Fiel a ese pensamiento, Mujica ha tratado de vivir como las mayorías, que tienen una forma de hacer distinta a la de las minorías privilegiadas económicamente
Regeneración, 14 de noviembre de 2014.-«En la vida no alcanza con ser, además hay que parecer. Parecer y ser termina siendo la misma cosa cuando se piensa en profundidad que la idea de representación no es solo un voto ni coyuntura electoral, sino un mandato de forma de vida, de cultivo de valores y de relaciones sociales», dijo Mujica, tras ratificar su modo de vivir como el de las mayorías. Insistió en «correr de la política» a quienes les gusta mucho el dinero.
El Presidente de la República, José Mujica, en su audición semanal por la emisora M24 se refirió a las mayorías, a lo que implica vivir como ellas, así como también al sistema político uruguayo en general y a la oposición en particular para, como dijo, aclarar algún malentendido.
Explicó que las repúblicas contemporáneas surgieron como contraparte de los valores de la monarquía y el feudalismo que dividía a los hombres por su origen de sangre e, incluso, el considerado divino.
«Las repúblicas aparecieron para decir que no, que los hombres somos iguales en lo fundamental. Esto es un choque frontal que compuso la artillería más pesada dada por la época moderna», puntualizó.
«Buena cosa es no olvidar los fundamentos, porque si las repúblicas son la contracara del feudalismo y la monarquía, también de ellas (de las repúblicas modernas) se compaginó la idea de que las mayorías se eligen o toman algunas de las decisiones de quienes nos van a representar en el gobierno», advirtió.
El Presidente entiende que todos estos pasos tienen defectos, pueden merecer críticas, teniendo en cuenta que «una democracia participativa nunca está terminada y no puede ser perfecta, porque no es perfecta la condición humana que la compone». De todas maneras, consideró que el otro mandato que le surge es que, al menos en teoría, las mayorías son las que deciden lo fundamental.
En ese sentido, hizo hincapié en la política como una pasión.
Dijo que, desde su perspectiva, la política es mucho más que una profesión, «se siente y no tiene precio». Fiel a ese pensamiento, Mujica ha tratado de vivir como las mayorías, que tienen una forma de hacer distinta a la de las minorías privilegiadas económicamente.
«Traté de reflejar ese modo de ver y esa conducta y se la recomendé a mis compañeros más cercanos de lucha, porque en la vida no alcanza con ser, además hay que parecer. Parecer y ser termina siendo la misma cosa cuando en profundidad se piensa que la idea de representación no es solo un voto, no es una coyuntura de carácter electoral, sino una forma de vida, de cultivo de valores y de relaciones sociales», sostuvo.
El mandatario uruguayo explicó, además, que una de las patologías de las democracias contemporáneas es tender a copiar la forma de vida y los valores de las minorías privilegiadas.
«No se trata de odiar a las minorías que tienen privilegios ni ser enemigos, pero hay que entender que la pasión de la política no puede considerarse un negocio, un comercio o una profesión, es algo que encierra intereses muy importantes pero no económicos, son de otra índole, van territorio adentro», observó.
Para Mujica, no hay que despreciar a la gente que tiene dinero y aseguró que él incluso tiene varios amigos en esa condición. Hay que respetarlos y quererlos, pero aclaró que «a los que le gusta mucho el dinero habría que correrlos de la política, porque la política es el interés común de la inmensa mayoría de la sociedad».
En esa línea, indicó que se genera una confusión y que se da porque existen las clases sociales. Por el origen y compromiso con la clase a la que pertenecen se tiene un orden y una jerarquía de valores en la vida, comentó.
Aclaración
Por otra parte, aludió a comentarios que él mismo realizó días atrás al leer en la prensa que tildó de «opositora». «¡Vaya que nos dio palos!», enfatizó.
Recordó que en su momento transcribió alguna frase. Dijo que los odiaba, que no podían aceptar que fueran gobierno. «Eso se dijo en relación a los escribas, los que escriben los editoriales y manejan esa prensa largamente conocida y que nos trata casi como enemigos, no nos referimos a las cabezas que conducen el sistema político de oposición del país», aclaró.
«Las diferencias que tenemos, y que son inevitables, no nos llevan a caer en el fanatismo y a no reconocer que ellos (los dirigentes políticos de oposición) también tienen preocupación por el común de la suerte del país. La diferencia no está en las intenciones, sino en los caminos, en los métodos, en la distancia y la perspectiva», agregó.
El mandatario considera que el sistema político uruguayo no es perfecto, y que no puede serlo porque no somos perfectos los seres humanos, pero entiende que es, básicamente, sano, «por lo menos por ahora».
«Es noble reconocer estas cosas en el sentido más amplio, cuando está culminando el país una campaña electoral», enfatizó.