Por: Tulix Covarrubias
“Los sentidos se han amplificado, nuestros ojos están cerrados, las neuronas se han despertado, los espíritus llegarán…serpientes de colores y grandes diamantes, corona de oro llevan sobre la cabeza…espíritus hoy veo llegar” Fiesta, Don Agustín Rivas
Regeneración, 31 de octubre del 2015.-Las tradiciones mexicanas relacionadas con el día de muertos son mundialmente conocidas y admiradas por su belleza.
Sin duda uno de los aspectos que más ha llamado la atención, es la ausencia de miedo a la muerte; miles de hogares mexicanos preparan año con año la ofrenda o altar de muertos para dar la bienvenida a los difuntos, quienes durante el transcurso de un par de días conviven con nosotros y comparten nuestros alimentos.
La ofrenda es una de las máximas expresiones de la mezcla cultural existente en México. Por una parte tenemos la flor de cempasúchil, el copal y la comida herencia indígena y por otra, las velas y veladoras que trajeron consigo los españoles durante la conquista.
El festejo mexicano no está basado en la tristeza, sino en el festejo. El día 01 de noviembre llegan los “muertos chiquitos” a quienes es indispensable dejarles juguetes para su diversión, agua para mitigar la sed que ocasionó el largo viaje y sal para que su cuerpo no se corrompa durante el viaje de regreso.
Cuando los niños se van, llegan los adultos, quienes buscan no sólo comida, también licores para recordar los buenos momentos vividos.
Pese a las similitudes en el festejo de Día de Muertos, existentes en todo el país, cada región tiene matices y costumbres de esta tradición, así como diversas concepciones de la muerte. He aquí algunos ejemplos.
Xantolo
Nombre de la festividad del día de muertos, una de las más importantes dentro de la Huasteca Potosina e Hidalgo.
Durante el Xantolo con danza, cantos y platillos típicos, se unen los habitantes de las comunidades en espera de la llegada de sus familiares y amigos difuntos, quienes se quedan durante todo el mes de noviembre, disfrutando, acompañando y remembrando con quienes los reciben, su estadía en vida sobre la tierra.
Los Mayas y la muerte
Para los mayas, la vida y la muerte son complementos, creen en ciclos de destrucción y de creación, es decir en la vida después de la muerte.
El maestro de estudios mesoamericanos de la UNAM, Roberto Romero Sandoval explica que: “En la cultura maya el hombre se concibe con un naturaleza dual, es decir, la unión del cuerpo y la identidad anímica, que se separan en el momento de la muerte para habitar en los sitios del cosmos, entre ellos el inframundo, llamado Xibalbá, que se traduce como ‘el lugar donde se desvanecen’”.
A diferencia del cristianismo, para los mayas lo sagrado se encuentra en el interior de la tierra, que es donde surge la vida.
Para lograr llegar a Xibalbá el muerto tendría que sortear una serie de dificultades, entrando al inframundo través de cenotes y cuevas.
Para ellos, la muerte era cuestión de celebración, de felicidad, de fusión.
Fiesta en los panteones
Los panteones mexicanos se llenan de fiesta durante el 01 y 02 de noviembre de cada año. Familiares de los difuntos, limpian y decoran las tumbas de sus seres queridos.
Uno de los panteones más tradicionales es el ubicado en San Andrés Mixquic, lugar en el que con el sonido del mariachi se realizan concursos de calaveritas, se hace la representación de un cortejo fúnebre y en medio de bromas, veladoras, música y flores al por mayor, se festeja la llegada de los muertos.
Mictlán, el lugar de los muertos
En el Mictlán reinaban el dios Mictlantecuhtli y su esposa Mictlancíhuatl. Era el lugar al que llegaban todos los que habían tenido una muerte común, quedaban exentos los hombres muertos en combate y las mujeres que murieron durante el parto.
Como el viaje era agotador, el alma debía prepararse desde la agonía. Para darle fuerzas se le daba al moribundo una tonificante bebida llamada cuauhnexatolli.
Los muertos tenían que sortear las dificultades de las 9 dimensiones previas al Mictlán, por lo cual era indispensable la compañía del Xólotl (perro xoloitzcuintle) guía del muerto hacia el inframundo.
Cuando por fin un mexica lograba llegar al Mictlán, su alma podía descansar, desaparecer o convertirse en colibrí.
Los días uno y dos de noviembre, vienen a visitarnos todos aquellos que se adelantaron en el camino, por lo cual hay que mantenernos alerta para recibirlos con amor y alegría.
Les comparto una pequeña colección de imágenes que transmiten la belleza de la visión mexicana del Día de Muertos y de la muerte en sí. La canción corre a cargo del Dj NU quien realiza una mezcla de la canción Fiesta de Don Agustín Rivas