Ningún hospital del istmo tiene la capacidad o infraestructura para atender nacimientos prematuros; por “falta de presupuesto” cuidados intensivos siguen en obra negra
Regeneración, 19 de octubre 2016.- Por “falta de presupuesto económico”, parte de hospitales como el de Ciudad Ixtepec en Oaxaca, se encuentra en obra negra desde hace seis meses. El pasado 7 de octubre un bebé prematuro nació en el Hospital General de Juchitán, “Macedonio Benítez Fuentes”, ahí falleció el 9 de octubre. La única Unidad de Cuidados Intensivos que funciona, aunque no tiene medicamentos es el Hospital de Salina Cruz.
En la región del istmo, no existe un solo hospital con la capacidad o la infraestructura adecuada para atender nacimientos prematuros o con complicaciones, y las áreas que existían, quedaron en el olvido meses atrás, desde entonces en pasillos y corredores se improvisa para tratar de atender lo más posible a los recién nacidos.
La falta de seguimiento médico a los niños, ha ocasionado frecuentemente problemas de discapacidad, o problemas motores, de lenguaje o niños con neurodesarrollo menor a la media nacional.
Uno de los cuatro médicos pediatras de la región, Luis Aquino Santiago, llegó al hospital hace seis meses y desde ese momento ha atendido entre 8 y diez nacimientos diarios.
Para el especialista, uno de las causas principales que ocasionan el nacimiento de bebés prematuros, es la falta de control prenatal debido a la pobreza de las mujeres ya que carecen de alimentos ricos en vitaminas y minerales, además de la obsesión de los gobiernos por mantener cifras en los reportes mensuales, dejando de lado la atención médica de calidad.
Por otra parte, hace apenas 4 semanas, médicos y enfermeras de pediatría cerraron la Unidad de Cuidados Intensivos de Juchitán debido a que la obra de rehabilitación que comenzó en marzo, sólo tenía el 30% de avance, misma situación se presenta en la Unidad de Cuidados Intensivos de Ciudad Ixtepec.
La lentitud en la rehabilitación, ocasionó que el área de cuidados intensivos y la de pediatría se fusionaran, lo cual significaba un riesgo para los bebés prematuros que podían contraer una infección.
“No había de otra”, explica el neonatologo, “durante 180 días recibimos a los bebés prematuros y los unimos con los no prematuros, mientras unos estaban con sus madres recibiendo el calor, los otros en un cunero con tubos para respirar y cables recibiendo los cuidados intensivos, hasta que dijimos basta, así no podríamos arriesgarnos y tampoco a las madres y bebés, lamentablemente este fin de semana falleció un bebé que nació prematuro que se encontraba el no tener una UCIN, una obra que se prometió culminar en este 2016 está cobrando vidas”.
Con información de Aristegui Noticias.