“Si militar es lo contrario de civil, entonces militarización es lo contrario de civilización”. – El Fisgón
La derecha mexicana a través de su presidentito de juguete (Embajador de EEUU en México en sus ratos libres), y su copetuda versión que desde ahora ya se siente en su silla, pretende legalizar a través de interpósitos valedores en el Congreso, la posibilidad de declarar un estado de excepción en el país –por voluntad de las pistolas de Don Ejecutivo- alegando una presunta afectación a la seguridad interna.
Los laberintos retóricos de la Ley de Seguridad Nacional ocultan y advierten una iniciativa autoritaria, militarista y policial, que pretende legalizar el uso faccioso del Ejército y la Policía para reprimir movimientos sociales, así como disfrazar violaciones a los Derechos Humanos.
El PRIAN, el Verde y los chuchos en comisiones aprobaron su Ley de Seguridad Nacional. Si le sumamos la Reforma Laboral, los neoliberales que usurpan el gobierno y sus colegas del PRI se lanzan con todo en pos de las “reformas estructurales que el país necesita”. En verdadera oposición, diputados del PT representaron dignamente al MORENA al votar en contra y oponerse con argumentos irrefutables a la oligarquía y sus aliados en el PRD chucho.
Se pronunció el colectivo “No Más Sangre” en el Correo Ilustrado en La Jornada, del 27 de julio de 2011 y advirtió que “en caso de que se apruebe la realización del periodo extraordinario, convocaremos a la movilización ciudadana para impedir cualquier reforma legal que se pretenda imponer al vapor y de espaldas a la población”.
Estudiantes conscientes iniciaron campañas de difusión audiovisual en Internet en rechazo tajante a la Ley de Seguridad Nacional (en la que los grandes ausentes fueron las huestes tuiteras de Reforma Política YA).
En este mismo sentido el movimiento de Sicilia hizo lo suyo y le dijo “córtalas” al Congreso aplicando la ley del hielo por un par de días.
¿Y el foro que hubo en el Congreso, apá?
Sin embargo el presidente de la Comisión de Gobernación –diputado panista cuyo nombre se omite por razones de seguridad interna del tecleador- arremetió contra Andrés Manuel López Obrador, acusándolo de tener el interés político de su rompimiento con su tocayo líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (movimiento sin siglas significativas ni himno guapachoso) al trastocar con sus “radicalismos políticos” la “nitidez” (o “pureza” diría Federico Arreola) del Movimiento por la Paz. Cual toro de lidia cegado por la vaselina embarrada en sus ojos, arremetió contra el MORENA que según él “hace una serie de acusaciones y juicios absolutamente irresponsables y con un desconocimiento brutal de las cosas” cuya influencia -dijo- se nota principalmente la red social Twitter, y “que ya desde ahora está llevando agua a su molino”. Escucha el audio con las declaraciones del presidente de la Comisión de Gobernación.
Para entonces, la agitación en las redes sociales se había convirtido en un “cacerolazo” virtual, con una manifestación programada para el martes a las 8:00 a.m. afuera de la Cámara de Diputados.
Además de confirmar con su diatriba personal hacia AMLO, que el MORENA le aguó la fiesta, que la Resistencia Civil Pacífica funciona ante los pretendidos albazos, el Diputado olvida que no sólo el MORENA cuenta con los argumentos suficientes para debatir a favor de la desmilitarización, frente al enfoque militarista típico de la derecha autoritaria y represiva a la que él pertenece. Las mismas sospechas de un posible uso faccioso de las fuerzas de seguridad federales (de un modo ciertamente menos beligerante pero en el mismo sentido) las han expresado académicos e investigadores en temas de seguridad como Edgardo Buscaglia y un amplio sector de juristas, activistas y analistas políticos que acudieron al foro instalado en el Congreso para debatir este mismo asunto.
En una de esas crueles ironias de la vida, el “representante popular” por Ciudad Juárez pretende legalizar en todo el país, lo que en esa “ciudad laboratorio” sucede desde aquel triste 28 de marzo de 2008, cuando inició la militarización con la pesadilla del Operativo Conjunto Chihuahua con una consigna: “acabar con el Cartel de Ciudad Juárez” (El Universal, 28 de Marzo de 2008).
Comisión de “Gobernabilidad”, presente
Lo bueno: el surgimiento del Frente Nacional Contra la Rrepresión; lo malo: que la represión en general y contra activistas se agudizó; lo peor: que los militares llegaron con “la plebe” bajo el brazo, y el crimen se disparó. Resultado del “Operativo Conjunto de Grupos Armados en Chihuahua” hasta estos días: Aumento en el crimen en un 400% con la presencia del Ejército y Policía Federal en las calles; la ciudad con mayor cantidad de muertes con violencia en el país, producto de los grupos armados en conflicto; el Estado con mayor número de denuncias por violación a Derechos Humanos por parte del Ejército y Policía Federal.
Ante estos hechos, los cuestionamientos: ¿Por qué no mejor lleva ése legislador azul a su Comisión de “Gobernabilidad” que preside, a dar una vuelta por las colonias del sur-oriente de Ciudad Juárez? Casa por casa (de tabla-roca), colonia por colonia (maquiladora) y consulta con la gente si se sienten seguros a lado de los federales.
Podría pregunttar a los pocos valientes que aún sobreviven en el Valle de Juárez (si el retén militar le permite pasar sano y salvo a esa tierra de nadie) lo que es convivir con el Ejército ¿Por qué no se da una vuelta Guadalupe Distrito Bravos? La Diputada por el PT Teresa Guadalupe Reyes Sahagún asistió al sepelio de dos miembros de la familia de activistas Reyes Salazar asesinados por un comando paramilitar y conoce por allá aquel rumbo. Tal vez ella pueda darle al Diputado indicaciones o acompañarlo –si acaso le quedaron ganas de volver-.
¿Por qué no debate Javier Corral y su Comisión de Gobernación, con académicos, activistas y estudiantes de Ciudad Juárez -en Ciudad Juárez, no nomás con Sicilia- frente a los medios de comunicación, una verdadera Ley de Seguridad Humana en México?
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