Pedro Miguel
Hagamos un buen año con el vino brindado a la salud del garrotero, la mujer, el indígena, el obrero, el gay, el desempleado, el campesino.
Que no nos desenfoquen del camino la tele abominable, el embustero cardenal, ni el discurso zalamero del político dúctil y mezquino.
Hagamos la limpieza y el renuevo del poder vil, la institución podrida, la economía enferma y decadente y lleguemos al próximo año nuevo con un país amante de la vida, de la ley, de la paz y de su gente.