Lula da Silva derrocó una vez más a la derecha que lastimó al país en tiempos de COVID19 y acabó con programas sociales que habían sacado de la pobreza a miles de brasileños.
Por Gerardo Salas
RegeneraciónMx, 3 de noviembre de 2022.- La historia de Brasil es basta y por demás interesante, sin embargo, si acotamos a las últimas décadas sin duda alguna el gran referente es Luiz Inácio Lula da Silva.
Fue obrero metalúrgico, donde incursionó en el sindicato hasta llegar a la dirigencia del mismo. De los principales líderes contra la dictadura militar en los 60s. Desde 1989 buscó la presidencia, acumulando tres intentos fallidos hasta que en 2002 logró encabezar su país.
En sus ocho años en la presidencia, habiendo logrado una reelección, realizó reformas profundas e históricas a favor de la base social de su país. Logró triplicar el Producto Interno Bruto (PIB), llegando a considerarse la sexta economía mas grande a nivel mundial.
Tuvo dos programas sociales icónicos:
- Fome zero (Hambre Cero): Con el objetivo de garantizar el derecho básico al acceso a la alimentación. Va desde ayudas económicas directas a las familias, comedores comunitarios y entrega de suplementos alimenticios. A la par se otorgaban ayudas financieras a los proyectos de agricultura familiar. Los resultaros fueron claros: 82.4% de las familias mejoraron su ingesta alimentaria y el ingreso de las familias más pobres aumentó en una cuarta parte. Es considerado el mejor programa para combatir el hambre en la historia de Brasil.
- Bolsa Familia: Otorga apoyos financieros a las familias mas vulnerables del país a cambio de que mantengan en la escuela a los hijos. De tal manera que las familias podrían tener recursos para su día a día y a largo plazo el nivel de escolaridad brasileño aumentaría. Incluso ha sido avalado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Bando Mundial, considerándolo uno de los programas sociales más efectivos en reducción de pobreza a nivel mundial. Al final del periodo presidencial de Lula, 52 millones de personas se beneficiaban de este programa social. Así como el programa de pensión de universal de AMLO, Bolsa Familia fue elevado a rango constitucional.
Los resultaros fueron tales que lograron sacar de la pobreza mas de 30 millones de brasileños en su periodo. ¡Histórico!
No es de sorprendernos que haya terminado su periodo presidencial con mas de un 80% de aprobación, por lo que su partido obtuvo la victoria en las elecciones consiguientes llevando a la presidencia a Dilma Rousseff, quien se convirtió en la primera mujer en presidir su país. Su presidencia se caracterizó por fortalecer y continuar con las practicas sociales que Lula da Silva había plantado. Dilma, al igual que su antecesor, fue relecta para continuar con un segundo periodo.
Sin embargo, la pesadilla brasileña inició cuando la derecha fue endulzando el oído del pueblo del país sudamericano, haciéndole creer que los niveles de bienestar logrados eran gracias a un esfuerzo individual y no por los programas sociales de Lula y Dilma, a quienes tacharon de populistas (¿se les hace familiar?).
Lamentablemente el pueblo brasileño creyó esas mentiras, por lo que la derecha vio incrementada su participación en el Senado y la Cámara de Diputados. A tal grado que en el primer semestre del 2016 fue posible orquestar una operación en contra de la presidenta Rousseff separándola de su cargo para que ocupara la presidencia el vicepresidente Michel Temer, quien sorpresivamente se había aliado a la derecha para traicionar a su aliada Dilma quien fue acusada de corrupción.
Lula da Silva no fue exento de la traición de Temer, ya que fue acusado corrupción con argumentos por demás endebles. En medio de una multitud que respaldaba su figura, en 2018 se entregó para ingresar a prisión por 580 días. Logrando así imposibilitarlo a participar en las elecciones presidenciales del 2018. Facilitándole el camino a la presidencia al neoliberal Jair Bolsonaro, quien sínicamente al ocupar el cargo nombró ministro al juez que condeno a prisión a da Silva.
“Nunca pensé que poner un plato de comida en la mesa de un pobre generaría tanto odio de una élite”, expresó.
El periodo de Bolsonaro fue desastroso. Increíblemente hizo criticas duras al programa Bolsa Familia, reduciendo sus recursos y eliminando el apoyo a más de un millón de familias brasileñas, así como restringiendo significativamente la adición a nuevas familias. Durante la pandemia del COVID19, aliado a la elite empresarial, decidió no parar actividades productivas lo cual generó la expansión del virus masivamente colocándose en su momento como el 2do país con más muertes por tal causa. Cientos de miles de brasileños aún vivirían si no fuera por su inhumana estrategia.
También es señalado por malversación, falsificación de documentos públicos, uso irregular de dinero público y atentados contra la dignidad del cargo.
En noviembre del 2019 Lula logró su liberación, encabezando así el disgusto popular por el nuevo régimen para hace apenas unos días ganar las elecciones presidenciables derrotando a Bolsonaro, quien pretendía reelegirse, siendo la primera vez en la historia que un presidente que intentaba reelegirse pierde la contienda.
La derecha mexicana, como en su momento en Brasil, repite y repite que AMLO es un populista, que apoyar a los que no tienen recursos es paternalismo, que los pobres son pobres porque quieren. En castellano o portugués la derecha es igual: les duele (y mucho) que el presupuesto llegue al pueblo en vez de a sus cuentas de banco personales.
El esfuerzo individual claro que es importante para la búsqueda de mejores condiciones de vida, pero solo dará frutos si existen las condiciones económicas favorables a las clases sociales que comprenden el grueso de la población. No perdamos de vista que la clase media está más cerca de la baja que de la élite que es beneficia por gobiernos de la derecha.
En enero del 23 Lula regresará a la presidencia, sin embargo, no exime que Brasil llegó a caer en las garras de la derecha rapaz disfrazada de cordero siendo desastroso e irrecuperable ese periodo. ¡Aprendamos en cabeza ajena!
Sigue a Gerardo Salas en:
Facebook: Gerardo Salas L.
Twitter: @gsalas_