Cancelación del Programa de Apoyo a la Industria Cinematográfica y Audiovisual Alto Impacto después de pobres resultados sin incrementar la inversión nacional y extranjera para la producción de largometrajes.
Regeneración, 17 de junio de 2017.- Producto de las reducciones al presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2017, los fondos de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) disminuyeron en 77%, los del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y los del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) en 26%.
Los recortes causaron la cancelación del programa de Apoyo a la Industria Cinematográfica y Audiovisual Alto Impacto (Fondo ProAv), una de las estrategias planteadas por el Ejecutivo Mexicano destinado a incentivar la filmación de producciones a gran escala en el país.
El apoyo consistía en reembolsar el 7.5% del costo de la cinta en caso de películas nacionales y para las películas destinadas a su exportación, se añadiría la devolución del IVA, con lo que las empresas extranjeras podrían obtener de regreso hasta el 17.5% del costo total de la película.
Pero el modesto incentivo ofrecido por México no era tentador para las súper producciones y en 2016, sólo se ejercieron 7 millones de pesos de los 62 millones disponibles, destinados a dos producciones.
Cuando el programa se lanzó en 2010, Felipe Calderón dijo que contribuiría a hacer de México “la capital latinoamericana del cine”. Seis años después se extingue el esfuerzo con resultados poco claros y muchas cuentas pendientes.
De los recursos ministrados al Fondo ProAv, las grandes producciones extranjeras fueron las más beneficiadas ya que para recibir el apoyo las productoras debían gastar en el territorio nacional al menos 40 millones de pesos en su fase de desarrollo y producción. Una inversión de este calibre estaba fuera del alcance de muchas producciones nacionales, que sobreviven a duras penas en un año marcado por los recortes al presupuesto destinado a la cultura.
La idea no era desconocida en el ámbito de las producciones cinematográficas, pues con antelación otros países lo han implementado con la esperanza de fortalecer la industria nacional a través de la inversión extranjera. El ejemplo más claro de ello es Puerto Rico,quien ha atraído a cintas como Rápidos y Furiosos y Los piratas del Caribe que logran un reembolso de hasta el 40% de lo gastado en el país a las productoras extranjeras.
Para Puerto Rico, la película protagonizada por VinDiesel y Paul Walker dejó una derrama económica de 30 millones de dólares mientras que la historia del capitán Jack Sparrow y compañía generó ganancias para el país de 1.2 millones de dólares, tan sólo por dos días de filmación.
Cuando se anunciaron las reducciones al financiamiento cinematográfico a finales del año pasado, la actriz Karina Gidi, cuyos papeles en Abel y Demasiado Amor le valieron nominaciones al Ariel, declaró que parecía que al gobierno mexicano “no le importa la belleza”.
Al parecer, tampoco le importa que la industria nacional del cine se vaya a pique mientras se gastan recursos en apoyos económicos con poca transparencia y resultados invisibles.
Con información de Ariste