Desde hace tres días el transporte dejó de funcionar en Tepozcuautla, los últimos habitantes huyen a pie o en sus camionetas con las pocas pertenencias que pueden llevar. Las calles de dicho poblado y de Ahuihuiyuco lucen desiertas, con animales de carga buscando comida. La violencia del crimen organizado está dejando cada día más pueblos fantasma en el estado de Guerrero.
Regeneración, 10 de junio de 2017.- “Toda la gente que se está yendo, no debe nada pues; se van por miedo”, asegura uno de los pocos habitantes del municipio de Chilapa en Guerrero, donde casi todos han huido por miedo a ser ejecutados.
En solo unos días, los habitantes de los pueblos Tepozcuautla y Ahuihuiyuco fueron desplazados por la violencia de la región. Todo se ve abandonado, tiendas, escuelas, casas de particulares, todo está a puerta cerrada, con candados.
En Tepozcuautla, las calles se ven vacías, sin gente, sin perros, es como un pueblo fantasma.
Apenas se ven dos señoras con dos niños caminando en una calle de terracería, se van a pie porque desde hace días ya no hay transporte público.
El comisario, primera autoridad del pueblo, también salió huyendo del lugar.
En Ahuihuiyuco, algunos hombres y mujeres se alistan para salir de la comunidad, llena su camioneta con maíz y esperan para emprender el viaje.
“Ya se fueron por miedo, todos; aquí ya no hay gente, se vaciaron los dos pueblos, así se ve. Aquí había muchísima gente, pero ya se fueron; muchos se iban llorando de qué no tenían a dónde ir, van llorando”, narró un hombre.
“La verdad no sabemos (a dónde ir), voy a vender esto (el maíz), adonde lo pueda llevar para alivianar tantito, para estar comiendo, no sé a dónde vaya, aquí tengo todo instalado”, lamentó.
Según los pobladores, mucha gente fue amenazada y otros, se fueron ante el temor colectivo que comenzó a sentirse en la comunidad.
“Si ve que ahí (en las casas vecinas) se están yendo, qué esperan los vecinos, dejaron sus marranos. Están dejando todo, ahora cómo le vamos hacer”.
Igual que en Tepozcuautla, aseguran que ya no hay autoridad municipal que los defienda.
“¿La comisaría?, ya no hay comisario, ya se fue, ya entregó todo, ya se fueron todos, aquí ya no hay nada”, dice. “Cerraron las tiendas, se llevaron todo, y las escuelas llevan como dos días que cerraron”.
El hombre explicó que, en la comunidad, muchos fueron asesinados “como perros”.
“En cantidad… No fueron 10 ni cinco, fueron muchos, los matan en cantidad, ya los ven como perros, los dejan tirados como perros; como 100, son chavos, son señores que han trabajado en la albañilería, campesinos, y no sé por qué les hacen eso, que no tienen nada que ver. Está cabrón”.
Los pobladores que aún se mantienen en la comunidad exigen que se refuerce la seguridad para decidir si pueden continuar con su vida ahí.
En Ahuihuiuyuco, las escuelas de preescolar, primaria y la telesecundaria, las clínicas, todo está cerrado, solo la Iglesia católica está abierta pero adentro no hay nadie.
En los patios de las casas se observan animales abandonados buscando comida.
Tepozcuautla y Ahuihuiyuco se encuentran a unos 20 minutos de la cabecera municipal de Chilapa, en esa zona también se encuentran los pueblos de Tepehuizco y Tetitlán de las Limas, donde desde hace varios años se han encontrado fosas clandestinas y sus habitantes han sido asesinado en confrontaciones entre grupos del crimen organizado.
Con información de El Sur