Por Ricardo Sevilla
RegeneraciónMx.- Hace unos días, el músico y poeta Pablo Aldaco lanzó su nuevo disco: “Hombre del Paraíso”.
Este álbum, el quinto ya del cantante sonorense, incluye siete piezas: “La noche no quiere dormir”, “Será”, “Llueve”, “El Momento”, “Luz”, “Hombre del paraíso” y “El Balcón”.
Esta obra, hay que decirlo, se distingue de todos los anteriores discos que Aldaco nos ha obsequiado. De entrada, el álbum tiene una enorme significación política, debido a que el solista decidió convidarnos este material ⎼que no carece de tintes desgarradores⎼ en un contexto sumamente complejo: la pandemia de Covid-19.
De ahí que, en el primer tema, “La noche no quiere dormir”, Aldaco, con un arranque de guitarras que no suenan, sino que lloran, haya decidido elevar una sinfonía cuyo protagonista es el insomnio que, “como una aguja clavada en la piel”, no deja dormir. ¿El insomnio en tiempos de pandemia? Podría ser.
La segunda pieza que integra este álbum, “Será”, es un desgarrador tema amoroso cuyo protagonista, dejando a un lado el orgullo, pide a un amor que se retira que se quede “siempre”, porque, bien se sabe, a la hora de los adioses, “el orgullo puede esperar”. Esta rola, con marcadísimos tintes de soft-rock, nos revelan el decidido afán estético que, desde el comienzo de su carrera, caracteriza la estética musical del artista.
Aldaco ⎼que se solaza personificándose durante todos y cada una de sus interpretaciones, haciendo que sus temas nos lleguen más vívidamente⎼ también es un músico experimental que, debido a su formación literaria, parece no estar interesado en transmutarse en una vacua estrella del pop. Y eso se revela cuando escuchamos “Llueve”, una balada nostálgica que, además de los acusados tintes de trova, contiene una estructura lírica que, a diferencia de las efímeras navegaciones poperonas del momento, no se contenta con navegar sobre la superficie: “llueve y aún no está mojado… con una especie de rabia” nos relatan la epopeya de una pareja que sale a explorar la mañana sin saber qué les depara el caprichoso destino.
En este disco, la curiosidad de Aldaco ⎼a un mismo tiempo músico y poeta⎼ lo ha llevado a transitar por distintas veredas musicales: de la trova al rock alternativo, y del motown al soul. Y la prueba más acabada de ello es precisamente el cuarto tema del álbum: “El Momento”, una pieza que despide cierta dicha bucólica y esperanzadora cuyas guitarras (y una estricta batería de fondo) nos hacen vibrar con su “llanto de alegría”.
Pero, sin duda, el platillo principal del disco es “Luz”, un tema que golpea nuestros oídos con los ramalazos de un lírico sufrimiento. “Todo ha sido un sueño vago, un cuento raro”, donde el protagonista declara el abismal sentimiento de soledad que lo acompañó durante su ingreso en “un hospital de locos” donde estuvo “a punto de perder la razón”. Las impecables notas de un teclado que acompaña las declaraciones de un personaje que llega a la conclusión de que “no hay nadie detrás de ti, no hay sombras junto a ti”, estrujan el corazón. Y es que Aldaco ⎼que es el compositor de todos los temas⎼ escribió esta canción, según ha dicho él mismo, poco después de haber enfrentado una crisis de salud que lo tuvo en vilo entre la vida y la muerte.
Este disco, que va de las rupturas amorosas a la nostalgia de la muerte (para utilizar una frase del poeta Xavier Villaurrutia), demuestra que la obra de Pablo Aldaco no puede ser encasillada en un solo género musical. Y para sostener esta apreciación, basta escuchar cómo, en este álbum, el intérprete juega con diferentes tonos y registros que, en apariencia, rompen uno con el otro, pero que en el fondo nos revelan a un cantautor que trabaja a sabiendas de que cuenta con amplios poderes.
En “Hombre del paraíso”, acaso el tema más entrañable de todo el disco, un chico le canta a otro. Puede apreciarse como la declaración de un amor filial pero también, simple y llanamente, como el himno de un amor homosexual. “Te has ido sin mí a otros vientos, a otros tiempos”, nos canta un personaje que, tras la partida del ser amado, se ha quedado varado en una casa “rindiendo culto al invierno” y sintiendo que pasea su nostalgia “al filo del abismo”. Es la clase de tema, impregnado de poesía, que podría acompañarnos hasta el amanecer cuando le cantamos a los amores que se van.
Finalmente, “El Balcón” es una canción surrealista con una letra abstracta que habla acerca de un rito en el que Pablo deja de manifiesto su vigorosa capacidad imaginativa.
Tras el recorrido musical, una cosa nos queda clara: Aldaco es experto en relatar historias tristes de manera soñadora y directa. Sus canciones, que trazan con elegancia momentos y experiencias de profunda autoconciencia, están impregnadas por una melancolía que roe las entrañas.
“Hombre del Paraíso” ya se encuentra disponible en las principales plataformas digitales, como Spotify, Apple iTunes, Deezer, entre otras.
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