Por Saulo Aguilar Bernes.
La mega escultura fue planeada como una atracción turística y cultural en un Quintana Roo, diseñada por el artista Enrique Carvajal “Sebastián”. La idea original era volverlo un museo, un mirador y un centro comercial al mismo tiempo. Incluso se llegó a argumentar que sería la Torre Eifel de Chetumal. En realidad no fue más que un faraónico monumento a la corrupción como señaló Andrés Manuel alguna vez.
La obra se inició en 2004 con el gobernador Joaquín Hendricks Díaz (actualmente Secretario Técnico del Consejo Político Nacional del PRI) y se intentó concluir en la administración siguiente con Felix González Canto (hoy en día senador por el PRI). Entre ambos solicitaron recursos en el plan fiscal por un total de 121 millones de pesos. La obra jamás se terminó y ambos gobernadores dejaron el cargo inmensamente ricos.
La mega-basura, como le llaman los locales, ha sido dos veces el gran fraude millonario del PRI, pues los recursos fueron aprobados por el congreso local… ¡Dos veces! Ahora el gobernador actual, Roberto Borge Angulo (un verdadero mirrey en el gobierno), conocido por sus excesos, corrupción, nepotismo y descaro al derrochar recursos para beneficiar a sus amigos y perseguir a sus opositores como el periodista Pedro Canché, ha pedido 100 millones de pesos para culminar la obra. La fórmula es la misma: en unos meses dejará el cargo y se irá mucho más rico pues seguro concesionará la obra a uno de sus familiares o amigos.
El próximo candidato del PRI a la gubernatura es hermano de Pedro Joaquín Coldwell, definitivamente es un personaje gris impuesto por Beltrones y su hermano. Es por eso que este estado representa muchos intereses para ese grupo privilegiado que domina México. Este estado en el que aún hay hambre en las comunidades, en el que se acrescenta el desempleo, el salario paupérrimo, en donde no hay más universidades públicas ni bibliotecas y donde la corrupción es el primer mal de todos.
En Quintana Roo no todo es playa y sol.