El helicóptero será el primer vehículo en despegar y aterrizar (amartizar) varias veces fuera de nuestro planeta.
Regeneración, 22 de agosto de 2017.- Con 22 años, María Regina Apodaca Moreno, realizó una estancia de cuatro meses en un programa de internos en el Centro de Investigación Ames de la NASA, en California.
“Es un programa para ser interno en la NASA, lo logré después de año y medio de hacer la solicitud”, dijo.
Cuando María Regina vio la cinta Star Trek, concretó su vocación. Quería ser como Scotty, el ingeniero de la nave Enterprise, pero le dijeron que era película, ficción, y que en este país no teníamos ese nivel.
Sin embargo, la estudiante de la licenciatura en Física de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM inició su camino hacia su más grande sueño: convertirse en ingeniera aeroespacial.
Su primer contacto para lograrlo fue un profesor de Física, Guillermo Govea Anaya, quien creyó en sus sueños profesionales y los impulsó.
“Vio anunciada la convocatoria de la NASA en la página de la Agencia Espacial Mexicana. Él conocía mi interés por convertirme en ingeniera aeroespacial y me animó a enviar mis papeles”, recordó.
En la estancia de María Regina, estuvo con otros cuatro extranjeros provenientes de Suecia que cursaban la maestría y del grupo ella fue la única mexicana y de licenciatura.
“También había otros internos de Estados Unidos, de diversas edades”, dijo.
La joven estaba comprometida a hacer la tesis sobre un tema asociado a una investigación de la agencia estadounidense.
“La experiencia me ayudó a desarrollar mi trabajo, que será sobre un helicóptero que la NASA volará sobre Marte en la misión planeada para 2020”.
Dicho helicóptero será el primer vehículo en despegar y aterrizar (amartizar) varias veces fuera de nuestro planeta. La estudiante realizó simulaciones de vuelo de un modelo a escala.
“Fabriqué el modelo del helicóptero como un proyecto de divulgación para niños que explicara lo que estamos haciendo. Hice una versión juguete respetando las características más importantes del equipo”, dijo María Regina.
En su investigación, la joven estudia la interacción entre el aire y la arena del suelo, durante el despegue y llegada del helicóptero.
“Cuando estos equipos aterrizan en la arena, como en Afganistán, generan una enorme nube de polvo. Como en la superficie de Marte hay algo parecido a arena, no queremos que dañe sensores o al helicóptero mismo”.
El proyecto consiste en dar los primeros pasos para determinar si la nube de polvo sería un problema para la misión marciana, pues si es muy densa se debe hacer un sensor más resistente.
“Queremos demostrar que tenemos la tecnología para hacerlo en otro planeta”, sostuvo.
Regina continuará trabajando en su tesis, mientras tanto, es apoyada por Carlos Málaga, investigador del Instituto de Física, para hacer la simulación de fluidos.
Además, la joven concluirá su licenciatura el año entrante y, hará solicitudes para cursar un posgrado en el extranjero (Estados Unidos o Europa).
“Quiero estudiar ingeniería aeroespacial o instrumentación astronómica; luego quiero regresar y aplicar mis conocimientos aquí”, agregó.
Con información de UNAM