México rinde homenaje a Ernesto Cardenal, poeta, sacerdote y político

Cardenal, recién rehabilitado como cura por el papa Francisco, señala que pedir democracia no es ningún extremismo


Regeneración, 4 de diciembre del 2019. El Gobierno de México ofreció un homenaje a Ernesto Cardenal, uno de los poetas vivos más importantes de Latinoamérica, en el marco del encuentro México ante los extremismos: el valor de la cultura ante el odio.

El encuentro latinoamericano, organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores, fue inaugurado por el canciller Marcelo Ebrard este martes.

“No soy autor de gran poesía”
El homenaje al también sacerdote y teólogo nicaragüense de 93 años, se dio este miércoles durante el segundo y último día del encuentro.
El también político señaló que no se merecía el homenaje que le ofrecía el Gobierno de México puesto que “no soy autor de gran poesía”.
Asimismo, se dijo perseguido político por oponerse al régimen de Daniel Ortega.
«Exigir democracia no es extremismo”, dijo en su mensaje, que pudo interpretarse como una postura sobre la política de su país.

Contra el odio y la violencia

El evento, de acuerdo con la presentación, “trata de una reivindicación de los valores universales de igualdad y tolerancia, y en repudio al racismo, la xenofobia y los discursos de odio y la violencia derivada de ellos”.

En su cuenta de Twitter, Marcelo Ebrard compartió: «Con Ernesto Cardenal en la sede de la SRE, nuestra cancillería. La cultura como alternativa al odio. Hoy le rendimos homenaje a los latinoamericanos. Abrazo, ¡poeta entrañable!».

Ernesto Cardenal es uno de los defensores más prominentes de la Teología de la Liberación y como poeta ha recibido premios internacionales, entre ellos el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2009, entre una decena más.

Suspensión ad divinis
A finales de los años setenta, Ernesto Cardenal participó con el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Desde ahí se opuso al dictador Anastasio Somoza, cuya dinastía oprimió a Nicaragua por más de 40 años.
El 4 de febrero de 1984 fue suspendido ad divinis como sacerdote por el papa Juan Pablo Segundo por defender la Teología de la Liberación, corriente que el Papa repudiaba.
Exactamente 30 años y medio más tarde, el 4 de agosto del 2014, el papa Francisco le levantó la suspensión que le había impuesto el papa Wojtyla.