Contratos exclusivos, mantener el control de la tecnología y otros señala analista Ríos. Patio trasero de EE.UU del río Bravo a la Patagonia
Regeneración, 12 de diciembre de 2025.- Un panorama de dominio económico y político se cierne sobre México, según el análisis de la reciente Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) de Estados Unidos.
La politóloga Viri Ríos ha levantado la voz describiendo el documento como «extraordinariamente transparente» y que sentencia con «cruda nitidez» las intenciones del principal socio comercial de México: el control absoluto y el vasallaje económico.
Manual de Intervención
El Norte busca asegurarse su tajada, y vaya tajada.
Según la ESN, la superpotencia del norte planea emplear «todo su poder económico y político» para asegurar el dominio de sus empresas en los mercados latinoamericanos.
Un golpe directo a la soberanía nacional. Ríos subraya que, para países con dependencia como México, la estrategia va más lejos:
Ordena al cuerpo diplomático estadounidense «exigir contratos exclusivos para firmas estadunidenses«, buscando así obtener la mayoría de los contratos públicos.
Asimismo, el documento revela un mecanismo de control energético que suena a chantaje geopolítico. Estados Unidos buscará «vendernos energía como instrumento de control para ‘proyectar su poder’ cuando lo considere necesario».
Es decir, será una inversión utilizada para «empujar a que otros países cambien ciertas políticas o para avanzar los intereses de Estados Unidos.»
Cerco Tecnológico
Los mexicanos, a lo suyo. Pero no demasiado. La ESN reconoce la necesidad del nearshoring, pero con un candado muy específico.
En este sentido, declara explícitamente que Washington utilizará a su servicio de inteligencia para «impedir que empresarios no estadunidenses desarrollen tecnología avanzada o productos de alto valor», pues los considera una «amenaza a su prosperidad».
En pocas palabras, la estrategia de la Casa Blanca busca que «haya la menor cantidad posible de empresarios mexicanos«, salvo aquellos que se dediquen a manufacturas de bajo valor agregado que no compitan con sus firmas.
Soberanía tecnológica, a la basura. Ríos sentencia que el objetivo es la «alienación total de México con los intereses económicos de Estados Unidos.»

Empresarios de Sillón
Ante esta coyuntura crítica, la respuesta del empresariado mexicano debería ser, según Ríos, «defender sus mercados, acelerar sus inversiones y elevar la complejidad de sus productos».
Sin embargo, lo que se observa es lo opuesto: «un empresario doméstico retirado, de brazos caídos, enojado, resentido».
Por el contrario, el empresario extranjero «no compara al México actual con el del pasado […] sino que compara a México con otros países».
El empresario encuentra que «los fundamentos de la economía mexicana son sólidos y que vale la pena invertir aun si, en efecto, el riesgo ha aumentado.»














