Las fuerzas antidisturbios ucranianas comenzaron a última hora del martes el desalojo de la plaza de la Independencia o Maidán de Kiev, bastión de las protestas antigubernamentales, tras el estallido de violentos disturbios en la capital que han causado 13 muertos —siete de ellos civiles y seis policías— y unos 200 heridos.
Con la ayuda de tres camiones de agua, la policía derribaron las barricadas construidas en los accesos a la plaza por los manifestantes, que lanzaron a los agentes antidisturbios adoquines, petardos y cohetes artificiales, según medios locales.
El Berkut, el destacamento especial antidisturbios, avanzaba anoche hacia la histórica plaza desde dos sitios: la Plaza de Europa y la calle Institútskaya, que conduce a la Rada Suprema (el Parlamento).
Oficiales de la policía instaron por magafonía a los manifestantes a desalojar pacíficamente la plaza, donde se encuentran acampados desde el pasado 21 de noviembre. Además, exhortaban a las mujeres y a los niños a que abandonasen la plaza Maidán, como ya hizo antes el dirigente opositor Vitali Klitschkó en previsión de una dispersión violenta de la plaza.
Como parapeto y para frenar el avance de la policía, los manifestantes formaron una gran muralla de fuego tras incendiar varias tiendas de campaña, y miles de personas estaban congregadas en el corazón del Maidán cantando el himno nacional, mientras hacían ondear banderas del país y coreaban el «Gloria a Ucrania».
Los choques estallaron este martes en la calle Grushevki, cuando la policía intentó impedir el paso de una marcha multitudinaria convocada por la oposición para demandar que se restituya la Constitución de 2004, lo que limitaría los poderes del presidente en favor del Parlamento.
«ORDENE EL REPLIEGUE DE LA POLICÍA»
Los líderes opositores han hecho un llamamiento al presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, a que ordene el repliegue de la policía y renuncie a la dispersión violenta del Maidán. «Ordene el repliegue de la policía. Llamo a Víktor Yanukóvich a declarar una tregua hasta la mañana, entonces estaremos dispuestos a acudir a las conversaciones», ha proclamado Arseni Yatseniuk, dirigente del principal partido opositor (Batkivschina). El dirigente opositor ucraniano Vitali Klitschkó ha hecho un llamamiento a los países democráticos a que intervengan en Ucrania para frenar la violenta confrontación.
El presidente de la Rada Suprema, Vladímir Ribak, ha anunciado que el presidente se reuniría este miércoles por la mañana con los líderes de la oposición. Manifestantes y antidisturbios han protagonizado este martes los primeros choques violentos en Kiev desde los disturbios de finales de enero pasado.
Las autoridades canadienses han afirmado que varios manifestantes han entrado en la embajada canadiense en Kiev «para escapar la violencia del Gobierno» y que esperaban que pudieran abandonar la legación diplomática sin ser perseguidos.
El director de comunicaciones del ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Rick Roth, ha señalado en su cuenta de Twitter que los manifestantes refugiados en la embajada «son pacíficos y no han causado ningún daño al edificio o al personal». «Esperamos que esos individuos puedan abandonar la embajada de forma segura, sin intimidación, arrestos o más acoso», ha añadido Roth.
PROTESTAS POR EL DERECHO DE REUNIÓN
Ante las crecientes manifestaciones europeístas en el centro de Kiev, ocupado por la oposición, la mayoría parlamentaria oficialista aprobó el 16 enero una serie de leyes para restringir el derecho de reunión y otras libertades civiles.
Tres días después se registraron en la capital ucraniana violentos choques entre manifestantes y policías antidisturbios que causaron seis muertos y centenares de heridos.
Para evitar un mayor derramamiento de sangre, las autoridades y la oposición han comenzado un proceso de negociaciones, cuyos resultados han sido la dimisión del Gobierno del primer ministro Mikola Azárov y la entrega del Ayuntamiento de Kiev y otros edificios públicos ocupados por los manifestantes.
También se ha aprobado una amnistía con condiciones para todos los manifestantes imputados por participar en los desórdenes callejeros.