Foto: «Mural verde» de Raúl Castellanos Contreras
-Expresiones personalísimas cuya obra es su propia firma
– Jóvenes objeto de persecución por manifestarse
Regeneración, 8 de abril del 2015. De Nueva York a Tijuana y de ahí a la Ciudad de México, Aguascalientes, y desde luego Guadalajara donde se instaló la primer escuela de graffiteros. Se trata de una manifestación marginal pero que forma parte del mundo real, material y no al mundo virtualizado y globalizado.
Además de la expresión material y humana que representa, el graffiti está ligado a las necesidades sociales de los barrios:
“A finales de los años ’60, en 1967, aparecieron una explosión de nombres sobre edificios y paredes en todas partes de la ciudad, grupos de grafiteros tejían su camino por los lemas políticos que reflejaron el cambio social de una nación.
El signo de la paz era seguramente ubicuo alrededor de recintos universitarios de colegio.
La militancia negra fue vista con mensajes pintados con aerosol de: Free Huey (“Liberen a Huey”) y Off Tha’ Pig (‘abajo el cerdo’; en la jerga, «cerdo» significa ‘policía’).
En la mayor parte de los barrios donde las vecindades eran de mayoría puertorriqueña, había banderas de esta nacionalidad pintadas por todas partes con la expresión; Viva Puerto Rico Libre”. (Wikipedia)
En torno a esta expresión artística siempre fugitiva, ya que son vistos como vandalismo o como afectaciones a terceros, convirtiéndose su persecución en promesas de campaña.
En el ámbito de la investigación académioca se destacan una serie de factores que se deben tomar en cuenta, por ejemplo, en esta investigación de la Universidad de Palermo, realizada en Buenos Aires, los investigadores señalan que:
“La mayoría de los ciudadanos considera al graffiti como un arte y no un acto de vandalismo por su alto valor estético y técnico utilizado para realizar cada una de estas piezas.
Muchas veces, adoptado como un efectivo modo de expresión juvenil con aires de protesta.
Igualmente cabe destacar, que gran parte de los habitantes de la sociedad no cree que se deberían penalizar acciones como estas ya que nunca han sido víctimas de este fenómeno.
El factor principal y más importante que da gran relevancia al graffiti es la ilegalidad, sin embargo, los grafiteros no están considerados como criminales sino como artistas que utilizan las paredes como forma de protesta y/o lienzo para sus obras”.