La Semarnat canceló el permiso ambiental del proyecto hidroeléctrico en los ríos Zempoala y Ateno, de la Sierra Norte de Puebla, pero la empresa reactivó el trámite. Hay rechazo al proyecto por habitantes de cinco municipios afectados y dos cabildos han declarado sus territorios libres de proyectos hidroeléctricos, mineros y petroleros.
Leticia Ánimas
Regeneración, 26 de julio de 2017. Huauchinango, Puebla.- La empresa Generadora de Energía Eléctrica San Antonio (GESA) reactivó ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales su proyecto para construir una hidroeléctrica en los ríos Zempoala y Ateno en cinco municipios de la Sierra Norte, de los que al menos dos se han declarado, a través de sus cabildos, como “libres de megaproyectos”.
Luego de que el 8 de enero de 2016, la SEMARNAT dejó sin efectos el permiso ambiental que el corporativo tenía para preparar el sitio y construir una hidroeléctrica –previa consulta a los pobladores indígenas de la región en términos del Convenio 169 de la OIT-, GESA inició un nuevo trámite ante la Dirección General de Impacto Ambiental.
De acuerdo con el expediente 21PU2017E0058 que se encuentra en evaluación del sector, el pasado 21 de Julio, la empresa sometió a la SEMARNAT otra Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para la instalación de una generadora de energía en territorio de los municipios de Xochitlán de Vicente Suárez, Zapotitlán de Méndez, Atlequizayan, Zoquiapan, Nauzontla, estos dos últimos declarados libres de proyectos extractivistas e hidroenergéticos por sus ayuntamientos.
Según GESA, la obra “tendrá impactos positivos en la región” y no se encuentra dentro de ningún Área de Protección de Recursos Naturales, aunque omite decir que el 90 por ciento de las 19 hectáreas que abarcará deberán ser taladas y están ubicadas en una “región rica en especies endémicas y apta para la conservación” incluida en la Región Terrestre Prioritaria 105. “Un ecosistema único”, según la Comisión Nacional de la Biodiversidad (Conabio).
La empresa pagó una inserción en un medio de comunicación estatal, publicada este miércoles, en la que afirma que en la poligonal del proyecto no hay ninguna especie en peligro de extinción, no obstante ha previsto los impactos y se minimizarán y compensarán a través de medidas de mitigación “en todas las etapas”.
La hidroeléctrica constará de una presa derivadora, un tanque de carga, una casa de máquinas, tubería forzada, obra de descarga, una subestación y una línea de transmisión de energía, según el mismo documento firmado por Nilda del Socorro Díaz Morales, representante de GESA.
El proyecto de GESA enfrenta el rechazo de los habitantes de los cinco municipios involucrados, de los que al menos dos se han declarado –a través de sus Cabildos como libres de proyectos de muerte-. Pero además han denunciado que no fueron consultados para la realización de la hidroeléctrica.
Sin embargo la empresa ha continuado con sus actividades preparatorias, incluidas negociaciones para la compra de los terrenos afectados, perforaciones en el punto en que convergen los municipios de Zapotitlán y Xochitlán denominado Atemonamiqui, un cañón del río Zempoala, lo que ha sido considerado por las comunidades como “una provocación”.
Para la construcción de una brecha del proyecto hidroeléctrico San Antonio, la empresa GESA “arrasará” con las especies del bosque mesófilo de montaña –ecosistema del que queda menos de 1 por ciento en el país-, en los dos kilómetros de longitud que separan a la Poza Verde del Río Zempoala, denunciaron pobladores.