Electronics (ver Proceso No. 2117). La SCT de Ruiz Esparza se volvió a lavar las manos afirmando que a esa dependencia “no le corresponde revisar el cumplimiento de los requisitos que establecen las bases de licitación del IFT”.

La Larga Vinculación OHL-Ruiz Esparza

El 7 de septiembre de 2015, la voz de Ruiz Esparza se escuchó en uno de los audios divulgados sobre el escándalo de OHL. El titular de la SCT le comentó a Pablo Wallentin, entonces directivo de la compañía constructora española, que la empresa Infraiber “no tiene cómo defenderse porque no tiene ni acción legal contra el gobierno del Estado (de México), porque no hay nada que le haya dado derecho a Infraiber, porque no se firmó ni se ha firmado nada, entiendo, con ningún concesionario”.

“Ahora, ¿qué hacemos para que este hijo de puta pare de chingar? Pues es otro pedo. ¿Me explico? Pues ahí, sí, no tenemos forma. Nosotros tratamos de hablar con él para ver qué chingados quería”, se escucha decir a Ruiz Esparza, refiriéndose al abogado Paulo Díez Gargari, de Infraiber, que no ha quitado el dedo del renglón documentando las irregularidades de OHL y la SCT (Proceso, No. 2042).

En un comunicado, la SCT calificó a esas grabaciones como “ilegales, editadas y manipuladas” y sostuvo que “pretenden desorientar a la opinión pública”, pero no negó que fuera la voz de Ruiz Esparza.

El vínculo de Ruiz Esparza con los escándalos de OHL es innegable. En febrero de 2003, la constructora española de Juan Miguel Villa Mir obtuvo del gobierno de Arturo Montiel la licitación para construir, diseñar, financiar y operar el Circuito Exterior Mexiquense (CEM), obra que continuó durante todo el gobierno de Enrique Peña Nieto en el Estado de México que completó un total de 110 kilómetros en operación y representa el 50.1 por ciento de sus ingresos totales en México.

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Junto con el Circuito Exterior Mexiquense, el gobierno estatal de Peña, a través de Ruiz Esparza, le concesionó a OHL el Viaducto Bicentenario, a un costo de 10 mil 71 millones de pesos.

La verdadera bonanza de OHL se produjo en la administración federal que inició en 2012, con Enrique Peña Nieto como presidente y su viejo aliado y conocido Ruiz Esparza como titular de la SCT.

Tan sólo en los dos primeros años de su gestión, la SCT le otorgó a OHL al menos 7 contratos importantes: 64 por ciento de la autopista Atizapán-Atlacomulco, por 9 mil 500 millones de pesos; el Tramo 1 del Tren Iterurbano México-Toluca, por 10 mil millones de pesos, en sociedad con Grupo Hermes, de Carlos Hank Rhon; el segundo piso de la autopista México-Puebla, con una inversión de más de 10 mil millones de pesos; la Línea 3 del Tren Eléctrico de Guadalajara, por 7 mil 418 millones de pesos, en sociedad con la fracesa Alstom.

Mientras en ese lapso a OHL le entregaron obras por 41 mil 500 millones de pesos, a otras constructoras privadas –ICA, Tradeco e IDEAL-, la SCT de Ruiz Esparza les entregó contratos por 9 mil 412 millones de pesos, la quinta parte.

Además, el negocio de infraestructura más importante de este sexenio, la construcción y licitación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, pasa por los intereses de OHL y de Ruiz Esparza. El total de las obras suman alrededor de 169 mil millones de pesos, incluyendo 20 mil millones de pesos en las obras hidráulicas.

La más reciente defensa de Ruiz Esparza a OHL ocurrió en el marco de las elecciones del Estado de México. El líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, acusó en mayo de 2017 a OHL de formar parte de “una estructura de financiamiento de campañas políticas”. La SCT exoneró a la compañía española y afirmó que en la autopista Atizapán-Atlacomulco, la oferta de OHL fue menor “por más de 840 millones de pesos respecto al otro competidor”.

Ahora, tras la muerte de Juan Mena Ruiz y Juan Mena Romero en el socavón de 7 metros formado en la ampliación del Paso Exprés de Cuernavaca, inaugurado apenas el mes de abril pasado, Ruiz Esparza salió a responsabilizar, primero, a la lluvia y a la basura, después a señalar que “no estaba informado” de las protestas de los habitantes y finalmente defendió la indemnización a los deudos de los mena “por ninguna cosa más que por el mal rato que pasaron”.

En su carta pública al presidente Enrique Peña Nieto, el abogado Diez Gargari, sentenció:

“Gerardo Ruiz Esparza, ese esteta de la corrupción, ese maestro en el difícil arte del engaño y la simulación, ese negador categórico de las realidades más evidentes, el valedor de OHL, es el responsable de la muerte del señor Juan Mena y su hijo”.

El “Paso de la Muerte”

El escándalo del Paso Exprés volvió a abrir la caja de Pandora de la corrupción de Ruiz Esparza: la obra que costó más de 2 mil millones de pesos y con una “garantía” por mala ejecución por 220 millones de pesos, presenta 45 puntos de riesgo, según un informe de los vecinos de la colonia Chipitlán entregado a la SCT; desde el inicio de su construcción, en enero de 2015, suman más de 20 muertes por accidentes viales y de trabajadores en la obra, según diputados locales de Morelos.

Pese a todo, Ruiz Esparza se defendió en entrevistas a distintos medios electrónicos e impresos y afirmó que quienes han pedido su renuncia lo hacen por “motivos políticos”.

“Uno no es dueño del cargo, uno constantemente está en riesgo…Yo estoy a las órdenes de mi jefe, quien me designó y es mi jefe, quien debe decidir si le sirvo o no le sirvo a mi gobierno”, se defendió el titular de la SCT una vez más.

Y su jefe, el presidente Enrique Peña Nieto, no sólo lo protegió sino lo ha defendido públicamente. El mismo día de su cumpleaños 51, el jueves 20 de julio, Peña Nieto dejó en claro que no habrá cambios en su gabinete: “no tengo para decir sí, ni para decir no…No es éste el momento, para decirles, no lo tengo considerado en este momento”.

Los legisladores del PRD, PT-Morena y del PAN en la Comisión Permanente primero demandaron la comparecencia de Ruiz Esparza y después promovieron un punto de acuerdo para reclamar la renuncia del titular de la SCT. El PRI y el Partido Verde defendieron al funcionario, amigo de décadas atrás de Emilio Gamboa Patrón, líder de la bancada priista en el Senado.

El ex titular del Sistema de Administración Tributaria, Aristóteles Núñez, demandó claramente la renuncia de Ruiz Esparza en su cuenta de Twitter, @AristotelesN, poco después del fallecimiento de Mena Ruiz y Mena Romero:

“Secretario Gerardo Ruiz Esparza, no es un socavón, no es la lluvia. Es negligencia y corrupción. Deje de hacerle daño al presidente y al país. Renuncie”.

Proceso solicitó una reacción del titular de la SCT ante estas demandas y versiones que pedían su renuncia. Hasta ahora, no ha habido respuesta. En columnas periodísticas, se filtró la versión de que detrás de Aristóteles Núñez está la mano del actual canciller Luis Videgaray. Durante años, el ex secretario de Hacienda sostuvo una clara disputa con Ruiz Esparza por el manejo de las licitaciones y los grandes negocios.

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En noviembre de 2014, tras la cancelación del Tren de Alta Velocidad Méixco-Querétaro, corrió la versión de que Ruiz Esparza sería removido de la SCT. Se mencionó en su lugar a Fernando Aportela Rodríguez, subsecretario de Hacienda, del equipo de Videgaray. Y nada sucedió (Proceso,No. 1985).

A raíz del escándalo del Paso Exprés de Cuernavaca, el propio jefe de la Oficina de Los Pinos, Francisco Guzmán, le ordenó a Ruiz Esparza y a sus directores generales que instalaran “un cuarto de guerra” en la residencia oficial presidencial ante la crisis de comunicación y le ordenó: “secretario, no puede ser posible que una obra de 2 mil millones de pesos se vea colapsada por una alcantarilla tapada”.

Según información recabada por Proceso de reportes cercanos al entorno de Guzmán, revelan que éste solicitó un estudio de impacto en la opinión pública de los integrantes del gabinete y los dos peor calificados fueron Ruiz Esparza y el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong. El primero fue señalado en el estudio por “corrupción y tráfico de influencias”.

En Los Pinos también se dieron cuenta que en los estudios de factibilidad, en el plan maestro y en el proyecto ejecutivo del Paso Expres no se contemplaron medidas de mitigación en materia social en las comunidades afectadas, ni tampoco medidas de protección civil por el cauce natural de los ríos ni por el drenaje que en algunos tramos tiene más de 50 años de antigüedad.

El malestar en la presidencia de la República también llevó a presionar a Ruiz Esparza para que modificara sus declaraciones y le recordaron que “no era el vocero de las empresas” sino que debía estar del lado de las víctimas del socavón.

Sin embargo, ni regaños, ni encuestas, ni sobreprecios, ni los muertos en las obras mal construidas ni sus lamentables declaraciones públicas han logrado que Ruiz Esparza sea removido de su cargo  

El Vínculo Del Mazo-Ruiz Esparza

La trayectoria de Ruiz Esparza está estrechamente ligada a la otrora “familia feliz” del sexenio de Miguel de la Madrid y, en especial, al ex gobernador y tío de Peña Nieto, Alfredo del Mazo González, cabeza actual de la dinastía que continuará gobernando el Estado de México.

Ruiz Esparza fue subdirector Jurídico en la Dirección de Deuda Pública en la Secretaría de Hacienda (1977-1981) y de ahí se fue como subsecretario general de Gobierno en la gestión de Alfredo del Mazo González (1981-1987), “el hermano que nunca tuvo” Miguel de la Madrid.

En ese periodo afianzó sus nexos políticos en el Estado de México y tras su paso como director de administración en la Comisión Federal de Electricidad (1999-2005), Ruiz Esparza retornó al gobierno estatal como secretario de Comunicaciones en el gobierno de Enrique Peña Nieto (2005-2011).

Su ascenso como titular de la SCT en el gobierno federal se dio de la mano del apoyo que recibió de Alfredo del Mazo González, principal interesado en la licitación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, pero también con las alianzas políticas que estableció con los grandes consorcios constructores y con otros funcionarios de primer nivel.

Beneficiario de estas alianzas fue su hijo Gerardo Ruiz Dosal, quien fue director general de formación profesional y secretario particular del ex titular de la PGR, Jesús Murillo Karam.

Precisamente, el papel de Ruiz Dosal en la detención irregular y “siembra” de una pistola en el automóvil del abogado Paulo Diez Gargari, el 7 de septiembre de 2015, generó un escándalo en la prensa tras conocerse el video y el representante de Infraiber denunciara al “comando” que lo retuvo por supuesta intercepción de llamadas telefónicas y portación ilegal de armas.

Al hijo de Ruiz Esparza lo llevó Manuel Añorve a la secretaría de Asuntos Migratorios del PRI, durante la dirigencia de Manlio Fabio Beltrones. Cuando llegó Enrique Ochoa Reza lo removieron de esta posición y se fue a trabajar a la campaña de Alfredo del Mazo Maza en el Estado de México. Ruiz Dosal fue responsable de “asuntos migratorios” en la campaña del PRI y presumió ante la prensa local que sería responsable de la secretaría de Infraestructura o de la secretaría particular del futuro gobernador priista.

Conocido en Facebook por presumir sus viajes, sus excesos como Mirrey, su gusto por los Ferraris, su condición de “intocable” como su padre, Ruiz Dosal ya recibió el primer efecto de los escándalos de la SCT: el equipo de Del Mazo ya le dijo que no ocupará ningún cargo en la futura administración mexiquense.

En tanto, los negocios y los vínculos de Ruiz Esparza con los grandes beneficiarios de 12 años de contratismo parecen estar a buen resguardo