Mientras tanto, Estados Unidos presiona para que Assange se entregue, más por el daño político que Wikileaks le causó que por las acusaciones por violación.
Regeneración, 6 de febrero de 2016.- Pese a la declaración del Grupo de Detenciones Arbitrarias de la ONU sobre la detención de Julian Assange que la organización reclama como ilegal, ni Gran Bretaña ni Suecia tendrán en cuenta esta recomendación ya que alegan que la decisión de las Naciones Unidas “no es vinculante”.
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La noche de este viernes, el fundador de Wikileaks, desde su reclusión en la Embajada de Ecuador en Londres, salió al balcón saludando a una multitud, constituida principalmente por medios y prensa y dijo que la resolución de la ONU era para él una “dulce victoria”, aunque dijo lamentar a pesar de ello, que no pueda abandonar la embajada ecuatoriana por quedar en riesgo de ser capturado por la policía.
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Mientras tanto, Estados Unidos sigue ejerciendo presión para que Assange se entregue y tanto Suecia como Gran Bretaña mantienen su interés para que sea enviado a las manos del Pentágono, más para ejercer sus represalias por el daño político que Wikileaks causó a los Estados Unidos que para castigarlo por los delitos de violación de los que se le acusa.
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El abogado de Assange, el ex juez español Baltasar Garzón declaró que la decisión del grupo de expertos de la ONU no sólo es contundente sino que ayuda a que el caso llegue a otras esferas. “Mantener la situación de detención es pasar al maltrato psicológico y la tortura. Salvando las distancias, este es un caso como el de Guantánamo. Una cuestión de derechos humanos, y es difícil que el tribunal sueco no tome esto en cuenta”, afirmó en declaraciones al diario El País.