Universidad Autónoma Metropolitana – Iztapalapa (UAM-I)
Objeción de conciencia, desobediencia civil y resistencia civil
El derecho a oponerse al gobierno [→]
La objeción de conciencia [→]
La justificación jurídica de la objeción de conciencia [→]
Diferencia entre la objeción de conciencia y la desobediencia civil [→]
La justificación política: legitimidad y legalidad [→]
La desobediencia como condición de la libertad [→]
Definición de la desobediencia civil [→]
Derecho a infringir la ley [→]
Resistencia civil contra la opresión [→]
La resistencia no violenta [→]
Objetivos y metas[→]
Planificación [→]
Campañas coyunturales y permanentes [→]
Investigación[→]
Análisis de la relación de fuerzas[→]
Negociación[→]
Evaluación de una campaña[→]
Estrategia ofensiva-defensiva [→]
La huelga política de masas[→]
El paro cívico o paro patriótico[→]
El boicot, una forma de no-cooperación[→]
Formas de acción, la táctica y la estrategia[→]
La selección y las combinaciones[→]
Anexo 2. Etapas y procesos de la transformación de conflictos. Diana Francis y Guus Meijer.
Anexo 3. Evaluación de una campaña. Guía de Desobediencia Civil. Traducción al castellano de: Act Up NY – Civil Disobedience Guidlines.
Anexo 4. Preguntas útiles a la hora de planificar acciones. Documentos Noviolencia. Manual para una Revolución No-violenta. Grupos de Afinidad. Colectivo
de Objeción de Conciencia de Zaragoza, España (COA).
Anexo 5. Apoyo a la acción directa. Centro Escocés Para la No Violencia. Taller de desobediencia civil, Acción Directa No-violenta. Formación introductoria. Gente con poder en comunidades fuertes realizando una acción eficaz. Israel, mayo 2003.
la objeción de conciencia, la desobediencia civil y la resistencia civil al poder. En
situaciones similares las tres vías se practican y se mezclan, y a ello contribuye
que en ocasiones se emplean las mismas tácticas o formas de acción. La base
común de las tres formas de disidencia es un principio moral: el deber de rechazar
activamente a la injusticia, la mutilación o incluso supresión de la libertad junto con
todos los derechos colectivos.
La objeción de conciencia es un acto individual por el que se defienden las
convicciones propias evadiendo los actos de autoridad, sin pretender cambiar un
sistema injusto. La desobediencia civil es una acción colectiva que persigue
corregir una situación de injusticia, cambiar parcialmente una política o una ley
injustas. La resistencia civil se propone cambiar todo un régimen autoritario por
otro democrático, redistribuir el poder monopolizado por minorías y someter
pacíficamente el poder político a la voluntad popular.
La situación histórica concreta dicta el grado de oposición a la injusticia, que
puede ir desde una acción individual a una movilización de masas, de un acto
simbólico hasta el derribamiento de una dictadura. De acuerdo con los objetivos a
alcanzar se ha de decidir sobre cuáles medios son los adecuados para lograrlo.
Los medios para conseguir los fines representan un problema, porque tiene que
corresponder la legitimidad de los fines con la nobleza de los medios que deben
ajustarse a los principios morales que guían el rechazo a la injusticia.
Desde la antig¸edad Sócrates (Siglos. V-IV a. n. e.) ha sido un símbolo del objetor
de conciencia que enfrentó un poder que lo juzga y condena a muerte por no
renunciar a sus convicciones basadas en una moral pública. La justicia es un valor
que pertenece a la naturaleza humana, a la conciencia individual que marca la
moralización del Estado y la política, y ese principio de justicia le permite
reconocer la conducta egoísta e injusta. La libertad de conciencia consiste en
proponerse uno mismo ser lo mejor posible, guiado por lo justo y lo bueno. La
acción justa conforme a su conciencia lo obliga a no renunciar a ella para no caer
en el deshonor, y no pidió clemencia ni absolución porque tal cosa significaría
aceptar una culpabilidad no cometida. Esta moral significa que la conducta del
individuo la dicta la conciencia de la actuación justa, que libremente debe
observarse pese a que se oponga al Estado y al interés de las clases poderosas,
vale decir, la moral individual ha de mantenerse aún en contra de la opinión de la
colectividad.
Sócrates hizo valer su responsabilidad personal de ser objetor de
conciencia asumiendo el riesgo de ser castigado con la pérdida de derechos
cívicos, el destierro o la muerte. Si el Estado le aplica esos castigos por seguir los
dictados de su conciencia, éste incurre en el mayor daño público porque comete
un acto inmoral e injusto. Pero Sócrates no desafió a las leyes mismas sino el
desvío de la justicia por la inmoralidad de los jueces.
En cambio H. David Thoreau (uno de los fundadores más reconocidos de la
desobediencia civil, a mediados del siglo XIX) protestó contra la injusticia de las
mismas leyes, basándose en la conciencia individual y en la obligación moral.
Practicó la desobediencia civil al cumplimiento de una ley injusta por razones de
conciencia moral. Su idea es más cercana a la objeción de conciencia porque,
decía, la conciencia de la justicia depende del individuo mismo, no de las reglas
dictadas por el gobierno. Se es primero hombre antes que ciudadano, así, el
hombre virtuoso cultiva primero la justicia antes que el respeto por la ley. La
obligación moral es hacer lo que es justo, este principio es anterior al deber de
obediencia a la ley.
Thoreau sostiene que es esta conciencia del individuo ligada con el interés
comunitario lo que constituye el interés general. Por eso está en contradicción con
la conducta negativa del individualismo que sólo le importa el beneficio propio y
carece de una conciencia social; los individualistas se convierten en servidores del
Estado porque abandonan su responsabilidad personal para dejarla en manos del
Estado, de modo que su obligación respecto de la ley se reduce a su
conveniencia.
Tanto Sócrates como Thoreau coinciden en que la desobediencia tiene una
motivación individual, es apolítica porque el acto de desobediencia es
independiente del compromiso social del individuo.
Otro gran luchador social es el italiano José Mazzini (mediados del siglo
XIX), quién también afirmaba que los derechos que contiene la libertad son
irrenunciables, pero no basta conocerlos, primero se tiene el deber de ejercerlos
con constancia y aún con sacrificio. Mazzini también se oponía al individualismo,
creía en un principio superior que guíe a los hombres hacia lo mejor, que los
vincule a sus hermanos, y ese principio es el deber de vivir para los demás, tener
como fin el hacerse mejores y combatir la injusticia en beneficio de sus hermanos.
El método propuesto por Manzini era el de la educación de las personas en
la doctrina humanista para que hubiera una transformación cultural de las
personas. Para producir los cambios sociales el medio es la consulta al pueblo. El
gobierno representativo se sostiene en la participación activa de los ciudadanos,
pero bajo la condición de la educación civil de los ciudadanos, sin la cual no
existiría la democracia; en suma, el esfuerzo educativo de cada uno al servicio de
todos.
Llamaba a combatir la obediencia pasiva, esa indiferencia general,
consecuencia inevitable de la predicación continuada durante tantos años por
parte de los que no sufren y han acostumbrado al pueblo a considerar los males
que provocan como una necesidad del orden social o a dejar a las generaciones
futuras la preocupación por su remedio. Por el contrario, se debía convencerlos de
actuar, de asociarse, de hermanarse para conquistar la organización social que
pondrá fin a los males y terrores. Pero aconsejaba a los trabajadores luchar sin
violencia para cambiar sus condiciones materiales y así pudieran desarrollarse
moralmente.
En resumen, la clave del orden social sin opresión radica en la conciencia
moral personal y colectiva, y el deber de cada quien de defender esa moral en que
se funda la comunidad política. Cuando este principio se ve amenazado, el
individuo tiene el derecho de rechazar la injusticia.
La justificación jurídica de la objeción de conciencia
La objeción de conciencia y la desobediencia civil se fundan en principios y
derechos morales y derechos jurídicos. Ambas constituyen formas de rechazo a
las normas y decisiones políticas injustas. Pero no tienen el mismo rango ambos
derechos, porque los principios morales pertenecen al ámbito de la conciencia
individual, en tanto que los derechos jurídicos existen para todos y se hacen valer
en la vida de la sociedad.
En nuestro tiempo la objeción de conciencia ha sido dotada de una
justificación jurídica, es decir, basada en derechos morales que la persona tiene
frente o contra el Estado. La libertad es uno de esos derechos fundamentales,
más precisamente la libertad de conciencia que guía el comportamiento en torno a
lo que es justo y bueno para la persona y para la sociedad. De ahí que formen una
unidad la libertad, la justicia y el bien común.
Aparte de los deberes para con el Estado el ciudadano tiene deberes con
su conciencia, pero si estos últimos se hallan en conflicto con su deber hacia el
Estado, es el ciudadano quien tiene derecho a hacer lo que juzga correcto. Por
ejemplo, el derecho original a la libertad de expresión supone que es una ofensa a
la personalidad humana impedir a alguien que exprese lo que cree. La ofensa es
mayor cuando se le impide que exprese aquellos principios de moralidad política
ante lo que él considera violaciones flagrantes de dichos principios (1).
La objeción (o rechazo) de conciencia se justifica jurídicamente cuando se
basa en el principio de justicia, como por ejemplo el de igualdad de las personas o
el rechazo al uso de la fuerza que argumentan los pacifistas. Es justo el rechazo a
hacer la guerra injusta porque persigue un fin económico (por ejemplo la invasión
a Irak para apoderarse de su petróleo) o dar mayor poder a una potencia
imperialista. También se justifica negarse al servicio militar, a fin de que se respete
su deber natural de no ser agente de una injusticia, deber moral que pesa más
que su deber de obediencia a una orden del gobierno. La persona tiene el derecho
y el deber de desobedecer una orden de ejecutar actos contrarios a la ley moral
(no matarás) y a negarse a participar en actos de guerra ilícitos (el saqueo a la
población)(2).
La desobediencia civil es un acto político, va dirigido a la mayoría y a
quienes ejercen el poder político, es un acto guiado y justificado por principios
políticos que regulan la constitución y en general las instituciones sociales. Por
tanto, la desobediencia civil no apela a principios de moral personal o a doctrinas
religiosas, aunque éstas coincidan con el reclamo de justicia (3).
La desobediencia civil responde a una conciencia política colectiva, su fin
es el interés público, mientras que la objeción de conciencia tiene una motivación
individual. La desobediencia se practica colectivamente, es una acción organizada
que se respalda en derechos establecidos que el Estado debe proteger.
La objeción se basa en razones de conciencia individual o los actos
individuales motivados por imperativos morales y la apelación a una íley más altaî
de una religión. Es un argumento exclusivamente personal, de suerte que
cualquier individuo, por cualquier razón, pueda desobedecer. Pero el acto
individual no tendrá ningún efecto sobre la sociedad. En cambio en la
desobediencia civil, el individuo funciona como miembro de un grupo. La
desobediencia es practicada por una comunidad organizada, unida por una
opinión común más que por un interés común y por la decisión de actuar contra
una política del gobierno aunque goce del apoyo de una mayoría, y en general
está dirigida a influir en los actores de la sociedad política. El desobediente civil
actúa en público, en nombre y a favor de un grupo, no busca una excepción ni un
beneficio para sí mismo (4).
La justificación política: legitimidad y legalidad
El desafío de la desobediencia es síntoma de una descomposición del
sistema político por una progresiva pérdida de la autoridad gubernamental
causada por la incapacidad del gobierno para funcionar legítimamente, o cuando
las instituciones encargadas de que se cumpla la ley han sido incapaces de
hacerlo. La desobediencia civil surge cuando los ciudadanos se convencen de que
no funcionan los canales normales de cambio, de que sus quejas no serán oídas o
no darán lugar a acciones correctivas, o bien, de que el gobierno persiste en
cometer acciones cuya legalidad y constitucionalidad son puestas en duda, o de
plano son ilegítimas (5).
El problema de la obligación de obedecer la ley dictada por la mayoría está
ligado al consentimiento o a la sumisión. Los conservadores justifican la obligación
de obedecer al gobierno por haber surgido de una mayoría electoral, pero lo que
está en crisis en nuestro tiempo es la libertad de sufragio y el sufragio universal. El
gobierno representativo es una ficción, está en crisis precisamente porque ha
perdido (o no ha tenido) todas las instituciones que permiten la participación de los
ciudadanos, y por la burocratización de los partidos que no representan sino a su
propia maquinaria. Es por lo que la ley y la autoridad no gozan del consentimiento
activo(6).
La legitimidad (lo que está de acuerdo con la justicia y con las creencias
dominantes en la sociedad) de un gobierno democrático se funda en el
consentimiento activo de los ciudadanos, no en la pura legalidad. Sólo puede
esperar la obediencia de sus ciudadanos a los actos de autoridad y a la ley si se
justifica como legítimo lo que es legal, bajo el supuesto de que las autoridades
actúan conforme a la ley justa. El gobierno no puede exigir una obediencia
incondicional porque el Estado democrático se apoya en ciudadanos no en
súbditos; debe ser un acatamiento reflexivo y crítico (consentimiento activo). La
obediencia sólo es posible si existe la convicción en la legitimidad y justeza del
ordenamiento institucional(7).
Hay que desmitificar la suposición de que la decisión de una mayoría
parlamentaria es incuestionable. Para aceptar la voluntad mayoritaria se requiere
de cumplir con algunos requisitos: que sea legítima, que no sean decisiones
irreversibles (porque una mayoría parlamentaria puede equivocarse y cometer una
injusticia al violar derechos fundamentales de la persona y de la sociedad) y que
la justicia no sea vulnerada. Si no cumple con estas condiciones los afectados
pueden acudir a la desobediencia civil para hacer un llamamiento al sentido de
justicia de la mayoría legislativa (8).
La desobediencia como condición de la libertad
La obediencia pasiva es el fundamento del poder opresivo sobre la
sociedad, la práctica de la obediencia en los diversos campos de la vida social
refuerza la dominación política, por lo tanto la desobediencia civil pone en crisis la
vigencia de la autoridad. Desentrañar las condiciones en que se produce
obediencia no sólo tiene una importancia táctica, además permite innovar las
instituciones sociales echando a andar nuevas formas de organización social. El
conocimiento de las raíces y cómo opera la obediencia es precisamente el campo
de las prácticas de desobediencia civil.
Para León Tolstoy (Siglos XIX-XX) la obediencia social es la clave del
sostenimiento del poder. El único medio para vencer a los gobiernos es hacer que
el pueblo deje de sostenerle, de obedecerle. La obediencia, ese hipnotismo que se
llama disciplina, elaborada por siglos, transforma al individuo en instrumento dócil
del poder. La forma práctica de oponerse al poder del Estado es la no obediencia
y la no participación en la autoridad, para lo cual se necesita una conciencia social
generalizada.
El dominio sobre las personas ha sido necesario para apropiarse de los
recursos escasos y para hacerlos trabajar en beneficio de una minoría. Para
conseguirlo se requiere que el pueblo aprenda a obedecer. La obediencia puede
obtenerse por la fuerza, o inculcando el miedo; esa obediencia hace a las
personas pasivas. «Si un hombre sólo puede obedecer y no desobedecer, es un
esclavo». La obediencia irracional a una persona, institución o poder es
sometimiento; implica la renuncia de la propia autonomía y la aceptación de una
voluntad o juicio ajenos. En cambio, la obediencia a mi propia razón o convicción
es un acto libre de afirmación de la propia voluntad. El hombre libre actúa en
nombre de una convicción o de un principio (9).
La «conciencia humanística» es la voz presente en todo ser humano,
independiente de sanciones y recompensas externas, basada en que como seres
humanos tenemos un conocimiento de lo que es humano e inhumano, de lo que
contribuye a la vida y de lo que la destruye. Opuesta a ella es la conciencia
autoritaria que es la voz de una autoridad a la que estamos dispuestos a
complacer y temerosos de desagradar.
Opuesta a la obediencia pasiva se presenta la desobediencia como vía
hacia la libertad. Se puede llegar a ser libre aprendiendo a decir No al poder. Pero
la libertad es también la condición de la desobediencia. «Si temo a la libertad no
puedo atreverme a decir «no», no puedo tener el coraje de ser desobediente.» La
libertad y la capacidad de desobediencia son inseparables. La libertad es un bien
por el que siempre hay que luchar, no se concibe como un estado adquirido en
definitiva. Y esa libertad se consigue por actos de desobediencia, que han
dinamizado la evolución humana (10).
La libertad personal se reconoce en el régimen democrático pero se niega
en el régimen autoritario. Hay una obediencia que se obtiene por consentimiento
pasivo (mero acatamiento por miedo o costumbre), pero la obediencia legítima es
la que resulta de un consentimiento voluntario, del apoyo activo y continua
participación en todas las cuestiones de interés público (consentimiento activo).
Consentir y disentir son propiedades del gobierno democrático, el derecho a
consentir voluntariamente va a la par con el derecho a disentir. Esto sólo es
posible bajo un contrato social horizontal entre individuos libres e iguales (11).
Definición de la desobediencia civil
John Rawls define la desobediencia civil «como un acto público, no violento,
consciente y político, contrario a la ley, cometido habitualmente con el propósito de
ocasionar un cambio en la ley o en los programas del gobierno.» Apela al sentido
de justicia de la mayoría de la comunidad debido a que los principios de la
cooperación social entre personas libres e iguales no están siendo respetados. Es
el medio por el que una minoría obliga a la mayoría a considerar el reconocimiento
de sus legítimas pretensiones. En el mismo sentido J. Habermas define la
desobediencia civil como una ruptura calculada de las normas con la intención de
apelar a la capacidad de razonar y al sentido de justicia de la mayoría.
Es un acto público porque se dirige a principios públicos y se realiza en
público; no es encubierto o secreto, si lo fuera sería evasión en lugar de
desobediencia civil. La desobediencia civil no es violenta porque causaría daños a
otros y violaría libertades civiles de los demás; tampoco es violenta porque se
expresa dentro de los límites del reconocimiento de la validez de la Constitución.
La desobediencia civil no incrementa la desobediencia a todas las
autoridades y leyes, por el contrario, intensificará el respeto por los gobernantes,
funcionarios y a las leyes siempre que sean tolerantes y sepan corregir la injusticia
de sus actos. Por eso se recomienda a los ciudadanos que al ejercer su derecho a
no acatar la ley injusta deben tener en cuenta las consecuencias que tendrán sus
actos; no deben ir más allá de los derechos que pueden reclamar de buena fe, ni
cometer actos que violen los derechos ajenos, por ejemplo, usar la violencia
contra las personas. Debe ejercerse pues con moderación y sensatez.
Pero esta justificación política sólo es válida en un Estado democrático más
o menos justo, y en una sociedad bien ordenada en su mayor parte, pero en la
que ocurren graves violaciones de la justicia. Sólo así es legítima la desobediencia
civil a una autoridad democrática, legítimamente establecida. Pero la
desobediencia civil es insuficiente bajo gobiernos no democráticos o dictatoriales
que no respetan ni la legalidad ni los derechos civiles, por lo que se requerirá
reforzar la desobediencia con el método de la resistencia civil, con el fin de obligar
a los poderes del Estado a rectificar o incluso a transformar un sistema injusto y
corrupto.
La desobediencia civil es un componente normal e imprescindible de la
cultura política democrática porque consolida tanto la legitimidad como la legalidad
del Estado, ya que no se opone al ordenamiento jurídico e institucional en su
conjunto, en tanto que ese ordenamiento garantice los derechos que protegen a la
sociedad.
La desobediencia civil es una práctica política no convencional que tiene
varias funciones. Es un medio moral de mantener un régimen constitucional
democrático; ayuda a mantener y reforzar las instituciones justas y le aporta
estabilidad a la sociedad; permite al Estado y a la ley corregirse cuando incurren
en injusticias; ayuda a que los derechos fundamentales evolucionen, se creen
nuevos derechos, se renueven, y expandan; desarrolla la participación ciudadana,
es un medio de aprendizaje de ciudadanía y permite la experimentación de nuevas
instituciones por parte de los ciudadanos; resalta la importancia de los temas
sobre los cuales se tiene que decidir; abre canales de influencia sobre la sociedad
política y favorece una mayor democratización del proceso de toma de decisiones
y; la tolerancia de la disidencia por parte de la sociedad y del poder político prueba
el grado de presencia o ausencia de la democracia.
Los derechos constitucionales fundamentales, como el derecho a la libertad
de expresión, representan derechos en contra del Gobierno. Si los ciudadanos
tienen un derecho moral a la libertad de expresión, entonces, los gobiernos no
deben restringirlo aunque lo quisiera la mayoría. Cuando un gobierno se enfrenta
con dureza a la desobediencia civil o hace campaña en contra de la protesta se
puede considerar que no reconoce tales derechos.
La violación de los derechos fundamentales es una injusticia grave, que
significa tratar a un hombre como algo menos que un hombre, o como menos
digno de consideración que otros. Se comete una injusticia grave contra la
dignidad humana en dos situaciones: 1) cuando la persona siendo miembro de la
comunidad humana no se le debe tratar como algo inferior; 2) la igualdad política
en una comunidad supone la misma consideración a los miembros más débiles
como a los más poderosos, por lo tanto es una injusticia que las decisiones y las
leyes sólo favorezcan a la clase dominante.
Por consecuencia, la desobediencia civil se justifica: 1) Por la violación de
los principios de libertad e igualdad de los ciudadanos (por ejemplo la igualdad de
oportunidades para los disidentes) en que se basa el orden político; 2) Cuando
han fracasado los llamados de buena fe a la mayoría política y no han servido los
medios legales de reparación, como la revocación de una política o una ley;
cuando los partidos políticos son indiferentes o renuentes a las demandas justas
de los disidentes y las protestas y manifestaciones legales han sido vanas.
Existe una injusticia generalizada en el Estado cuando una ley injusta es
aprobada por el legislativo, que el poder judicial aplica injustamente y cuando el
gobierno viola derechos fundamentales. Cuando se llega a ese límite no hay
obligación de obediencia, y la desobediencia civil es un último y necesario recurso.
En casos extremos de injusticia y hostilidad a grupos sociales o a la sociedad,
podrían no bastar los medios legales (12).
No reconocer la moralidad política contenida en los derechos individuales y
sociales, incluidos los derechos contra el gobierno, abre la vía para el derecho del
conquistador, a la violencia del Estado avalado por la mayoría silenciosa. Sin
igualdad jurídica, sin derecho a disentir y sin normas básicas para resolver las
diferencias no es posible alcanzar la integración social o una sociedad bien
ordenada. Por el contrario, lleva al abuso de poder y a la confrontación sin reglas.
Es una cuestión crucial que divide al Estado democrático del que no lo es y, por
tanto, justifica la transformación de la desobediencia civil en resistencia civil, que
ya no persigue la corrección de la injusticia sino la impugnación a todo un régimen
de opresión.
Resistencia civil contra la opresión
Entre la desobediencia civil y la resistencia civil y la revolución hay
diferencias importantes. El desobediente, el resistente y el revolucionario
comparten el deseo de cambiar la sociedad, pero cada uno adopta un método
distinto para distintos niveles de cambio social. La desobediencia se detiene en los
límites del Estado democrático de derecho mientras garantice las libertades
políticas fundamentales; el desobediente pretende sólo cambiar la decisión o la ley
injusta.
La resistencia civil comienza donde termina una sociedad justa y
democrática, cuando los poderes públicos dejan de proteger los derechos
fundamentales de la sociedad. La resistencia civil se justifica en los regímenes
antidemocráticos, y aún contra las tendencias antidemocráticas en los Estados del
primer mundo.
El militante de la resistencia se parece al desobediente civil en que tiene
una alta participación y compromiso con una causa, un partido político, una
ideología, un movimiento social, etcétera. Su organización está diversificada
porque proviene de una sociedad civil plural. La resistencia civil es en general
pacífica, no procede como violencia organizada, lo que sí caracteriza a la
revolución o a la insurrección. El revolucionario niega la legitimidad del sistema de
poder establecido y del sistema legal, recurre a la fuerza (guerrilla, milicia) para
realizar cambios sociales radicales enfrentando el monopolio de la violencia por el
Estado.
La resistencia se opone al sistema político vigente porque es injusto, pero
también apela al sentido de justicia de la mayoría de las personas para hacer
cambios de fondo al poder político. La resistencia rompe con la mayoría política en
el poder, y con el deber absoluto de obediencia porque las instituciones injustas
basadas en la fuerza no dan lugar a obligación alguna.
La resistencia civil es un tipo de acción colectiva muy antigua y ha sido
defendida por el liberalismo en los últimos siglos. Se justifica (igual que la
desobediencia civil) en que sólo el acuerdo entre los ciudadanos, el contrato
social, es el fundamento del acatamiento de la ley; la autoridad del Estado no tiene
vida política, porque siendo el gobierno del régimen político un poder delegado por
los ciudadanos, es revocable y siempre la sociedad civil conservará la última
decisión o poder soberano.
En elsistema democrático las personas perjudicadas por graves injusticias
no tienen que someterse a la injusticia. En cambio en el no democrático no existen
los derechos ciudadanos, hay súbditos no ciudadanos, o sólo poseen el derecho
de los suplicantes, pueden defender su causa, pero no pueden desobedecer en
caso de que su petición sea denegada (13).
El gobierno puede degenerar en una tiranía (dictadura) cuando suprime el
orden legal y rompe la unidad de los ciudadanos. Entonces la sociedad, decía J.
Locke (siglo XVII), tiene el deber de restaurar el orden legítimo suprimiendo la
usurpación. El último recurso de que dispone la sociedad civil es la resistencia
civil, contra todas las formas de sujeción política que violen los límites de la
libertad natural del hombre.
En la sociedad democrática la obediencia política de los ciudadanos no es
pasiva, como en la tiranía, sino que resulta de la participación activa en la creación
de la ley, en el poder legislativo, en los asuntos del gobierno y en la protección de
los fines de la comunidad civil. Lo contrario es un poder absoluto que disponga
discrecional y totalmente de la vida, la libertad y los bienes de los ciudadanos.
El dictador ejerce el poder fuera de los límites del derecho, es un
gobernante que no procura el bien de la comunidad, sino el suyo propio; su fin es
satisfacer su propia voluntad, sus pasiones, ambiciones y venganzas; impone un
poder desenfrenado e impune. Si el gobierno creado por el pueblo«se aplica a
otros fines o se usa para empobrecer, acosar o someter a las gentes a los
mandatos arbitrarios e irregulares de quienes lo detentan, se convierte
inmediatamente en tirano». (Locke, 14) Entonces, contra la fuerza injusta del tirano el
pueblo debe usar la resistencia civil, la fuerza activa, para cambiar el gobierno; es
su legítima defensa para proteger el derecho humano que le pertenece y nunca
puede perder. (15)
iguales hermanados, cuyos trabajos tienden armónicamente hacia un único fin.»
No hay patria sin igualdad de derechos y donde la igualdad es violada por la
existencia de castas, privilegios, desigualdades; donde la actividad de una parte
de las fuerzas y facultades individuales es anulada o adormecida. Ahí no hay
nación, ni pueblo, sino multitud fortuita de hombres que puede ser deshecha. Así
Mazzini concluía que «Cualquier privilegio que pretenda (…) sumisión en virtud de
la fuerza, de herencia, de un derecho que no sea el derecho común, es
usurpación, es tiranía.» Y se debe combatir y acabar con ella. Es un deber
desobedecer, resistir, rebelarse contra la ilegalidad de los privilegios de las
minorías gobernantes. Pero no niega toda autoridad sino sólo aquella íque no
represente el fin colectivo de la Nación». Es así que el pueblo es el que tiene el
derecho de rebelión contra los gobernantes, pero no a la inversa. (16)
La frontera entre la práctica de la desobediencia y la resistencia exige
distinguir entre un régimen democrático en riesgo de dejar de serlo y un régimen
antidemocrático. Llegado a un límite el pueblo tiene la última palabra; «El último
tribunal de apelación no es un tribunal, ni el ejecutivo, ni la asamblea legislativa,
sino el electorado en su totalidad.» (17)
En asuntos claves, la resistencia civil apela a la voluntad de la nación.
Pero en un régimen antidemocrático (autoritario o dictatorial) que no admite
los recursos legales y políticos para su corrección y que amenaza la concordia
cívica, es responsable de abuso de poder y emplea ilegítimamente el aparato
represivo del Estado para mantener instituciones manifiestamente injustas, por lo
que los ciudadanos tienen derecho a resistirlo para establecer o restablecer la
legitimidad democrática, a menos que se resignen a la sumisión.
El mérito de Gandhi(18) es haber construido un método para liberar a la India
del colonialismo inglés, que sigue siendo fuente de inspiración en la actualidad.
Tal como lo encontramos en Mazzini y Tolstoy, Gandhi establece el vínculo moral
entre los fines y los medios para conseguirlos: los medios representan ya un fin en
sí mismo y deben ser tan puros como el objetivo final, los medios son ya la forma
de construcción de una nueva sociedad no-violenta.
El método de la resistencia activa une dos principios: la resistencia y la no
violencia, que juntos significan actuar directamente y transformar. No-violencia
significa no hacer el mal, no hacer daño a nadie y su primer deber es respetar la
justicia en todos los dominios. También significa verdad, armonía y fraternidad. En
la resistencia no-violenta caben todas las formas de confrontación contra las
acciones inmorales, resistencia a quien comete el mal. Para revertir la injusticia, la
no-violencia dispone de las armas de la resistencia y la no-cooperación, a
condición de hacer un uso honesto y moderado de ellas.
Es resistencia activa porque «una petición sin el apoyo de la fuerza es
inútil». Una petición sostenida por la fuerza es la petición de un igual y se expresa
así: «Pueden gobernarnos sólo en la medida que nosotros aceptemos ser
gobernados; ya no tendremos nada que ver con ustedes». Este es el significado de
la no-cooperación.
Un principio compartido por muchos pensadores de la desobediencia civil
es el deber de desobedecer, o deber personal de resistir la injusticia. «Cuando la
administración pública es tan perversa que se hace insoportable, hay que ser
capaz de sacrificar la libertad personal para oponerle una resistencia no-violenta.»
La no-violencia no consiste en abstenerse de todo combate real contra la
maldad porque no se puede ser pasivo ante las injusticias sociales, es una regla
necesaria para vivir en sociedad.
Pero en una situación límite, Gandhi llegó a admitir la violencia limitada o
defensiva: «Yo prefiero mil veces tomar el riesgo de recurrir a la violencia antes
que ver (castrar) a toda una raza.» Esta defensa es preferible a huir por cobardía
dejando a los suyos sin protección; la cobardía engendra violencia y rechazando la
cobardía se puede apreciar el valor de la no-violencia. Por eso «veo en la noviolencia
una forma de lucha más enérgica y más auténtica que la simple ley del
talión, que acaba multiplicando por dos la maldad […] A mi juicio, la no-violencia no
tiene nada de pasivo, sino que es la fuerza más activa del mundo.»
El concepto de desobediencia civil implicaba desmitificar el acto de
obedecer a la autoridad, rompe con el hecho mismo de ver a la autoridad legal (en
este caso del Estado inglés) como legítima. Frente a la actitud pasiva de
obedecer, la desobediencia civil antepone la creatividad, la innovación y la
actividad, como medio de recuperación de la libertad. Permite romper con la
dependencia que paraliza el desarrollo a plenitud de la identidad nacional, dando
cauce a una nueva relación social liberadora a partir de impugnar el orden social
preexistente.
El objetivo de la resistencia es romper la relación viciosa de colaboración
basada en un acatamiento de la legalidad que reproduce la injusticia social. Según
Gandhi, la cooperación sólo era posible entre iguales, pues entre quienes
cooperan no hay ni débil ni fuerte, cada uno es igual al otro. La dependencia (o
sumisión), en cambio, mantiene la impotencia y denigración, por lo que era
necesario romper con esa relación de cooperación leal cuando la otra parte no
ofrecía un trato igualitario.
El poder legislativo no tiene ningún poder ni existencia independientemente
del pueblo. En esencia, íla desobediencia civil es la clave del poder.» Si todo un
pueblo rehúsa conformarse con las leyes en vigor, la maquinaria legislativa y
ejecutiva se encontraría paralizada. «Ninguna policía, ningún ejército podrían hacer
ceder la voluntad de todo un pueblo resuelto a resistir hasta el fin de sus fuerzas».
«Es imposible al gobierno hasta el más despótico permanecer en el poder sin el
acuerdo de los gobernados (…) Tan pronto como los sujetos cesan de temer a la
fuerza del tirano, su poder se hunde». Todo ciudadano da su apoyo al gobierno
perjudique a la nación, es deber de cada ciudadano retirarle el sostén», si el daño
causado es intolerable,«es un deber de toda la nación y de cada individuo no
someterse». Para obtener la reparación de la injusticia no hay que esperar a que el
malhechor tome conciencia de su maldad, no se debe ser cómplice, al contrario
íhay que combatir el mal cesando de aportar nuestro apoyo al malhechor de una
manera directa o indirecta.»
Gandhi entendía la política del mismo modo que el liberalismo occidental,
es decir, el bien común, pero con un acento de significación esencial en los países
atrasados, como «servicio a los más pobres e ignorantes». La política debería estar
regida por principios morales esenciales: verdad, rectitud, justicia. La verdadera
democracia de masas, un régimen de libertad individual, no puede obtenerse por
medios inmorales y violentos, como impedir toda oposición y liquidar a los
adversarios. El autogobierno tampoco vendrá con la toma del poder por algunos
pocos, sino «del poder que todos tendrán un día de oponerse a los abusos de la
autoridad» y de controlar el ejercicio de la autoridad.
La no-colaboración gandhiana es parte de la resistencia activa; implicaba la
ruptura gradual con todo el sistema inglés de dominación social, cultural,
económica y política. Comprende la infracción directa a la ley, la desobediencia a
una orden y el autogobierno mediante el poder dual, es decir, un sistema nacional
alternativo. Por eso representa el más alto grado de impugnación a un sistema
social y a un régimen político.
La no-cooperación tiene como condición una toma de conciencia al mismo
tiempo individual y colectiva. Gracias a la unidad de la conciencia personal y
colectiva se produce la autonomía respecto del poder opresivo, La autonomía es
lo que permite tener a la vez un proyecto individual y colectivo, comunitario y
nacional. La toma de conciencia es tenerse auto-respeto y dignidad como persona
y como cultura. Eso implica romper con los valores adoctrinados por la cultura
colonial.
La autoconciencia se afirma en la creación de espacios alternativos a las
estructuras de dominación, un contrapoder o dualidad de poder, por el que el
pueblo aprende a autogobernarse. Proponía la construcción de un «territorio»
cultural, una rebelión ética por parte del pueblo, usando las armas morales de una
cultura encarnada en las mayorías.
El autogobierno consiste en la autonomía política, cultural y productiva, en
la autosuficiencia de los poblados campesinos y la descentralización a todo nivel.
Implica una economía alternativa: la democracia económica entendida como el
modo de satisfacer las necesidades básicas y el bien social. Es también el modo
de asegurar la autonomía de la sociedad civil frente al poder concentrado del
capitalismo.
El ideal de que todo el mundo tenga trabajo para satisfacer sus
necesidades elementales, puede ser realizado si los medios de producción «están
bajo el control de las masas», es decir, deberían estar al alcance de todos
mediante una democratización de la propiedad distribuida en el pueblo bajo
diversas formas, lo que equivale a una dispersión del poder económico
concentrado en manos de minorías. Se combate el monopolio de los medios de
producción, pues «Su monopolización por parte de cualquier país, nación o grupo
de personas, debiera ser considerada una injusticia». La verdadera economía íse
pone de parte de la justicia, promueve el bien de todos».
El método de la resistencia activa a la opresión es transformador de la vida
social, crea nuevas reglas e instituciones que regulan la vida social al mismo
tiempo que retira su apoyo al poder existente. Podemos concluir que la resistencia
absorbe a la desobediencia civil, la incorpora a un conjunto más amplio de formas
de acción colectiva de mayor intensidad y variedad.
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Objetivos y metas
Estrategia es la combinación de determinados medios o instrumentos
dirigidos hacia objetivos o fines. Es también la coordinación de la acción colectiva
que se sirve de tácticas defensivas y ofensivas en una lucha. En los movimientos
sociales que no siguen una obediencia ciega, la acción debe tener un sentido claro
para los participantes que voluntariamente han decidido comprometerse en un
propósito.
La resistencia pacífica es más eficaz cuando se planea; aún en situaciones
inesperadas cuando la participación es espontánea hay que pensar mínimamente
sobre el qué hacer. En situaciones en que la acción se puede prever para un cierto
tiempo, hay que tener presente los objetivos y los medios que se consideren los
más adecuados en cada momento para alcanzar la meta. Esto significa planear la
resistencia para aumentar la eficacia aprovechando los recursos disponibles y
minimizar los costos. Así pues, la primera tarea es prepararse para emprender una
acción y evitar proceder sin ton ni son.
En primer lugar se tiene que tener claridad sobre los problemas que se
pretende resolver y por lo cual se emprenderá una campaña de resistencia civil
pacífica. Es indispensable precisar las demandas inmediatas y mediatas, su
jerarquía, precisar qué es negociable y que no, cuáles son las soluciones mínimas
para resolver el conflicto.
En el plano táctico, siempre es inspirador el método de Gandhi que
planteaba a las masas objetivos claros, concretos, racionalmente alcanzables,
accesibles al entendimiento de todos; incluyentes, donde muchos pudieran
participar en sus diferentes etapas. Gandhi afirmaba que íla cuestión debe ser
precisa y en grado de ser entendida; y el adversario debe poder rendirse». Ejemplo
de ello fueron las grandes campañas nacionales de resistencia civil contra
injusticias sufridas por el pueblo en la vida cotidiana, como el boicot a los textiles
Dicho de otro modo, se requiere elegir las metas de corto plazo y de largo
plazo; por ejemplo, en el corto plazo la meta es impedir que el Congreso de la
Unión apruebe cualquier forma de privatización de los energéticos. En el largo
plazo reordenar la industria al servicio de la nación. El tiempo y el esfuerzo para
alcanzar uno y otro son distintos.
En la definición de los objetivos se necesita la mayor claridad a fin de no
desviarse hacia otros asuntos. «Las metas de corto plazo deben ser posibles de
concretar en un futuro cercano (lo cual da impulso y aliento al grupo para que siga
resistencia civil mediante una cuidadosa planificación. Sabemos que es frecuente
que surjan movimientos sociales espontáneos, que no obedecen a una
organización aceptada, ni a ningún orden al que se disciplinen. Aunque al principio
los objetivos y el sentido de la acción sufran confusiones, la dinámica del conflicto
obliga a tomar definiciones. La misma necesidad de planificar se les presenta a los
movimientos chicos y grandes, a las organizaciones sociales como a las
asociaciones civiles cuando deciden tomar iniciativas.
Si el adversario es un poder organizado, sea el Estado o un grupo de
fuerzas coaligadas (el Estado, los grandes empresarios y sus aliados en la actual
coyuntura del intento de privatizar los hidrocarburos), cuenta de entrada con la
ventaja de estar organizado y disponer de recursos calculados. En la
confrontación entre fuerzas desiguales es conveniente tener presente la tesis de
que una minoría organizada es capaz de dominar a una mayoría desorganizada. A
mayor organización del adversario es mayor la necesidad de organización de la
resistencia civil, claro está que el tipo de organización popular es distinta.
En el campo de la sociedad civil también hay ventajas y desventajas; la
dispersión y la falta de conciencia son desventajas; pero puede multiplicar sus
potencialidades mientras sea más coherente la lucha. Se requiere que la gente
esté informada, deliberar constantemente y tomar decisiones ampliamente
compartidas.
Una vez que se ha decidido actuar, hay que seleccionar las acciones
convenientes. Para ello hay que decidir dónde centrar los esfuerzos, después de
analizar los puntos débiles y fuertes de la estructura de poder del adversario, así
como las ventajas y oportunidades que se les presentan a los resistentes, tanto
como sus debilidades.
Luego hay que calcular el tiempo de que se dispone, los tiempos de los
adversarios, cuándo se va a aplicar una acción y cuánto debe durar, en qué orden
se emprenderán las acciones. De manera especial, hay que calcular el grado de
fuerza de la acción que sea el apropiado, dentro de las posibilidades y en
proporción a los objetivos.
El plan puede ir agregando acciones que vayan en escalada, de las formas
más simples y escasas a las más drásticas y numerosas. La Guía de
Desobediencia civil propone lo siguiente: «La escalada de este plan de acción
debe hacerse paso a paso. La escalada es necesaria si fuese necesario aumentar
Se requiere de un calendario para precisar etapas y luego evaluar sus
resultados y analizar su aportación hacia las metas de largo plazo. El calendario
por más sencillo que sea, detalla el plan de acción y las actividades a realizar.
Las grandes luchas nacionales, a diferencia de las luchas localizadas o
coyunturales, son luchas de larga duración, constituyen procesos que maduran en
el largo plazo. En estos casos se puede hablar de una resistencia sostenida
guiada por una estrategia que busca conquistas por etapas, a partir de las cuales
se fijan metas más ambiciosas; cada etapa es una meta en sí misma. Por ejemplo,
la campaña contra la privatización del petróleo propiedad de la nación es una
etapa en el camino de la conquista de la plena democratización del régimen
político, lo que a su vez permita grandes reformas en beneficio del pueblo.
La estrategia da rumbo al plan de acción y una forma de estrategia son las
campañas. Las metas concretas de cada etapa se pueden organizar por
campañas, es una manera de articular el plan de acción combinando variadas
formas de lucha en torno a un objetivo, o tal vez a un plan de largo alcance donde
las campañas tienen objetivos determinados a realizar en el corto o en el largo
plazos. Así, las campañas por su duración pueden ser coyunturales y
permanentes.
A diferencia de las acciones espontáneas, aisladas y no relacionadas entre
sí, una campaña es un plan en el que se preparan las acciones, se combinan
deliberadamente buscando un efecto. De este modo se concentra la atención y la
actividad en temas precisos, los resistentes llevan la iniciativa, lo que hace más
difícil que el adversario pueda inducir a la dispersión o hacer perder el rumbo. La
ventaja de una campaña sobre las acciones dispersas es que se calcula el
impacto y el potencial de éxito.
Se entiende que una campaña se desarrolla durante un tiempo más o
menos largo. De ahí la pertinente observación que se hace en la Guía de
Desobediencia Civil: «La campaña va agregando una serie cada vez mayor de
acciones durante un período determinado, a fin de alcanzar metas específicas.
Las claves de una campaña son la perseverancia y su seguimiento sistemático.»(21)
Un ejemplo aleccionador fue la huelga general del pueblo de Sudáfrica en 1961
para impedir que se consumara una forma de gobierno de la minoría racista blanca,
conseguir una Convención nacional representativa de todo el pueblo, que
redactara una nueva constitución democrática.(22)
Otros ejemplos conocidos son las campañas por el derecho al aborto,
La planificación flexible comprende todo el proceso de una campaña en
todas las etapas por las que va pasando. Requiere de un conocimiento lo más
completo posible de la situación, obtener y procesar toda la información
concerniente. Todo esto implica algún grado de investigación y análisis de la
información, para ser tomada en cuenta a la hora de tomar decisiones. La
colectividad requiere estar informada de manera suficiente, objetiva y oportuna
para tomar decisiones razonables, para tener un genuino convencimiento de
participar en la resistencia civil. A todo ello contribuye la investigación.
Sobre todo se deben fundamentar las peticiones, elaborar diagnósticos de
la situación que se padece y analizar las soluciones.
La dinámica del conflicto es un juego de acciones y reacciones de cada
contendiente, ambos tienen sus propósitos y su plan de acción. Por lo tanto se
requiere de no perder de vista lo que hacen los adversarios, descubrir sus
intenciones, adivinar su plan de acción y prepararse para dar respuesta a sus
actos. Y este juego tiene que ponerse en un contexto general. Imaginemos un
tablero donde se sitúan los contendientes, de un lado el bloque de los resistentes
y sus aliados, enfrente los adversarios y las fuerzas que los apoyan y analizar los
movimientos de cada uno. La tarea es tener un panorama lo más completo posible
del curso de los acontecimientos y prever lo que puede suceder.
Se trata de usar todas las fuentes de información disponibles, organizar los
datos, analizarlos y redactar informes. Estas tareas de investigación son parte del
trabajo militante y se facilitan si se emprenden mediante grupos de estudio; de ser
posible hay que prepararse haciendo talleres y conferencias, consulta a
especialistas.
al análisis de información; b) conseguir la información; dar un seguimiento
constante de los acontecimientos; c) verificar los hechos y no guiarse sólo por
rumores; d) preparar expedientes de denuncia; e) elaborar documentos para
informar a los propios resistentes.
Finalmente el producto de la investigación se divulga a los dirigentes, a los
participantes y a la opinión pública. De ahí que la investigación necesite estar vinculada
Una vez fijadas las metas y objetivos, se debe realizar un análisis de la
relación de fuerzas. La relación de fuerzas es una medición de los recursos
disponibles de cada contendiente, se deben conocer más o menos los mismos
aspectos en cada campo en contienda. Es indispensable conocer a los
adversarios, saber cuáles son sus intereses. En el campo de los adversarios se
juntan distintos intereses, hay que precisarlos; no son un campo uniforme,
contiene una variedad de elementos que guardan distintos grados de oposición a
los resistentes civiles. En los grandes movimientos sociales se agregan variados
grupos con sus propias visiones, es decir, también en el campo de la resistencia
se forman bloques de fuerzas.
Lo primero que tenemos que saber es quiénes somos, quiénes comparten
los mismos objetivos y quiénes nos pueden apoyar. Después hay que saber
cuáles son nuestras capacidades y de qué recursos disponemos. En el lado
contrario es lo mismo: saber quiénes son los adversarios, qué fuerzas los apoyan,
por qué y en qué grado están en contra, cuáles son sus propósitos, cómo pueden
imponerlos e impedir los nuestros.
Para este conocimiento del adversario algunas preguntas son
indispensables:
a) quiénes son;
b) de qué manera se les puede ganar o neutralizar, a ellos o a sus
seguidores, cuáles son los puntos fuertes y los puntos vulnerables;
c) cuáles son los recursos con que cuentan, o pueden tener.
propias requiere responder a preguntas básicas:
a) quiénes participan y en qué cantidad;
b) de qué manera puede contribuir a la acción o a la campaña;
c) quiénes simpatizan;
d) qué participantes y qué aliados se necesitan;
e) cómo ponerse en contacto con ellos;
f) hasta dónde llega su disposición a luchar (la moral del resistente);
g) el grado de organización que se tiene y cuál es el óptimo necesario;
h) el tiempo necesario para la campaña;
i) los conocimientos que se necesitan;
j) los medios materiales disponibles y los que se necesitarán;
k) a qué intermediarios se puede acudir para facilitar las negociaciones;
l) qué probabilidades de éxito tiene la demanda específica o la campaña.
__________________________________________________________________
Neutral
Desfavorable Favorable
Hostil Partidario
Muy hostil Muy Partidario
__________________________________________________________________
El esquema anterior nos permite situar a cada actor social en un campo de
la lucha, pero hay que tener presente que esas posiciones no son fijas, en el curso
del conflicto algunos actores persisten en una misma posición mientras otros
cambian. Se puede evolucionar de la pasividad a cierta actividad y al activismo.
También se puede cambiar de la indiferencia a posiciones radicales. En el
desarrollo del conflicto a medida que alcanza mayor intensidad nuevos actores se
agregan, pero también sucede que otros actores se alejan y otros pueden pasar al
campo enemigo. Hay que prever las divisiones en uno u otro campo.
Un esquema como este nos puede ayudar a seguir los cambios de posición
del conjunto de los actores y a tener claridad de cómo van cambiando las fuerzas
en cada bando.
El problema para la resistencia civil es ganar una influencia mayoritaria en
la sociedad que rechace activamente el abuso de poder, cómo ampliar lo más
posible su influencia social y aislar a las fuerzas autoritarias. En consecuencia, se
deben atender tres grados de involucramiento: una opinión pública ampliamente
favorable, una base militante numerosa y un gran número de activistas
organizadores que facilitan la participación de los dos primeros.
La resistencia civil es una forma de democracia participativa y funciona
deliberando, o sea, se desarrolla mediante el diálogo, la comunicación individual,
grupal y con la sociedad civil. Al desencadenar la discusión, el intercambio de
información y la deliberación en todas las esferas de la vida social, se crean las
condiciones de la resistencia civil ampliada y sostenida por una vasta opinión
pública favorable. La persuasión de los sectores pasivos, de los indiferentes y
hasta de los contrarios, es un campo de batalla a ganar, si el propósito es que la
fuerza de la gran mayoría pueda pacíficamente poner fin a situaciones de opresión
e injusticia.
que se concretan mediante acuerdos provisionales o de largo plazo. Siempre la
estrategia prevé negociaciones entre los contendientes, ya sea directamente o
valiéndose de intermediarios. Siempre debe haber mecanismos disponibles para
los contactos y la negociación.
Es habitual que la negociación con el oponente se inicie aun antes de
estallar un conflicto, especialmente una campaña de resistencia, y en ese
momento se puede dar un ultimátum antes de pasar a la acción.(24)
Para solucionar a las demandas se requiere influir en los adversarios para
persuadirlos y presionarlos a llegar a un arreglo. Esta persuasión consiste en
alegatos sobre la validez de las razones, económicas, políticas, morales y
jurídicas. Pero una demanda sin el respaldo de una fuerza y sin la voluntad de
estallar un conflicto, posiblemente no será atendida.
La amplitud y diversidad de la resistencia civil es el principal argumento
político, el solo hecho de tener la disposición de luchar y anunciarlo es una forma
de lucha disuasiva. La presión a ejercer depende de la resistencia que oponga el
adversario, la forma de presión son las acciones legales y directas, que se ponen
en movimiento según los recursos disponibles. De ese modo se pretende llegar a
cierto equilibrio con la fuerza del adversario, es decir, se busca cambiar las
relaciones de poder para obligar al adversario a conceder, o llegado el caso
vencerlo.
Persuasión y fuerza son los elementos de la negociación. Poder sentarse a
negociar es todo un problema. La negociación directa entre los contendientes es
una de las posibilidades para llegar a acuerdos que convengan a las partes, pero
si esto no es posible se puede recurrir al arbitraje de un tercero, una autoridad
oficial o una autoridad moral que dicte un veredicto al que se someten las partes.
Si no es posible tener una comunicación directa con los adversarios, se puede
recurrir a intermediarios que expongan esas razones o que acerquen a las partes;
los intermediarios deben gozar de autoridad moral y cualidades aceptables para
los adversarios, ya sean miembros de la sociedad civil o incluso autoridades
oficiales; puede recurrirse también a personalidades de nivel internacional.
social y reforzando los avances democráticos para no perder lo ganado y mejorar
las condiciones futuras.
campañas de resistencia civil pacífica, deben ser evaluados cuando un
movimiento social ha concluido, o cuando se ha cambiado de una etapa a otra en
una campaña.
Para consolidar una experiencia hay que hacer un balance de éxitos y
fracasos respecto de las metas trazadas en un principio, una evaluación del
esfuerzo en relación con los resultados; preguntarse sobre la eficacia de los
métodos empleados. Se hace un repaso del comportamiento de participantes en la
resistencia y de los oponentes, en los distintos momentos del proceso, la
oportunidad con que se actuó en cada momento, la evolución de la opinión pública
y los sectores sociales afectados, finalmente cómo queda la correlación de fuerzas
y en qué medida cambiaron las condiciones en el conjunto social para prever el
futuro.
La posición defensiva se resume en el propósito de no perder terreno, evitar
un retroceso, esquivar un golpe o sufrir el menor daño posible. Se trata de
mantener el equilibrio existente, la fuerza disponible alcanza sólo para eso. Por su
parte, la posición ofensiva se dirige a reformar o cambiar el sistema, si la relación
de fuerzas lo permite. Por ejemplo, avanzar en la ampliación de derechos sociales
y en la democratización sería una estrategia ofensiva de la resistencia civil
pacífica, la cual es compatible con la estrategia defensiva que se limita a proteger
lo que se tiene y perder lo menos. Se pueden complementar la conservación y el
aumento de fuerzas en una dinámica ascendente.
En la actual campaña de resistencia a la privatización del petróleo, hemos
de considerar que el bloque anti nacional se han propuesto metas demasiado
altas, decisivas históricamente. Por tanto es alto el riesgo de pérdidas sociales,
económicas, políticas y en todos los aspectos. Para frenar la regresión y resarcir
las pérdidas, es proporcional elevar las exigencias de la sociedad, confrontando a
las estructuras autoritarias, con el doble propósito de debilitar los mecanismos
autoritarios y revertir el proceso al generar una dinámica de ampliación de
derechos populares. Una estrategia defensiva-ofensiva puede ilustrarse como
parar un golpe y dar un contragolpe.
En términos de la coyuntura y en perspectiva a un mediano plazo, las
fuerzas en conflicto se agrupan en dos bloques: de un lado el bloque anti nacional
dirigido por el gobierno, compuesto por la mayoría de las posiciones de poder
institucional, en las cámaras del Congreso, los gobernadores, la Suprema Corte,
los grupos de poder económico, los medios de comunicación y demás. En el
campo de la resistencia civil se ha venido formando un bloque popular con
organizaciones sociales, un movimiento ciudadano y una alianza de partidos, pero
que es todavía insuficiente para equiparar su fuerza con el bloque de derecha.
Para acumular una fuerza comparable no hay más que contar con la simpatía y la
participación activa de la mayoría del pueblo. Este hecho modificaría la
distribución del poder, implica un debilitamiento del adversario al restarle base
social, mientras la resistencia recupera la legitimidad que el otro pierde.
golpe de Estado o actos anticonstitucionales que llegan a la traición a la patria por
parte de los gobernantes y la clase dominante, dispone de múltiples formas
morales y materiales de acción colectiva a la altura del desafío. Se recurre a ellas
con el fin de que el adversario ceda en sus pretensiones y al mismo tiempo desista
de recurrir a la fuerza física contra la disidencia. Puesto que el objetivo es
restaurar el orden democrático, las formas de lucha de la resistencia pacífica
tienen que ser legítimas.
En una campaña nacional que involucra a la sociedad entera, se necesita
agrupar la acción colectiva alrededor de principios generales como son la nocooperación,
en la historia de los movimientos sociales han demostrado su gran eficacia para
doblegar a regímenes dictatoriales y el empecinamiento de toda una clase
dominante: el boicot y la huelga general política (o huelga política de masas, una
modalidad es el paro cívico).
Ambas reúnen una gran diversidad de formas de lucha alrededor de una
forma general, que por su amplitud afecta los ámbitos cultural, jurídico, económico,
militar, político, deportivo, filosófico, las relaciones internacionales y en cualquier
ámbito de la vida social.
La sociedad de masas es producto de la sociedad moderna y con ella las
acciones de grandes masas. Pero los movimientos de este tipo pueden ser
desorganizados y organizados. Los movimientos populares espontáneos y
desorganizados son los que se reúnen ocasionalmente y luego se dispersan, sin
que tengan consecuencias importantes. En la actualidad sólo una pequeña parte
del pueblo cuenta con auténticas organizaciones de defensa de sus intereses, lo
que dificulta pasar de la exaltación espontánea a la consolidación de efectos
favorables duraderos. (25)
En el caso de huelga política de masas en Argentina en diciembre de 2001,
el movimiento social no estuvo preparado o dirigido por ninguna organización
política o sindical, fue espontáneo, los ciudadanos intervienen al margen de las
organizaciones tradicionales; la espontaneidad es relativa porque la antecedía una
acumulación de fuerzas populares. No logró dotarse de una instancia que
centralizara la orientación de múltiples acciones dispersas. Tenía claridad de lo
que no quería (¡que se vayan todos!), pero no condensó un programa constructivo.
De hecho cambió las relaciones de poder, desplazó a las elites neoliberales y
generó nuevas fuerzas populares. El movimiento social creo, por el contrario,
nuevas formas de hacer política mediante la deliberación y decisión colectivas. (26)
La minoría explotadora domina a la masa del pueblo por varios factores: la
autoconciencia de los intereses que la unen; el dominio cultural sobre la masa
mediante el embaucamiento valiéndose de una larga educación en la obediencia
ciega, los medios de comunicación y la iglesia y; su firme organización, porque un
pequeño número bien organizado es siempre más fuerte que una masa
desorganizada. Sin embargo, el poder de la minoría puede ser derrotado por la
organización de la mayoría del pueblo.
La fuerza del pueblo reside en su gran número, en su masa, a condición de
que se organice autónomamente del Estado, de los capitalistas y sus agentes.
Para que prevalezcan los intereses de la mayoría del pueblo y se desarrolle la
democracia es imprescindible la organización popular, que tiene varios requisitos.
Una voluntad colectiva unificada; esa voluntad no tiene explicaciones
místicas, ni nace de la sugestión de manipuladores, surge de las condiciones
colectivas a que se ve sometida; son esas causas las que producen en los
individuos los mismos pensamientos, sentimientos y aspiraciones. Esa voluntad
colectiva es la que hace capaz a la masa de actuar colectivamente, de otro modo
no entra en acción. Esa voluntad colectiva es la que permite alcanzar la unidad en
torno a los mismos objetivos, por tanto crea una potencia nueva que va más allá
de las inquietudes de los individuos inconexos.
La base de la organización depende de una voluntad común que hace
actuar al gran número en función del interés colectivo, con el que se identifican las
aspiraciones individuales. La organización es entonces la integración de los
individuos en una unidad, cohesionados por la disciplina. La disciplina consiste en,
la adopción de los objetivos y medios de lucha mediante una deliberación
colectiva, y la aceptación de una dirección común elegida por todos los
participantes.
La huelga política de masas (o huelga general política, paro cívico o paro
patriótico) tiene la finalidad de conseguir ciertas modificaciones políticas, o para
conquistar derechos políticos como el sufragio universal. Es una acción transitoria,
su misión es la de obligar a un gobierno a ceder en una determinada cuestión o a
la sustitución de un gobierno enemigo del pueblo por otro democrático. No se
propone destruir el poder del Estado, sino sólo puede llevar a un desplazamiento
de las relaciones de poder a favor del pueblo. Pero el cambio en la relación de
fuerzas únicamente se produce mediante las acciones colectivas.
el gobierno o partes de la clase capitalista, o contra toda ella. En cambio las
huelgas económicas tienen como fin mejorar las condiciones de trabajo que se
demandan a capitalistas en lo particular. En ambos casos trastornan el orden
económico porque se basan en la interrupción del trabajo y de múltiples
actividades. Las huelgas económicas provocadas por un acontecimiento son de
diverso tipo: de empresa, de industria, nacionales, internacionales, etcétera.
Dado su carácter transitorio, la huelga política de masas no puede sustituir
la acción de los partidos populares, ni la acción parlamentaria, ni de los sindicatos,
simplemente es otro medio de lucha política que amplía el campo de acción. En
ese sentido es una forma de lucha dentro del régimen democrático de libertades.
El efecto esperado de la huelga de masas es la desorientación del gobierno
que no puede obligar a la gente a que regrese a sus actividades, al trabajo, ni
cancelar los derechos de expresión, manifestación, asociación, ni al derecho a
oponerse al gobierno. El gobierno también se desorienta porque la resistencia
pacífica no se propone la confrontación total con el poder.
La resistencia popular contra los actos anticonstitucionales del gobierno
acentúa su carácter político con actos masivos: asambleas públicas,
manifestaciones, hasta llegar a la forma más poderosa: la huelga política de
masas, es decir, una movilización general.
Son varias las condiciones para la extensión y duración de la huelga política
de masas; las siguientes han sido comunes en la historia europea: 1) la conciencia
del pueblo participante en la justicia de sus causas; 2) la firme decisión de los
participantes; 3) la participación lo más masiva posible; el movimiento atrae
círculos cada vez más amplios del pueblo; 4) un alto sentido de organización de
las masas; 5) el apoyo popular con medios materiales y dinero; 6) la
desorganización de los medios de comunicación y transporte del gobierno y sus
aliados; 7) el apoyo de lo organismos representativos comunales y municipales
que se ponen del lado del pueblo; 8) la colaboración de los empleados que
sostienen el aparato administrativo del Estado; 9) la negativa al pago de
impuestos.
En el caso de un golpe de Estado, la huelga de masas causa una agitación,
una intranquilidad generalizada para que los golpistas pierdan la moral, los
militares se vuelvan indecisos y los dirigentes del golpe anticonstitucional queden
en la confusión. La cuestión es saber cuánto tiempo podrá aguantar el gobierno en
una situación de descontento y efervescencia generalizada. La huelga no lo
resuelve todo, entran en juego las condiciones de la huelga ya mencionadas, la
intensidad del resentimiento del pueblo, los intereses políticos en juego, la actitud
de los militares, entre otras condiciones.
El paro cívico o paro patriótico es una especie de huelga general política. La
huelga ha sido un instrumento de los trabajadores contra una empresa, un grupo
de ellas, una rama de industria, por reivindicaciones laborales e incluso contra
políticas gubernamentales a escala nacional, y en todos los casos significa que los
trabajadores suspenden el trabajo. Pero el paro cívico va más allá porque
involucra o afecta a la población en su conjunto, no sólo a los trabajadores
sindicalizados.
Han sido famosas las huelgas generales políticas en Europa por el
reconocimiento del derecho al voto de la población trabajadora, o por la
democratización de un régimen. Un movimiento sorprendente por su radicalidad y
consecuencias fue la huelga general en Argentina en octubre de 2001. Otra
huelga general que con el tiempo cambió el régimen político fue la huelga general
en Sudáfrica en 1961, que deja muchas enseñanzas en cuanto a la emancipación
de los pueblos de color mediante la democracia.
En un sentido es una suspensión de actividades: del trabajo,
particularmente la huelga de trabajadores; del comercio, no se cargan ni se
descargan los barcos, no se asiste a las escuelas primarias, secundarias y
universitarias, el transporte, etcétera. Pero en un sentido amplio es un paro cívico,
que implica de un lado la suspensión de actividades y, por otro, la realización de
otras muchas acciones simultáneamente, como la desobediencia civil
generalizada a disposiciones y leyes injustas, la no-cooperación, el boicot, las
movilizaciones en todas partes simultáneamente y medidas que afecten la
economía de la clase dominante.
La suspensión de actividades se acompaña también de asambleas en todos
los espacios, en las escuelas, centros de trabajo, zonas habitacionales, y otros.
Asimismo la realización de manifestaciones y otras concentraciones activas;
obligar a parar al transporte público, la movilización de las comunidades étnicas.
La no-violencia requiere no emplear formas de intimidación para inducir al pueblo
a participar en el paro.
Requiere de un centro que tome las decisiones, una asamblea
representativa o una coordinación de muchas organizaciones; los dirigentes
pueden ser visibles o clandestinos.
Son conocidas las políticas de los gobiernos para impedir que el pueblo
actúe coordinadamente, ocultando lo que sucede, desinformando, al mismo
tiempo que despliegan dispositivos represivos. El paro cívico requiere romper el
silencio informativo y la desinformación, creando sus propias redes de información
de lo que sucede en todas partes, de las acciones que se realizan en todas las
localidades y sectores con el fin de estimular la confianza y el entusiasmo de los
participantes. Asimismo una masiva difusión de folletos políticos.
La mejor manera de paralizar o hacer perder eficacia a un plan represivo y
de miedo por parte del gobierno y de los sectores sociales que lo apoyan, es
mediante la acción generalizada, masiva y simultánea. Pero el plan de acción
tiene que considerar medidas antirepresivas y medidas preventivas contra el
colaboracionismo con las fuerzas adversarias, el espionaje y la delación, etcétera.
una negativa a consumir algo, a prestar un servicio o a usar un servicio, a
colaborar en algo, a relacionarse con algunas personas, a vender algo a alguien, a
recibir una prestación, y muchas otras formas particulares, algunas de ellas se
mencionan en el listado de formas de lucha que sigue a continuación.
El boicot es una de las acciones más claras porque cualquiera puede
realizarlo; crea una atmósfera propicia para la desobediencia civil y representa una
forma activa y radical de la no-cooperación que significa el rechazo a colaborar
con el Estado.
El boicot es un instrumento que acostumbran usar los consumidores, por
ejemplo contra aumentos de precios, contra productos nocivos para la salud,
contra una política que perjudica la economía popular; también ha sido utilizado
para oponerse a una política, por ejemplo contra la discriminación racial a
personas que usan un servicio como el transporte o escuelas. Es un medio político
para vencer a empresas o grupos de empresarios que vulneran los derechos
políticos, por ejemplo, contra empresas televisivas o radiofónicas. O bien cuando
se trata de suprimir una disposición de autoridades públicas o poderes privados.
Una forma acostumbrada es no pagar impuestos, o no consumir los productos de
un grupo de poder económico, etcétera.
El boicot con fines políticos involucra a toda la población sin distinciones,
puede tener un efecto nacional importante aunque esté centrado en un tema
específico. Su eficacia depende en gran parte de que sea precedida por una
campaña de información para la realización de determinados objetivos, por caso la
defensa de la propiedad de la nación sobre el petróleo, de manera que una
población o sector de ella aplique esa táctica lo más extensamente posible. Debe
decidirse con precisión contra qué va dirigido, por cuánto tiempo, en qué lugares.
Los casos más resonantes en la India fueron el boicot contra el consumo
todos los productos de origen inglés: textiles, bancos, aseguradoras, barcos,
mercancías, impuestos; o contra la prohibición de producir sal sin pagar
impuestos. Otros casos han sido contra el monopolio extranjero del tabaco o
cualquier otro producto impuesto, alentando la producción alternativa local.
Se puede boicotear por problemas concretos que afectan directamente a un
sector social, (boicot parcial). Por ejemplo, el boicot al transporte público contra el
aumento de tarifas o contra la discriminación a un grupo de población; también es
un boicot parcial cuando lo emprende un grupo de trabajadores en el ejercicio de
su profesión (enfermeras, comerciantes).
[Volver arriba]
Las formas de lucha son instrumentos tácticos que se utilizan según
convenga en circunstancias concretas, y dejan de usarse cuando las
circunstancias aconsejan prudencia o cuando es más apropiada otra táctica. Las
circunstancias cambian, la adopción de una táctica puede ser correcta en un
momento y puede resultar contraproducente en otro momento. Esto significa que
ninguna forma de lucha representa un problema de principio ideológico, es
siempre una cuestión táctica dentro de la estrategia trazada.
El empleo de las formas de acción requiere de una reflexión individual y
colectiva sobre las formas más apropiadas para cada situación, dependiendo del
resultado que se desea obtener, los riesgos que implica y los efectos indeseados o
imprevistos que deben ser respondidos. Esta planeación hace la acción racional,
no espontánea o disparatada. Esto vale para tres tipos de actores: la persona, los
grupos y la sociedad a gran escala.
La planeación de la resistencia civil requiere vincular los fines con los
medios para conseguirlos; una manera de planear una estrategia es desarrollar la
acción de menos a más, a manera de una escalada. La adopción de las formas de
lucha depende de la fuerza propia, esto es, de la capacidad o de lo que es posible
hacer de acuerdo con los recursos de que se dispone, en términos de personas,
medios materiales, dinero, tiempo, riesgos según la respuesta esperada del o los
adversarios, entre otros factores.
Es evidente que el movimiento de resistencia puede sucumbir a los golpes
del adversario, pero también puede fracasar debido a una táctica incorrecta,
irresponsable, que subestime las fuerzas del adversario y sobrestime la propia
capacidad; un error observable es dejarse llevar a una lucha que puede ser
evitada. Entonces el fracaso del movimiento habrá de producir desaliento,
indiferencia, desconfianza, lo que pone fuera de alcance el objetivo buscado.
Un ejemplo caricaturizado del disparate sería una inmolación para impedir
ser multado por pasarse un alto. Es decir, si se trata de un objetivo limitado y
relativamente fácil de conseguir, la forma de lucha ha de ser igualmente limitada y
«blanda»; en cambio las acciones más drásticas se reservan para forzar una
solución difícil de obtener. La combinación de formas de lucha durante un periodo
depende de las respuestas del adversario, porque no hay que olvidar que un
conflicto se produce al menos entre dos campos contendientes, cuyos actores
pueden multiplicarse a medida que se amplia el conflicto, es decir, a mayor escala
del conflicto mayor número de fuerzas participantes de cada lado, y a la inversa.
El conflicto implica un conjunto de acciones y reacciones: el contendiente
«A» toma una acción y el adversario «B» responde con otra acción, lo que a su vez
contendientes estén interesados en resolver el conflicto y entonces las respuestas
sucesivas son blandas, decrecientes hasta que se negocia un arreglo. Pero puede
ser lo contrario, que quienes detentan el poder sean reacios a una solución y
apliquen medidas más drásticas cada vez, lo que implica una resistencia más
drástica con acciones más duras, más variadas y duraderas. En el extremo, la
salida es catastrófica.
La formulación de la estrategia requiere seleccionar las formas de acción
adecuadas en cada situación, combinarlas para potenciar sus resultados, un caso
común es un plantón acompañado por la difusión en la prensa. Además, se puede
calcular la frecuencia en que se usa una misma forma de acción, por ejemplo,
portar un distintivo todos los días y hacer una asamblea cada semana.
La dinámica del conflicto requiere, además de las formas más apropiadas
de acción, de combinarlas con inteligencia, siempre previendo la reacción del
adversario y el efecto esperado. La dinámica obliga reaccionar siempre a la acción
del adversario, golpe por golpe, pero puede calcularse también no responder a
una acción del adversario para no caer en su juego. No siempre se puede prever
lo que hará el adversario, además de que puede subir o bajar de intensidad y
tomar giros imprevistos. De ahí que la estrategia tenga que ser revisada
continuamente, ajustando la táctica a las necesidades de cada situación.
En el conflicto social no todo puede ser planeado porque no todo es
previsible, hay acontecimientos espontáneos, fortuitos y situaciones inesperadas.
En el conflicto social a gran escala esto es frecuente. Por lo tanto, estos factores
tienen que ser pensados para modificar la estrategia de resistencia civil, lo que
supone un mínimo de organización y de capacidad de conducir la acción
racionalmente.
Es posible combinar una serie de acciones del mismo tipo, por ejemplo,
sólo actos simbólicos, o sólo medidas organizativas en la sociedad civil, o sólo una
línea de medios de comunicación. Se pueden combinar por etapas sucesiva. En
ese caso se puede hablar de campañas (las llamadas jornadas) porque tienen una
cierta duración alrededor de objetivos determinados.
Por ejemplo, una campaña de contra-información contra los monopolios
mediáticos puede aprovechar el activismo de muchas personas que ha dado
notables muestras de creatividad e ingenio con iniciativas particulares, recurriendo
a campañas informativas con propaganda en pequeña escala (micro propaganda)
en todas partes. En el mismo sentido hay que valorar el potencial de la persuasión
personal en conversaciones (técnica de proximidad), que practicada en gran
escala puede ser un medio poderoso de contra-información.
estrategias de la resistencia: 1) en donde no existen condiciones viables para
realizar acciones masivas públicas se opta por desarrollar formas de preferencia
morales y simbólicas; 2) en condiciones de mayor libertad y legalidad, la
resistencia es abierta, donde se deja de cooperar y se desobedece a una ley
injusta.
Las formas de lucha se especializan o se combinan, se pueden practicar
simultáneamente. Siguiendo una escala ascendente en intensidad destacan cuatro
niveles:
informar a sectores amplios de la población acerca del conflicto con el fin de
conseguir aliados; para hacer notoria la protesta se recurre a formas morales.
b) La acción directa masiva pública, abierta a la sociedad, consiste en la
movilización de grupos y masas en espacios abiertos (plantón, mitin, marcha,
caravanas masivas). La acción directa es la acción ciudadana inmediata sin
intermediarios.
c) La no-cooperación es un tipo de resistencia más drástica porque se deja
de colaborar abiertamente con los poderes públicos o privados, sin violar
disposiciones legales. Puede aplicarse a una diversidad de autoridades, como a
funcionarios de gobierno, tribunales, propietarios de empresas y otras gentes que
ejercen poder sobre la sociedad. Algunas de las acciones son huelgas y paros, el
boicot al consumo de ciertas mercancías, rechazo a nombramientos y distinciones,
la renuncia a puestos honoríficos o a empleos gubernamentales; el abandono de
ceremonias oficiales o protestas durante ellas; la deserción; el no pago de
impuestos y cualquier cobro que dé dinero al gobierno (casetas de peaje, etc.).
d) La desobediencia civil pertenece a las formas drásticas; se recurre a la
infracción de una orden o de una ley injusta. La desobediencia se mantiene dentro
de los límites de la no-violencia, requiere de una preparación previa para alcanzar
la disciplina necesaria de modo que los participantes y el pueblo comprendan las
implicaciones de esta medida. Una variante es la desobediencia írepresentativa»,
cuando individuos notables, no las masas, ejercen medidas de desobediencia.
toma de tierras o de instalaciones, bloqueo de calles, ingreso a lugares prohibidos,
etcétera.
Las formas de acción pueden seleccionarse y clasificarse según distintas
concepciones. Aquí nos limitamos al carácter no-violento de la resistencia civil y
las agrupamos siguiendo sus características comunes; claro está que es una
propuesta siempre sujeta a reelaboraciones. (27)
La clasificación que presentamos si bien parte de Sharp, incorpora otros
estudios sobre los conflictos sociales. Sobra decir que la crónica y la sociología de
los movimientos sociales aportan los elementos significativos de una realidad
abigarrada. Son las grandes crisis las que reúnen la mayor diversidad de formas
de acción de todos los contendientes y la fuente preferida en el estudio de las
formas específicas de acción. (28)
En este trabajo se exponen las formas de acción más comunes
internacionalmente, pero no aborda otras esferas de acción implicadas en el
conflicto, como son las formas de lucha de los adversarios: los gobiernos, grupos
de poder económico e ideológico y diversos actores indirectos; tampoco se trata la
globalización de los movimientos sociales, no obstante, algo de la técnica
internacional se anexa al final del trabajo, alrededor de la dinámica del conflicto, la
planeación de las acciones, particularmente las campañas y la toma de decisiones
por consenso. R
brigadas. En la campaña contra la privatización del petróleo en abril de 2008 se
adoptó una estructura por géneros. Inició con 10,000 mujeres (Adelitas) divididas
en 20 brigadas de 500 personas cada una, a su vez subdivididas en 5 columnas
cada una compuesta por 100 mujeres; cada columna agrupa unidades más
pequeñas de hasta 15 miembros. Cada brigada es coordinada por una
coordinadora general y cada columna por una subcordinadora; en total 20
coordinadoras generales y 20 de columnas.
– Asociación en grupos por afinidad, vecindad y ocupación, p. Ej., comités
ciudadanos en los lugares de residencia, comunidades, centros de trabajo y de
actividad, grupos de amigos, por sexo y edad.
– Promover simultáneamente todas las formas de organización ciudadana
dispuestas a la resistencia civil (asociaciones, redes, coordinaciones,
convenciones, etc.)
– Formación de organismos de la sociedad civil (no gubernamentales) para la
defensa de los asuntos públicos (vecinales, medio ambiente, salud, derechos
sexuales, discapacitados, educación, información, etc.)
– Formación de redes electrónicas de comunicación e interacción
-. Vinculación directa o mediante representantes con otras organizaciones
ciudadanas para coordinarse
– Nombrar delegados o representantes para presentar peticiones, documentos, y
negociar soluciones a los problemas
– Crear corrientes de opinión y grupos de presión dentro de las instituciones y
organizaciones sociales
– Mantener vínculos con fuerzas aliadas o neutrales
– Mantener relaciones de información y cooperación con organizaciones y redes
internacionales.
– Mantener relación permanente con los medios de comunicación, nacionales e
internacionales
Asambleas públicas
– Asambleas populares permanentes
– Asambleas multitudinarias
– Asambleas informativas y deliberativas
– Asambleas de protesta o de apoyo
– Asambleas de barrio permanentes
– Reuniones de protesta
– Asambleas generalizadas y simultáneas
– Reuniones de protesta camufladas (banquetes, fiestas)
– Reuniones pequeñas de discusión con gente próxima en domicilios, locales de
organizaciones, plazas y lugares públicos, invitando a vecinos, amistades,
familiares y compañeros de actividad
– Foros ciudadanos de deliberación en sitios públicos de gran afluencia (plazas
públicas, parques, mercados, librerías, cafés, etc.)
– Marchas
– Caravana o marcha multitudinaria por largos trayectos
– Concentraciones de masas informativas
– Marchas que atraviesen gran parte de la totalidad del país
– Desfiles de protesta
– Desfiles en vehículos (caravanas de autos, tractores)
– Caravanas de automóviles en zonas delimitadas, urbanas y rurales (colonias,
pueblos, carreteras)
– Desfiles satíricos (carnavalescos)
– Desfiles en bicicleta, en patines y patinetas
– Cabalgatas
– Desfiles o exhibición satírica con animales (bueyes, cerdos, perros, asnos)
– Dar vueltas en grupo en torno a algún lugar (p. Ej., maratones de 100 horas)
– Montar guardias con grupos pequeños («piquetes»)
– Plantones, campamentos
– Plantones Itinerantes
– Plantones con horario flexible, según las posibilidades de los manifestantes
– Plantones con relevos (mujeres de día y hombres de noche)
– Campamentos con actividades culturales e informativos
– Actos ruidosos con objetos adecuados (cacerolas, cornetas, bocinas, claxon, etc.)
– Marchas y manifestaciones simultáneas en localidades y ciudades
– Marchas micro desde las localidades para confluir en una gran concentración
– Movilización al margen de organizaciones corporativas
– Peticiones en grupo o en masa
– Pronunciamientos públicos de personalidades intelectuales, artísticas, religiosas
– Difundir eslóganes, caricaturas y símbolos
– Exhibición de banderas, carteles, objetos con colores simbólicos y otros medios
de comunicación visual (en espacios públicos)
– Anuncios alusivos a las campañas de resistencia civil elaborados por los
ciudadanos (en las viviendas, centros de trabajo, medios de transporte
particulares)
– Pintas y graffiti de protesta
– Engomados (diversos tamaños)
– Tendederos informativos (pensamientos, frases, consignas elaborados por los
ciudadanos en hojas de papel colgadas en lazos simulando tendederos de ropa)
– Pinta de consignas en los cerros y piedras en las carreteras
– Difusión de volantes, folletos y libros a favor de la resistencia
– Difusión de periódicos y revistas
– Grabaciones para radio y televisión
– Exhibición de videos y películas para públicos pequeños, con debate
– Filmación de acontecimientos y reportajes
– Escritura aérea y terrestre, lanzando volantes, voceando
– Arrojar volantes desde una avioneta
– Lanzamiento de globos aerostáticos con lonas, mantas, etc., con frases o
símbolos
– Llamadas telefónicas a programas radiofónicos con teléfonos abiertos
– Entrevistas para los medios de comunicación
– Participar en encuestas de opinión
– Recolecta de dinero del público para financiar campañas de resistencia
– Fogatas de protesta
(Expo-Fraude)
– Sistema de comunicación alternativo (periódicos, radiodifusoras, videos,
asambleas, utilización de megáfonos en lugares públicos, perifoneo), formado con
la participación ciudadana, comités y especialistas.
– Internet (radios por Internet, blogs, correo electrónico)
– Difusión por Internet, ligada a redes
– Sitios Web abiertos para que todas las personas incorporen mensajes
– Sitios Web para difundir información especializada
– Contra jakers para protección y réplica a sabotajes cibernéticos y ciber
propaganda
– Agencias de noticias alternativas
– Hablar directamente con personas cercanas para que tomen conciencia del
problema
– Confraternización, ganarse a las personas con una intención amistosa deliberada
– Propaganda ofreciendo disculpas por obstrucción causada por movilizaciones
(«Disculpe las molestias, estamos construyendo la democracia»)
– Promover la discusión colectiva entre ciudadanos sobre los peligros que
amenazan la democracia, o cualquier demanda, y el compromiso de participar en
la búsqueda de soluciones
– Elaboración y distribución personal de propaganda
– Elaboración y distribución de propaganda en pequeña escala elaborada por la
familia, amigos, vecinos, compañeros de actividad
– Apoyo o creación de radios comunitarias
– Toma de estaciones de radio y televisión
– Instalación de radios «piratas»
– Inserciones pagadas en la prensa (desplegados, cintillos) 38
– Conferencias de prensa
– Cartas a la redacción de los periódicos
– Correos (e-mail) a periódicos, programas radiofónicos y televisivos
– Reproducción de caricaturas y artículos de prensa para su distribución «en corto»
– Monitoreo de los desplazamientos policíacos mediante teléfonos celulares,
walkie talkies y motocicletas
– Discursos públicos de autoridades (alocuciones)
– Cartas de rechazo o de apoyo por firmantes debidamente acreditados
– Declaraciones por parte de organizaciones e instituciones (con autoridad moral,
intelectual o buena fama)
– Declaraciones públicas firmadas
– Colecta masiva de firmas en declaraciones o peticiones dirigidas a autoridades
– Acusaciones y denuncias formales ante autoridades nacionales
– Acusaciones y denuncias formales ante autoridades internacionales
– Petición de divulgación (transparencia) de información oficial
– Premios satíricos
– Elecciones satíricas
– Bromas y sketches satíricos
– Mímica, pantomima y monólogos
– Representaciones teatrales y musicales
– Pregones satíricos, en vivo o grabaciones (p. Ej., un tamalero pregona: ísi un
fraude está celebrando aquí hay tamales Hildebrando»)
– Representación teatral relámpago
– Representaciones con disfraces y mascaras
– Performance, teatro callejero, teatro guiñol
– Presentación de danzas y músicas regionales
– Canciones para exaltar valores morales y levantar el ánimo
– Conciertos públicos de protesta (jaraneros, trovadores, marimberos)
– Adaptación de canciones populares con estrofas que aludan a la protesta
– Exhibición de monigotes o muñecos en cartón, tela
– Bailes con grupos musicales simpatizantes (ísonideros»)
– Espectáculos con grupos artísticos solidarios con el movimiento
– Grupos de diseño de propaganda
– Conferencias y mesas redondas de divulgación 39
– Seminarios entre especialistas (abiertos al público para la socialización del
conocimiento)
– Difusión de los productos de la reflexión estratégica
– Capacitación de capacitadores
– Cursos y talleres sobre la resistencia civil
– Intercambios por tele-conferencias, chat, videos
– Formación de archivos abiertos con información especializada (páginas Web)
– Impartición de cursos y talleres para fortalecer el nivel educacional de los
resistentes
– Impartición de cursos y talleres culturales (pintura, artes plásticas, guitarra,
cerámica, cursos de ajedrez, etc.)
– Instalación de bibliotecas ciudadanas
– Exposiciones fotográficas conjuntas, con la colocación de cárteles leyendas y
etiquetas alusivas a la demanda ciudadana
– Sonidos simbólicos
– Arrojar o exhibir objetos simbólicos (ratas, basura)
– Luces simbólicas (velas, artefactos eléctricos, faros de los autos)
– Campañas de apagar las luces en viviendas, centros de trabajo y otros lugares
(apagones)
– Campañas de mantener encendidas las luces de automóviles y transportes
durante el día
– Celebración de días conmemorativos
– Instalación de monumentos y placas
– Dar nombres nuevos (o recuperar nombres antiguos) a calles, edificios, parques
y otros lugares
– Plantación de árboles o semillas para dejar constancia, reclamar territorios
– Clausura simbólica de instalaciones, edificios, obras
– Tomas simbólicas de dependencias gubernamentales y empresas privadas
– Luto político
– Funerales satíricos (p. Ej., de la «Libertad»)
– Manifestaciones en funerales
– Homenajes en el lugar de entierro
– Desfiles con ataúdes
– Ayuno como presión moral que busca despertar la conciencia de las personas, y
del pueblo; forma de presión pública con la finalidad de conmover a gobernantes o
a empresarios. Ayuno como sacrifico (Gandhi)
– Jornada (un día o más) de ayuno y reflexión; vigilias
– Huelga de hambre
– Sangrados
– Encadenarse
– Crucifixiones simbólicas
simbólicos
– Prendas de vestir (camisetas, pañoletas, pañuelos, gorras) de algún color,
símbolos y anuncios alusivos a la demanda ciudadana a la no privatización del
petróleo
– Dibujos y colores en el cuerpo
– Desnudos de protesta y bodypanting referentes a la demanda
misóginos; colocación callejera de fotos del magnate Jorge Larrea)
– Acoso no violento
– Acoso no violento a autoridades con peticiones y denuncias
– Desacralizar a las autoridades, burlarse
– Protestas en actos públicos de autoridades
– Denuncia a personas poderosas e influyentes que atacan ostensiblemente la
democracia
– Grupos de protesta ante edificios públicos y sedes de las autoridades y otras
personas que abusan del poder y atacan la democracia
– Grupos de protesta ante domicilios de políticos corruptos, represores,
comunicadores y empresarios que hacen campañas sucias, para evidenciarlos
frente a la opinión vecinal y pública
– Presionar a neutrales para que se mantengan neutrales
– Gestos o señas de íguante blanco» o groseros
Interrupciones
– Abandonar una reunión
– Guardar silencio cuando se pide que la gente hable
– Dar la espalda
– Entrar en un lugar hablando o haciendo ruido
– Entrar a un lugar portando un objeto simbólico o mensajes (moños, pancartas)
– Actos espectaculares en reuniones solemnes 41
– Ocupación sentándose (sentón)
– Ocupación de pie
– Ocupación cantando, realizando representaciones
– Irrupción en lugares públicos
– Incursión no violenta en zonas comerciales, bancos, etc. (visitas de cortesía)
– Irrupción en zonas residenciales habitadas por sectores adversarios
– Irrumpir en medios de transporte público
– Cercos ciudadanos a Instituciones publicas o privadas (Congreso de la Unión,
Suprema Corte de Justicia, palacio de Gobierno, Bolsa de Valores, bancos,
centros comerciales, etc.)
– Invasión no violenta de lugares no autorizados
– Meterse al agua (una playa, una fuente)
– Obstrucción no violenta usando el cuerpo como barrera física (escudos
humanos), (p. Ej. alrededor de casas o territorios amenazados)
– Ocupación física de espacios para impedir la instalación de empresas u
organismos públicos
– Ocupación de terrenos (por los sin-techo, trabajadores informales)
– Sentarse o acostarse en el suelo para impedir el paso de vehículos
– Obstrucción (bloqueos) de calles, puentes, cruces internacionales, carreteras etc.
– Toma de casetas carreteras liberando el pago de peaje al automovilista
– Bloqueos relámpago múltiples
– Visitas pacifistas en grupo en zonas de conflicto (para cesar hostilidades)
– Visita de personalidades intelectuales, religiosas, artísticas a zonas de conflicto
– Segregar selectivamente a ciertas personas (boicot social selectivo)
– Huelga de sexo
– Huelga de celo (indiferencia, retirar la palabra, «ley del hielo»)
– Boicot a eventos sociales (celebraciones, festividades, actos oficiales)
– Retirarse de instituciones sociales
– Proporcionar ayuda y asilo
– Suspender la participación de organismos civiles en organismos públicos
– Rechazar programas de ayuda oficial (políticas clientelares o contrainsurgentes)
– Rechazo de dinero procedente del gobierno (políticas clientelares
contrainsurgentes)
– Desobediencia personal total
– Ausencia colectiva
– Emigración de protesta
– Auto exilio
Innovación social
– Establecimiento de nuevas pautas sociales (mezcla social saltándose las
barreras)
– Promoción de convivios e intercambios culturales con el fin de generar un
ambiente solidario (entre grupos étnicos, urbanos, población en riesgo, grupos
culturales diversos, y grupos vulnerables, presos, etc.)
– Difusión de tradiciones y costumbres de los pueblos para hacer conciencia sobre
nuestra identidad (fiestas, exposiciones de artesanías, talleres, manualidades,
comida, etc.)
– Uso de vestimentas autóctonas de los pueblos de México con distintivos
patrióticos (huipiles, rebozos, sombreros,)
– Creación y uso de tecnologías alternativas (software libre, energía alternativa)
Instituciones sociales y económicas alternativas
– Desarrollar organismos de control social (contralorías, observatorios) sobre el
desempeño autoridades e instituciones (jueces, funcionarios, gobernantes,
legisladores)
– Instituciones económicas alternativas
– Formación de cooperativas de consumidores y productores
– Creación de cadenas productivas
– Cajas de ahorro y crédito (contra la usura bancaria; rescate de deudores
comprando cartera vencida)
– Mercados alternativos de productos de economía solidaria (mermelada, arroz,
pan, dulces, café, etc.)
– Imitación de productos con fines políticos (gelatina, pan, licores, mermeladas,
tortas)
– Venta directa de los productores (frijol, arroz, frutas)
– Reproducción ilícita (piratería): música, películas, videos y libros con fines de
divulgación y autofinanciamiento del movimiento de resistencia
– Medios de comunicación alternativos
– Nuevas instituciones de democracia participativa (presupuesto participativo,
asambleas populares)
– Recuperación de empresas cerradas o en quiebra por colectivos de trabajadores
– Creación de policía comunitaria
productos
– Boicot a empresas cuyos dueños y administradores ataquen la democracia y la
libertad, y los derechos cívicos de sus trabajadores (29)
– Boicot a canales de televisión y estaciones de radio que realicen actos contrarios
a la libertad y la democracia
– Boicot a anunciantes en canales de televisión y estaciones de radio que vulneren
la democracia y la libertad
– Boicot nacional de consumidores (combinación de acciones)
– Boicot a empresas y productos en lugares determinados
– Boicot internacional de consumidores
– Boicot de trabajadores
– Boicot de productores
– Boicot de intermediarios
– Boicot de proveedores y de distribuidores
– Negarse a alquilar o a vender propiedades
– Retiro de depósitos bancarios, cancelación de cuentas
– Boicot al empleo de cierta maquinaria o tecnología
Acciones por parte de los consumidores y contribuyentes
– Huelga de pago de rentas
– Huelga de pago de tarifas
– Negarse a pagar deudas o intereses
– Venta deliberada por debajo del precio de costo (dumping)
– Comprar bienes para impedir que otros accedan a ellos
– Retención de bienes (ocupación de viviendas, empresas, espacios culturales,
mercancías)
– Compra selectiva (preferir productos orgánicos, artesanales, de cooperativas;
evitar la compra de productos nocivos para la salud)
– Actos de protesta en demanda de alimentos
– Apropiarse de mercancías por hambre, desabasto o encarecimiento
– Obstrucción de grandes centros comerciales
– Obstrucción de cajeros automáticos
– Obstrucción de locales bancarios, negocios extranjeros, medios de comunicación
– Arrojar objetos a instalaciones privadas o públicas
– Reclamo de políticas proteccionistas para conservar el empleo y empresas
nacionales
Acciones por parte de propietarios y directivos
– Cierre patronal
– Rechazo a determinadas políticas públicas
– Huelga general de comerciantes
– Rechazo al contrabando
– Producción de artículos genéricos sin pagar patentes
– Huelga sectorial
– Huelgas parciales
– Huelga simbólica
– Huelga selectiva
– Huelga «hormiga» (dejar de trabajar o marcharse de uno en uno)
– Huelga a un grupo de empresas cada vez en una empresa distinta
– Huelga de trabajo lento (tortuguismo)
– Huelga de celo (calidad de la producción)
– Huelga o falta colectiva (ípor motivos de salud»)
– Huelgas de solidaridad
– Huelga por renuncia colectiva
– Ausentismo
– Retraso colectivo
– Paros de protesta
– Paros sin previo aviso (relámpago)
– Paros por horas
– Paros locos (sorpresivos, en distintos lugares)
– Negarse a trabajar fuera de las ocho horas diarias o a la prolongación de la
jornada de trabajo
– Encierro en el lugar de trabajo
– Huelga inversa (acudir a trabajar en días de descanso)
– Huelgas de presos
– Huelgas de oficios
– Huelgas de profesionales no sindicalizados
– Huelga de estudiantes
– Quebrantamiento de bloqueos económicos
– Destrucción de bienes propios tirar productos (leche, maíz frutas, sacrificio de
ganado)
– Regalar productos como protesta por políticas económicas
el territorio nacional
– Boicot a elecciones nacionales o locales cuando no hay condiciones de libertad
de sufragio, para no fortalecer a partidos antipopulares o un poder dictatorial
– Suspensión del boicot electoral cuando se considera que habrá algún beneficio
para el desarrollo de las fuerzas democráticas
– Interrupción o retiro del apoyo a autoridades e instituciones
– Destrucción de credenciales
– Negarse a mostrar apoyo en público
– Boicot a los órganos legislativos
– Boicot a empleos y cargos públicos
– Boicot a organismos gubernamentales
– Retirarse de las instituciones educativas gubernamentales
– Boicot a organizaciones respaldadas por el gobierno
– Negarse a disolver las instituciones existentes
– Negarse a colaborar con los agentes de la autoridad
– Protesta durante giras y visitas de autoridades
– Rechazo de nombramientos
– Renuncia a honores
Desobediencia ciudadana a obligaciones
– Desobediencia civil a leyes «neutras»
– No cumplir con disposiciones que afecten mis derechos, o para presionar contra
la violación de derechos
– No oponer resistencia a detenciones
– Búsqueda activa de encarcelamiento
– Dejarse llevar a la cárcel por millares hasta saturarlas
– Mostrarse reacio y tardar en cumplir las normas (p. Ej., pago de impuestos)
– Desobediencia popular
– Desobediencia camuflada
– Negarse a disolver una asamblea o reunión
– Rehusarse a abandonar un lugar o edificio público (sentón) 46
– No colaborar en reclutamientos y deportaciones
– Desertar
– Ocultarse, huir y usar identidades falsas ante persecuciones injustas
– Solidaridad con otros desobedientes que desconocen la autoridad y cuando
enfrentan situaciones de riesgo
Intervención política
– Consulta al pueblo mediante plebiscito legal para que decida una política pública,
o mediante referéndum sobre la reforma o aprobación de una ley (no a la
privatización del petróleo)
– Consulta al pueblo autónoma mediante plebiscito: nacional, local, sectorial
– Plebiscito (autónomo o legal) sobre revocación de mandato. Por iniciativa
popular, se revoca la autoridad de quienes abusen del poder
– Consulta popular sobre políticas públicas
– La iniciativa popular de ley; un gran número de ciudadanos presenta una
iniciativa de ley sobre cualquier asunto
– Recuperación de la soberanía y elección de un gobierno legal o paralelo
– Creación de gobiernos locales autónomos
– Apoyo a proyectos de ley democráticos
– Apoyo a autoridades democráticas
– Apoyo a candidatos democráticos para cargos públicos
– Apoyo a organizaciones sindicales, no gubernamentales, cooperativas
– Apoyo a demandas ciudadanas
– Demandar transparencia informativa de organismos y funcionarios públicos
– Pedir rendición de cuentas a autoridades
– Demandar a autoridades la toma de decisiones justas y democráticas
– Denunciar el mal uso de recursos públicos (peculado, robo, dispendio, gastos
irracionales)
– Sobrecarga de demandas sociales a funcionarios, organismos estatales o
empresas
– Sobrecarga de los sistemas administrativos (exceso de cumplimiento de la
legalidad por parte de los ciudadanos)
– Sobrecarga de instalaciones
– Trabajos públicos sin colaboración de empleados oficiales
– Divulgar acuerdos secretos de autoridades y grupos de poder que vulneren la
democracia
– Divulgar la identidad de agentes represivos
– Bloqueo al parlamento, a la sede del gobierno
– Barricadas en las calles contra incursión de la fuerza pública o cuerpos de
choque
– Acciones subrepticias de contraespionaje y contra información
Huelgas generales
– Huelga general (el actor principal son sindicatos) 47
– Huelgas políticas de masas (paro cívico o paro patriótico); la movilización,
articula una diversidad de actores sociales. Suspensión de todo tipo de actividades
(trabajo, escuela, comercio, transporte, etc.), acompañada con múltiples acciones
en las calles
– Huelga política en industrias claves
– Huelga generalizada (sin llegar a participar la mayoría de los sectores
económicos)
– Huelga internacional
Acciones por parte de instituciones democráticas contra organismos autoritarios
tribunas)
– Negativa de instituciones a cooperar con ciertas políticas gubernamentales
– Bloqueo de líneas de mando e información
– No colaboración (evasivas y retrasos) administrativa en general
– No cooperación judicial
– Ineficacia deliberada y no cooperación selectiva por parte de los agentes de la
autoridad
– No colaboración por parte de ciertos departamentos gubernamentales
– Visita de personalidades políticas a lugares en conflicto
– Apoyo de gobiernos locales a los movimientos de resistencia
Acciones gubernamentales internacionales contra gobiernos antidemocráticos
– Cambio de representaciones diplomáticas y de otros tipos
– Retraso y cancelación de encuentros diplomáticos
– Retiro del reconocimiento diplomático
– Ruptura de relaciones diplomáticas
– Retiro de organismos internacionales
– Negarse a pertenecer a organismos internacionales
– Expulsión de organizaciones internacionales
– Exigir cumplimiento de cláusulas democráticas en tratados internacionales
– Repudio y notas de protesta por parte de organismos internacionales contra
determinadas políticas
– Misiones de organismos internacionales defensores de los derechos humanos
Anotar las formas de acción no consideradas, que resultan de la inventiva popular
y las circunstancias
(1) Dworkin, Ronald, Los derechos en serio. Derecho, Ariel, Barcelona, 2002, 509 pp. Véanse los capítulos 7. Los derechos en Serio y 8. La desobediencia civil.
(2) Rawls, John, Teoría de la justicia. Fondo de Cultura Económica, México, 1997, 549 pp. Ver cap.
VI El deber y la obligación.
(3) Dworkin, R., op. cit.
(4) Arendt, Hannah, íDesobediencia civil», en Crisis de la república. Taurus, Colombia, 1999, 235 pp. 7
(5) Arendt, op. cit. Habermas, J¸rgen, Ensayos políticos. Península, Barcelona, 1997, 285 pp. Ver
cap. III. íOtoño de 1983 o la neutralización moral del derecho».
(6) Arendt, H., op. cit.
(7) Habermas, J., op. cit.
(8) Ibid. 8
(9) Fromm, Erich, El miedo a la libertad. Origen-Planeta, Barcelona-México, 1985, 327 pp.
(10) Ibíd.
(11) Arendt, H., op. cit. 10
(12) Rawls, J., op. cit. 11
(13) Dworkin, R., op. cit.
(14) Locke, John, Ensayo sobre el gobierno civil. Gradifco, Buenos Aires, 2005, 189 pp.
(15) Arendt, H., op. cit. 13
(16) Mazzini, Giuseppe, Pensamientos sobre democracia en Europa y otros escritos. Tecnos, Clásicos del pensamiento 158, Madrid, 2004, 360 pp. Ver «Los deberes del hombre».
(17) Rawls, J., op. cit.
(18) Gandhi, Mí socialismo. La pléyade, Buenos Aires, 1987, 124 pp. Ver «La economía no-violenta» (1937). Gandhi, Todos los hombres son hermanos. Vida y pensamiento del Mahatma Gandhi según sus obras. Gallimard, NRF, France, 1969, 317 pp. Véase: El pueblo y la democracia», Ahimsa o la vía de la no-violencia.
(20) Guía de Desobediencia Civil.
(21) Guía de Desobediencia Civil.
(22) Nelson Mandela, «Huelga general», en No es fácil el camino de la libertad. Siglo XXI, México,
1999, p. 121.
(23) Acción Directa No Violenta. Gente con poder en comunidades fuertes realizando una acción
eficaz. Israel, mayo 2003. Cambiar la marea (Tuning the tide) Programa cuáquero para un cambio
social no violento. [email protected] o [email protected]
(24) Guía de Desobediencia Civil.
Presente no. 63, Argentina, 1978, 286 pp. 27
(26) Pereyra, Daniel, Argentina rebelde. Crónicas y enseñanzas de la revuelta social. El Viejo Topo, España, 2003, 359 pp. 28
«Manual Práctico de Desobediencia civil» [email protected]
(28) Nicolás Iñigo Carrera y María Celia Cotarelo, «Génesis y desarrollo de la insurrección espontánea de diciembre de 2001 en Argentina». Daniel Campione y Beatriz Rajland, «Piqueteros y trabajadores ocupados en la argentina de 2001 en adelante Novedades y continuidades en su participación y organización en los conflictos. En Gerardo Caetano (compilador). Sujetos sociales y nuevas formas de protesta en la historia reciente de América Latina. CLACSO, Argentina, 2006,
382 pp. Mandela Nelson, No es fácil el camino de la libertad. Siglo XXI, México, 1999, 222 pp.