Medios de comunicación horizontales frente a medios piramidales que venden el apocalipsis en México y una respuesta para aprender a debatir
Algunos elementos para entender la nueva realidad
Por Ramiro Padilla Antondo*
Regeneración, 30 de octubre del 2018.Quizá no estamos entendiendo los signos de los tiempos. Quizá. Hay dinámicas sociales que no se ajustan a lo que algunos querrían.
Y en este sentido, los instrumentos de análisis para tratar de explicar esta nueva realidad son obsoletos.
Las tendencias indican que la opinión pública circula ahora por nuevos derroteros y hay quienes no se ajustan.
Me refiero a los medios que alguna vez concentraron la información y que ahora se han convertido en una cajita de resonancia con cada vez menos influencia.
Ejemplifico, sin las redes sociales, el resultado de la elección hubiese sido diametralmente distinto.
Las nuevas tecnologías le dan voz hoy a periodistas de provincia que por ningún motivo hubiesen podido ascender al pináculo de la hiperconcentrada clase periodística mexicana.
Esta misma clase que hoy intenta vender el apocalipsis, pero que se ha topado con una pared llamada realidad cuyos números no mienten.
Llamar tirano a López Obrador es enternecedor.
Porque se soslaya el poder adquirido por la ciudadanía.
La presión pública hizo recular la decisión de dejar al PES al frente de la comisión de cultura por ejemplo.
Estos son nuevos caminos de ejecutar la democracia.
Un votante que dice que no votó por Encuentro Social y espera que se le cumpla.
Con respecto a la libertad de expresión me gustaría explicar un poco de que va el asunto.
México es el segundo país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo.
En la cobertura diaria de los grandes medios concentrados en la ciudad de México al parecer no es importante.
Al contrario, desarrollan innumerables peroratas analizando el sentido etimológico y lingüístico de la palabra fifí, como si en ello se les fuera la vida.
Humberto Padgett del portal Sinembargo es condenado por un tribunal del Estado de México a indemnizar al ex gobernador Eruviel Avila por varios millones de pesos, lo cual es un ataque grave a la libertad de expresión pero ese no es un tema que preocupe.
Esta dicotomía en el sentido en el que se desarrollan las agendas tiene que ver con lo que dije al principio.
Quizá no estén entendiendo lo que pasa en realidad.
El país es más complejo que la Ciudad de México.
Hay muchos Méxicos con diferentes códigos culturales que acertaron en una sola cosa.
El PRI ya no es una opción viable y le tomará al PAN algún tiempo retornar a la ejemplar democracia interna que tuvo hasta hace algunos años.
Moisés Nahím en su libro el fin del poder lo explicaría. El poder no es lo que solía ser. Está más disperso.
Ni el poder político ni el poder periodístico que una gran parte del siglo XX manejaron la información de manera unidireccional han entendido esta nueva realidad.
Hay una suerte de obsolescencia en algunas palabras que a fuerza de utilizarse han perdido sentido.
Por lo mismo me parece incorrecto ahora medir con la palabra tiranía a quien fue elegido de manera abrumadora por el voto ciudadano.
La credibilidad de los medios sufrió una fuerte sacudida porque se ve de manera clara que el modelo de comunicación pasó de ser piramidal a uno que a todas luces es horizontal.
La credibilidad se tiene o no se tiene y es claro también que hay muchos periodistas cuya fidelidad al sistema los alejó de la objetividad por un tema de filias o fobias.
Esta creencia de un presidente todo poderoso que buscará perpetuarse en el poder abona a este desfase conceptual del que hablé unas líneas más arriba.
El sistema político sufrirá una reconfiguración (si se me permite el término) en el cual muchas de las viejas reglas dejarán de tener uso.
Las agendas periodísticas deben ir más allá del tema fifí y concentrarse en lo que verdaderamente importa, la construcción de una nueva realidad política.
Todo parece indicar que los medios que se adapten sobrevivirán y los que no quedarán evidenciados como lo que siempre fueron, simples repetidoras de una agenda que fue beneficiosa a gobiernos que ahora se hunden en el descrédito.
Vender el apocalipsis a priori mientras se salta entre montones de cadáveres, se rematan los bienes nacionales y los políticos se hacen increíblemente millonarios es un ejemplo de negación de la realidad.
Parafraseando a un articulista que anunciaba la injerencia rusa, algunos medios y periodistas están ya en la tercera llamada.
Y se les contestará con honestidad y sin virulencia.
Porque esta transformación pasa por eso también.
Aprender a debatir y a tratarnos con educación.
Excelente semana.
*Ramiro Padilla Antondo, @ramiroatondo Es un escritor mexicano nacido en Ensenada, Baja California.
Autor de los libros de cuentos A tres pasos de la línea, Cuentos de la zoociedad, Esperando la muerte y de las novelas Historia de una ficción breve y Días de agosto.
Algunos de sus ensayos publicados son: Lectura y contra lectura, México para extranjeros, La verdad fraccionada y Hojas sin ruta.