* El poder adquisitivo de muchos trabajadores israelíes ha caído en picada y la vivienda se ha vuelto inalcanzable, por lo que más de 150.000 "indignados" salieron a las calles en reclamo de soluciones.
Sin embargo, el primer ministro, Binyamin Netanyahu, respondió a las protestas diciendo que no permitirá que el país se compare con algunos de la Unión Europea, o con los Estados Unidos, que atraviesan grandes dificultades financieras por haber caído en un déficit enorme que ahora no pueden manejar.
La advertencia de Netanyahu se dirigía a los 150.000 indignados que el sábado por la noche se manifestaron en 13 ciudades bajo el lema "El pueblo quiere justicia social", coreado con la misma tonada que tunecinos, egipcios y sirios han utilizado para decir "El pueblo quiere la caída del régimen".
Según dio a conocer hoy el diario español Público, en un artículo firmado por E. García Gascón, corresponsal en Jerusalén, el Gobierno hebreo ha conseguido mantener índices macroeconómicos positivos, pero a costa de recortar todo tipo de subvenciones y gasto social. Como consecuencia, el poder adquisitivo de muchos trabajadores ha caído abruptamente y las clases más débiles están sufriendo una suba de precios que afecta a la vivienda y a los productos de primera necesidad.
El precio de la vivienda, dice el corresponsal, es prohibitivo para muchos israelíes de clase media y baja, y esta circunstancia se ha convertido en uno de los puntales sobre los que los indignados han plantado campamentos, similares a los de la Puerta del Sol o la plaza de Catalunya, por todo el país para pedir cuentas al Ejecutivo. De hecho, los indignados locales están imitando deliberadamente tácticas y estrategias que antes han usado los manifestantes españoles.
Los indignados israelíes respondieron a Netanyahu que quieren una discusión franca y en profundidad sobre las distintas demandas que han hecho públicas en las últimas semanas, y que van desde encontrar alguna manera de reducir los precios de las viviendas en venta o en alquiler, hasta rebajar los precios de la canasta familiar, que se han encarecido de una manera notable.
Responsabilidad
También han rechazado una ambigua propuesta de Netanyahu que aboga por la creación de un comité ministerial que discuta sus demandas, y en su lugar exigen que el primer ministro descienda de su palacio de cristal para negociar directamente, y de una manera "transparente", con sus representantes.
En su intervención, Netanyahu habló hasta la saciedad de "responsabilidad", pero los indignados sostienen que esa es una manera "irresponsable" de afrontar las demandas de justicia social que apremian a muchos israelíes en el día a día. Los indignados insisten en que la justicia social debe prevalecer sobre cualquier otra consideración.
* Con información de agencias y el Correspondencia de Prensa