Muchas de las madres jóvenes dejaron de estudiar, no tienen derecho a los servicios básicos de salud, son pobres y, es muy probable que sus hijos también lo sean, indica Save the Children.
Regeneración, 10 de mayo 2016.- Uno de cada cinco nacimientos en nuestro país es de mujeres menores de 20 años.
Según un reporte de la organización Save the Children, cada año hay cerca de 500 mil nacimientos en madres adolescentes y cada día se producen 30 partos en los cuales la madre tiene menos de 15 años.
México es el país de los miembros de la OCDE que presenta cifras más altas de embarazo adolescente y los datos se agravan más, ya que el número de madres entre 15 y 19 años, no varía con los años.
Peor aún, entre 2013 y 2014 se registraron casi 400 partos en niñas de 10 años, señala Save The Children, quien agrega “esto es especialmente grave puesto que se puede asumir que en la mayoría de los casos estos embarazos son producto de la coerción y la violencia sexual”.
Muchas de las madres jóvenes dejaron de estudiar, no tienen derecho a los servicios básicos de salud, son pobres y, es muy probable que sus hijos también lo sean, indica la organización.
Además, corren riesgos preocupantes “para su salud, ya que no cuentan con el desarrollo físico adecuado, tienen dos veces más probabilidades de morir por complicaciones en el embarazo o el parto que las mujeres adultas, así como la probabilidad de tener un nacimiento prematura y que el bebé nazca con bajo peso”, se lee en el informe.
Resalta que seis de cada diez embarazos adolescentes no es deseado, sin embargo, para muchas mujeres el aborto sigue sin ser una opción viable.
“Los datos indican que en los sectores más humildes y en las zonas rurales es donde hay menor índice de interrupción”.
Los embarazos adolescentes tienen lugar principalmente en los hogares más pobres y entre mujeres que disponen de “nulas alternativas de desarrollo personal”, acota el informe.
El 60% de estas mujeres pertenecen a familias de bajos ingresos y su situación empeora por la incapacidad de acceder a servicios de salud para ellas y sus hijos, así como a educación, alimentación saludable o cualquier otra oportunidad de desarrollo, a lo que la organización denomina “reproducción del ciclo de la pobreza”.
Para Carlos Welti, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), aunque se suele relacionar el embarazo adolescente con los niveles bajos de educación, la maternidad ha crecido entre jóvenes con educación media o media superior.
Este fenómeno se explica por la falta de oportunidad de desarrollo en otros ámbitos, “se dan cuenta que estudiar o terminar una carrera no garantiza el reconocimiento social a través de un trabajo acorde con sus aspiraciones”, consideró el experto.
Con información de El País y Quadrantin.