La masacre que López Obrador evitó

El presidente Andrés Manuel López Obrador evitó una masacre en Culiacán, decidió marcar la diferencia con sus antecesores; “pero sin daños colaterales”

La masacre que López Obrador evitó

Regeneración, 22 de octubre de 2019.Reducir la incidencia delictiva y la impunidad a través de la justicia es propósito de este gobierno, reiteró el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia de prensa matutina este 22 de octubre de 2019, desde Palacio Nacional.

Evitar una masacre

Ahí mismo volvió a marcar la diferencia con sus antecesores: “pero sin daños colaterales”. Y fue más allá: “no somos ajenos al dolor que produce el fallecimiento de cualquier persona. No es buenos y malos” se trata de seres humanos.

Las cosas no siempre fueron así, en sexenios pasados se gobernaba a manotazos. La instrucción era clara: arrasar y exterminar sin reparar en los daños colaterales.

Esto significaba la muerte de ciudadanos inocentes y centenares de elementos caídos de corporaciones de los tres niveles de gobierno.

Guerra contra el narco

En el 2016, al cumplirse una década del inicio de la llamada “guerra contra el narco”, el periodista José Luis Pardo Veiras, señaló que el año anterior a la llegada de Felipe Calderón a la presidencia, el índice de homicidios en México era de 9,5 por cada 100 mil habitantes.

Ya durante su gobierno la cifra se duplicó y “entonces el discurso oficial negó que hubiera víctimas civiles”.

Los muertos de la guerra contra el narco eran solo villanos (narcotraficantes) o héroes (policías y militares que combatían contra ellos).

Pero la guerra se cruzó en la vida de demasiadas personas anónimas, provocado cientos de desplazados, 150 mil muertos y unos 28 mil desaparecidos. “La promesa de Calderón fue grandilocuente; su estrategia, simplista.”

En ese año se reportó que el Ejército mexicano mataba a ocho enemigos por cada uno herido. Por sus maniobras, entre 2007 y 2012 murieron alrededor de tres mil personas. En ese periodo cayeron 158 soldados.

Masacres por la guerra de Calderón

“Hay quienes creen que esa cifra de muertos es puro pragmatismo. En México, donde menos del dos por ciento de los homicidios terminan en condena, las fuerzas armadas matan a sus enemigos porque no se puede confiar en el sistema judicial” destacó el New York Times.

Estos hechos dieron origen a la condena de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el comportamiento de México en materia de derechos humanos, incluyendo las ejecuciones extrajudiciales.

VICE News informó en enero de 2017 que, según el Programa de Política de Drogas (PPD) del CIDE, en la guerra iniciada por Felipe Calderón ocurrieron aproximadamente 36 mil sucesos relacionados con el narco, en un periodo de diciembre del 2006 a noviembre de 2011.

Narcoterrorismo

En cinco años, de los seis que encabezó, ocurrieron 68 masacres entre ellos “el ataque con granadas sucedido en el centro de la ciudad de Morelia —considerado el primer acto de ‘narcoterrorismo’— durante las fiestas patrias de 2008 que dejó un saldo de 8 muertos y 142 heridos.

El asesinato de 16 jóvenes por un grupo armado en Ciudad Juárez a principios de 2010; el hallazgo ese mismo año de 72 cadáveres de migrantes centroamericanos que habían sido secuestrados por Los Zetas; el incendio que este mismo grupo cometió en contra de un casino de la ciudad de Monterrey donde murieron 61 personas”.

Además de otros acontecimientos que no ocuparon las primeras planas, en los que se reportaron hasta 10 muertos por cada hecho, ocurridos en 20 de los 32 estados del país, siendo Tamaulipas y Durango los escenarios de las mayores tragedias.

La llegada del PRI

Con la llegada del PRI a la presidencia continúo la violencia. Algunos datos compartidos por el especialista en temas de seguridad, Alejandro Hope, dan cuenta de que en promedio, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, la tasa de homicidio en todo el sexenio fue 21.3 por 100 mil habitantes; 18 por 100 mil en el gobierno de Calderón, y 10 por 100 mil en el gobierno de Fox.

“El problema no es sólo el nivel de violencia, sino la trayectoria”, apuntó el especialista, y es que México enfrentó una racha de cuatro años consecutivos con incremento en la tasa de homicidio.

Entre 2014 y 2018, el número absoluto de homicidios creció casi 80%. En términos de tasa, el incremento fue de 71%.

Víctimas de homicidio y feminicidio

Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) arrojaron que en septiembre de este año se registraron 2 mil 825 víctimas de homicidio y 91 de feminicidio. Se trata de un promedio de 97 personas asesinadas todos los días. En comparación con agosto, donde el promedio diario fue de 98 homicidios diarios, se trata de una reducción.

Además, esta cifra mensual de víctimas también es inferior a la de septiembre
de 2018, en la que se registraron tres mil 45 personas asesinadas.

Froylán Enciso, profesor del Programa de Política de Drogas del CIDE, señaló
que el gobierno de Enrique Peña Nieto centró su estrategia en capturar a
objetivos estratégicos.

“Tenían una lista de 120 criminales clave y pensaron que metiéndolos a la cárcel iban a debilitar a las organizaciones criminales, pero resultó falso. Lo que ocurrió es que mientras más detenían líderes, más aumentaba la violencia”, dijo en entrevista a la revista Zeta, y recuperada por Proceso, en diciembre de 2018.

Además, el descabezamiento de organizaciones criminales causó una fragmentación en esos grupos y provocó un aumento de organizaciones delictivas: “el negocio de las drogas que antes era mucho más centralizado, se diversifica en esas organizaciones fragmentadas para poder sobrevivir en el mercado clandestino, entonces se agregan otras actividades como el cobro de piso –que Los Zetas introdujeron hace casi 20 años–, el huachicoleo, el
secuestro de migrantes y la trata de personas”.


Hoy hablamos de la liberación de un criminal no de una masacre

El 17 de octubre de 2019, tras la difusión de versiones sobre ataques de civiles armados en distintos puntos del municipio de Culiacán, Sinaloa, el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, en un hecho sin precedentes, antepone la vida de las personas y evita el derramamiento de sangre.

Hoy hablamos de la liberación de un criminal y no de una masacre, porque por primera vez el gobierno de México no dio el manotazo y reconoció que detuvo un operativo con deficiencias en su planeación y ejecución para capturar a un criminal, hijo de un capo.

Polvadera de opiniones

Desde ese día se levantó un polvareda de opiniones sobre la captura no consumada de Ovidio Guzmán López, alias El Ratón, vástago de Joaquín El Chapo Guzmán.

Frente a ellas, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró “quien gobierna un país tiene que cuidar la vida de todos, ese es su propósito principal: cuidar la vida de las personas… imagínese, si se continúa con el operativo, se hubiese perdido la vida de muchos, esa fue la valoración que se hizo, muchos iban a perder la vida, gente inocente, población civil, no sólo los delincuentes, que son seres humanos, los soldados, que los tenemos que proteger, que los tenemos que cuidar, sino civiles”.

Esas opiniones incluyen unas a favor, incluso de críticos: “hay que reconocer que el presidente tomó una decisión de estadista. Una decisión tremendamente polémica, pero de estadista, ante dos premisas tan malas, pelear en desventaja o ceder, se tomó la opción menos grave”, dijo el periodista Ciro Gómez Leyva.


El escritor Eduardo Salazar del Real imagina una estampa “ignoro cuantas familias de culichis -gentilicio de Culiacán- no celebrarían la Navidad este diciembre si la violencia desatada en su ciudad se hubiera exacerbado con la detención de El Ratón, pero sé que ni la sombra de la cobardía ni de luto generalizado hoy planea por sus calles, gracias a la difícil decisión de liberarlo”.

Sucesos que no deben olvidarse

La masacre inició cuando Miguel Ángel Treviño, el Z-40, uno de los líderes de Los Zetas,      cobró la afrenta de tres de sus operadores en la zona, Alfonso Cuéllar, Héctor Moreno y      Luis Garza, quienes huido a EU.

La venganza en Allende fue contra familiares de los tres operadores de Treviño. Según        investigaciones posteriores, al menos 26 personas fueron desaparecidas entre la tarde        del viernes 18 y la noche del domingo 20 de marzo de 2011.

El informe presenta dos narrativas: una es la de los hechos ocurridos sólo en Allende, donde según expedientes 11 personas fueron asesinadas y 17 desaparecidas. La otra es la perspectiva más amplia de la venganza, en la que según exmiembros de Los Zetas detenidos en Estados Unidos, habrían asesinado a unas 300 personas durante varias semanas y en varios municipios.

  •  Agosto de 2012, detención de Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), capturado en Zapopan, Jalisco, por elementos de la Secretaría de Marina, y liberado por la intervención del gobierno del panista Emilio González Márquez.

En respuesta a la detención, que en ese momento negó la Policía Federal, los integrantes del CJNG efectuaron 28 narcobloqueos Guadalajara y diversos municipios de Jalisco, así como otros seis de Colima

La información fue confirmada en un reporte que se hizo llegar al El Universal, y que este medio publicó en julio de 2015. El documento devela que El Mencho sí fue detenido lo que explica la reacción del cártel. Sin embargo, su captura representó exponer a las autoridades que tenían algún nexo con la organización criminal, y se operó su liberación.

Luis Carlos Nájera, secretario de Seguridad Pública de Jalisco durante el mandato del panista González Márquez, era uno de los protectores de las operaciones del CJNG, y convenció al gobernador de que no era conveniente la aprehensión de El Mencho, por lo que el mandatario local gestionó directamente con el gobierno federal la liberación.

“La negociación, apunta el documento, se dio al más alto nivel, lo que generó el malestar de la Marina, que realizó la captura.”

Luis Carlos Nájera laboró todavía en la siguiente administración, presidida por Aristóteles Sandoval Díaz. El 21 de mayo de 2018, como secretario de Trabajo, sufrió un atentado que causó una gran movilización en Guadalajara, resultando en varias personas heridas y la muerte de una madre y su hijo, quienes sufrieron quemaduras por el incendio de un camión de transporte público. Días más tarde, Nájera Gutiérrez renunciaría a su cargo.

La historia de la humanidad, dice Eduardo Salazar del Real, no estaría escrita con sangre si más estadistas hubiesen actuado como Andrés Manuel López Obrador.

Si se hubiera privilegiado la vida de la gente, si no se viera a las personas como carnaza, daños colaterales o carne de cañón de los intereses más mezquinos bajo la bandera de lucros comerciales, religiosos, patrióticos o colonizadores.

Finalmente, el especialista en seguridad, Edgardo Buscaglia, recomienda apoyar a las fuerzas federales y al gobierno, dejar de politizar la situación, y evitar la desinformación ya que “eso sólo lleva a la inestabilidad política”, lo que menos necesita México y sus habitantes