De aceptarse la exigencia explícita de los empresarios e implícita del grupo de los “notables”, nuestra deuda externa ascendería a cerca de 12 billones de pesos.
Regeneración, 26 de abril de 2020. Presentamos la primera parte del análisis sobre la carta que 320 personajes de la sociedad civil y el sector empresarial enviaron al presidente AMLO donde piden la condonación de impuestos y le demandan que México solicite un préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los empresarios golpistas y el grupo de los “notables”, ¿una misma cosa?
(Primera parte)
José René Rivas Ontiveros*
Hace unos días, un grupo de 320 personas dieron a conocer una carta dirigida “al Presidente de la República [cuyo nombre obviaron], al Congreso de la Unión y a la Opinión Pública”, la cual llevó el encabezado “MÉXICO NECESITA UN PLAN DE EMERGENCIA QUE ABARQUE TODA LA NACIÓN” y en la que, además de afirmar que en la actual crisis de México, ocasionada por la pandemia, no hay mayor prioridad que la de salvar vidas, los firmantes, personajes “notables”, aseveraron que es “un grave error del discurso presidencial” la separación “de la política económica de las grandes directrices sanitarias”. Por esa razón, ellos, que sí saben cómo abordar el problema —no así el presidente de la república y su equipo— señalaron que “la política económica de la emergencia consiste en crear las condiciones para que la mayor cantidad de mexicanos nos quedemos en casa”.
Para la implementación de su propuesta, el citado grupo de los “notables” propone no ayudar solo a los trabajadores, sino fundamentalmente a las “empresas para proteger todos los empleos. […] Lo mismo el empleo formal que el informal, sin distingos. Se trata de una enorme responsabilidad de las empresas, micro, medianas y grandes, pero también del Estado, que tiene el deber de apoyarlas sin obstáculos ni prejuicios. […] Decir que México está dividido entre el ‘plan del Presidente’ y el ‘plan de los empresarios’ es una falacia que estorba y que niega la diversidad real de la República. […] La sociedad mexicana no está partida en dos, como lo quieren los partidarios de la polarización y la discordia. […] Coherencia entre la directriz sanitaria y la política económica. Política masiva, Estado-empresas, para lograr el propósito de cero despidos. […] No esperamos más división, sino la integración democrática y común de un proyecto en el cual, se reconozca toda la nación”.
Con esos planteamientos, que indudablemente son la esencia del documento, el grupo de los “notables”, sin ninguna vacilación, también hace suyos los reiterados pronunciamientos tanto del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) como de la Coparmex, los cuales, desde hace varias semanas y en pleno marco de la crisis producida por la pandemia que hoy azota a todo el orbe, por diferentes medios y de muy distintas maneras, han estado ejerciendo una sistemática y agresiva presión en contra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, tendiente a doblegarlo para que acepte condonarles el pago de impuestos, tal y como siempre lo habían logrado con todos los gobiernos anteriores de la etapa neoliberal.
Concomitantemente, también han estado demandando que México solicite al Fondo Monetario Internacional un préstamo de un billón de pesos para que haya dinero y, de esta forma, se les ayude a seguir manteniendo vivas sus empresas y, por ende, generando empleos para los trabajadores, a quienes al parecer ahora sí les interesa mucho proteger y apoyar, luego de que a lo largo de los 36 años de regímenes neoliberales los tuvieron en el más completo de los abandonos.
Asimismo, con el apoyo de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (MC) y otros agrupamientos de la derecha mexicana, también le han estado exigiendo al gobierno federal que suspenda la construcción de la refinería de Dos Bocas, del Tren Maya y del aeropuerto de Santa Lucía, con el fin de liberar recursos para destinarlos a la reactivación de la economía nacional.
Lo que realmente pretenden estos empresarios, apoyados ahora por el grupo de los “notables”, quienes en el momento más oportuno para aquellos les sirven como punta de lanza sobre todo para la realización de la actividad mediática, es que el Estado mexicano impulse y apruebe el que de facto sería una nueva especie de Fobaproa, como aquel que consistió en que los legisladores del PRI y del PAN o, mejor dicho, del PRIAN, hace más de un cuarto de siglo, aprobaran en el Congreso convertir en deuda pública una multimillonaria deuda privada de un selecto grupo de empresarios, banqueros y personas de negocios.
Desde entonces y hasta la fecha, y solo de esa deuda, entre capital e intereses se han pagado más de 700 mil millones de pesos; sin embargo, aún faltan por pagarse otros dos billones de pesos. Por eso, de aceptarse la exigencia explícita de los empresarios e implícita del grupo de los “notables”, nuestra deuda externa ascendería a cerca de 12 billones de pesos.
*Doctor en Ciencia Política. Profesor e investigador de Tiempo Completo en la UNAM y miembro del SNI.