Ya sea periódicos, estaciones de radio o televisión, medios usualmente tienen un poderoso cliente, que gasta cantidades exorbitantes para comprar el silencio.
Regeneración, 25 de diciembre de 2017.- Los medios en general en México, ya sean periódicos, portales, la radio y la televisión, tienen un poderoso cliente, que paga cantidades increíbles de dinero sólo con una advertencia: “No te pago para que me critiques”.
De acuerdo un reportaje del New York Times, publicado hoy, el poderoso cliente es el Gobierno Mexicano.
Y es que la administración de Peña Nieto gasta miles de millones de dólares en publicidad, creando lo que muchos dueños de medios, ejecutivos y periodistas llaman “una gigantesca marca presidencial”, capaz de suprimir artículos de investigación, determinar portadas e intimidar a las salas de redacción que lo desafían.
A pesar de su promesa de regular la publicidad gubernamental, Peña Nieto ha gastado más dinero en publicidad que ningún otro presidente en la historia de México, casi 2000 millones de dólares en los últimos cinco años, según datos del gobierno recopilados por Fundar, un centro de análisis de transparencia. Esa organización reveló que la actual presidencia gastó más del doble del generoso presupuesto de medios que los legisladores mexicanos le aprobaron para 2016, escribió Azam Ahmed.
Y no sólo se queda en ese presupuesto que es el dinero federal.
“Cada año los líderes de todos los partidos políticos recaudan cientos de millones de dólares en dinero estatal para publicidad, unos recursos que distribuyen entre sus medios de comunicación favoritos, según calcula Fundar. Según los ejecutivos y editores involucrados en las negociaciones, algunos secretarios de prensa del gobierno les exigen abiertamente una cobertura positiva antes de firmar un contrato publicitario”, dice el artículo.
Las cifras son impresionantes, según asegura NYT: “Dos tercios de los periodistas mexicanos admiten que se censuran”, ya que de manera rutinaria los medios se dejan persuadir sobre lo que deberían o no deberían informar. “Los reportajes contundentes a menudo son suavizados o se posponen indefinidamente, si es que llegan a investigarse”.
Y en el mejor de los casos, los periodistas interesados en cubrir elementos sucios de lo que está pasando en el país, se quedan sin un centavo, reconoció Enrique Krauze, historiador y director de la revista Letras Libres.
“Es uno de los mayores defectos de la democracia mexicana”, admitió.
La costumbre de comprar a los medios viene desde el gobierno de José López Portillo, quien incluso fue citado diciendo que no le pagaba a los medios para que lo “atacaran” y la práctica continúa hasta ahora.