por Gonzalo Ballesteros *
En Ucrania hay una guerra, esta vez no con tanques ni con tropas de potencias extranjeras sobre su territorio pero sí hay armas ideológicas que como balas atacan a la sociedad, a la política y a la economía llevando a este país a una balcanización. Al final, ésta es una guerra por otros medios.
Por un lado, la historia de dicha nación apunta directamente a su condición de haber pertenecido a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) con todo lo que esto implica. La caída de la URSS representó el triunfo de mundo occidental, la modernidad capitalista por encima del socialismo o el comunismo. La noción de cooperación en las relaciones internacionales, bajo la idea de la globalización penetró a gran escala en la población industrializada, creando la imagen de superioridad de las políticas neoliberales ante las políticas sociales. El libre comercio, la introducción de mercancías y las privatizaciones se colocaron como los mecanismos de crecimiento que ayudarían a transitar del sub desarrollo al desarrollo. Para los países ex satélites de la URSS las comparaciones entre dos modelos políticos y económicos eran completamente claras, por un lado, el vecino ruso se encontraba en momentos de redefinición y restructuración, por el otro, sus vecinos europeos mostraban el resplandor económico que con ayuda del plan Marshall consolidaron. Sin embargo no tardaron muchos años en revelar las políticas de imperialismo sobre la periferia y otras regiones, y que al día de hoy la Unión Europea (EU) se desenmascara beneficiando a solo unos cuantos países siendo este un punto principal ante la decisión de que quizá no se firme la adhesión.
Ahora, Ucrania se perfila como un país de doble influencia periférica: la Rusia de hoy, que cada vez toma más protagonismo en la arena internacional como actor importante y del otro lado, la desquebrajante e inestable Unión Europea.
Es importante destacar que Estados Unidos (EEUU) se encuentra en la jugada, lo que despierta grandes dudas sobre la legítima demanda de un porcentaje de la población en adherirse a la UE, concentrándose por lógica de lado Oeste (mapa1) del país y que con el exabrupto “que se joda la UE” de la diplomática estadounidense responsable del Departamento de Estado para asuntos europeos Victoria Nuland [1]se confirma tal intuición. Sumado a esto se ha difundido la información de que quizá algunas personas han sido directamente financiadas por la fundación del magnate George Soros[2] para desestabilizar, por lo que debe de considerarse que no solo habría cambios estructurales como los que se aplicaron a México (que nos ha llevado a este desastre nacional) sino también, gradualmente se podría continuar con el Escudo Antimisiles que EEUU tanto ha buscado con ayuda de sus socios de la UE concentrados en el verdugo llamado Organización de Tratado del Atlántico Norte (NATO por sus siglas en ingles) (mapa 2). y que han pensando en Ucrania como una neo Checoslovaquia, ósea lo que fue la «Daga» de la Alemania Nazi.
Mapa 1
Mapa 2 – Tomado de tigrepelvar4.files.wordpress.com
Por otro lado, la política exterior de Rusia no dejará de aplicar una Realpolitik, a pesar de expresarse como un país que respetará la autonomía del gobierno ucraniano. Sería muy ingenuo pensar que todo se dará en un marco de respeto y no de intervención a su soberanía. Aunado a esto, Ucrania para Rusia es importante en algunos términos geopolíticos como: industria armamentista rusa en el territorio; su condición de ser una nación en medio del continente atlántico y eurasiático, sumando que a su alrededor, países como Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Bulgaria, Hungría, República Checa, Eslovenia, Eslovaquia y Turquía forman un cinturón o un cerco sanitario proatlántico con excepción de Bielorrusia, y que en algunos de estos países, se han instalados misiles balísticos SM-3 (mapa 3). En esta zona de Europa del Este, Rusia sólo cuenta con la base de Kaliningrado (mapa 4) lo que hace que Ucrania con Bielorrusia se mantengan como vecinos aliados del Kremlin, aún más, Ucrania es uno de los mayores compradores de combustible ruso, sobre su territorio pasan varios ductos de gas que suministran este energético a la UE y principalmente a Alemania. El control de estos ductos son sumamente estratégicos (mapa 5); su amplia salida hacia el Mar Negro compromete muchas acciones militares ya que más del 70 % de la infraestructura de la Flota Rusa se encuentra en Crimea con un derecho de mantener hasta más de 300 buques[3]. El Mar Negro conecta con los Estrechos de Bósforo y Dardanelos[4] que dan salida al mar Mediterráneo, y que éste a su vez, da paso al estrecho de Gibraltar y la apertura al mar Atlético (mapa 6). Es uno de los territorios más grandes de los ex satélites, con más de 46 millones de habitantes por encima de Polonia y una superficie territorial de 603.700 km² de extensión. Al día de hoy, su comercio está altamente comprometido con Moscú.
Mapa 3 – Tomado de indrus.in
Mapa 4 – Tomado de nevendjenadija.files.wordpress.com
Mapa 5 – Tomado de en.ria.ru
Mapa 6 – Tomado de worldatlas.com Líneas rojas
y cruz verde, hechas por el autor.
Estos elementos refuerzan la teoría de que lo que está pasando en Ucrania es un asunto geopolítico de alta envergadura ya que alrededor de esta nación las revoluciones de colores proeuropeas colocaron actores políticos altamente fieles a occidente dejando a Kiev como uno de los últimos bastiones por capturar, siendo una de las puertas directas a tierras moscovitas.
No obstante, esta nación como muchos otros ex satélites de la URSS, mantienen en el recuerdo puntos negativos del sistema soviético que claramente afectan su política interna, creando grandes divisiones; por lo cual, la implosión de la URSS fue claramente desfavorable para la economía ucraniana.
La salida de Ucrania es muy difícil pero no imposible ya que si esta nación reflexiona sobre las políticas de la UE hacia Italia, Grecia Chipre, Irlanda y España se dará cuenta que la receta de reformas estructurales será un caballo de Troya de desgracia humana. Incluso Ucrania debe de reflexionar sobre México, país al que se le pintó la integración con EEUU y Canadá en términos de desarrollo; liberalizando la economía, haciendo cambios estructurales y siguiendo recetas económicas que solo desmantelaron el Estado, supeditando el país a entes externos que durante 30 años han hecho de nuestra nación una zona de guerra donde figuramos como los países con mayor cantidad de asesinatos comparados con Irak[5]. México es un ejemplo claro del desastre neoliberal, es una nación que sigue cada una de las políticas del decálogo de Washington, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, entre otras; nuestra deuda externa es increíblemente enorme (354.896.871.000- US$)[6], el crecimiento de nuestra nación es comparable al de Haití, la pobreza se ha agudizado y nuestra subordinación es a tal grado que podríamos figurar como una colonia de los Estados Unidos.
Pero todo esto no quiere decir que Ucrania decline la balanza para comprometerse más con Rusia, sino que debe de colocar por encima de toda su autodeterminación, la no injerencia de otros países y mucho menos permitir grupos ajenos que lo último que buscan es fortalecer a Kiev. Quizá el factor de países como el de nosotros que se encuentran en posiciones geográficas complicadas han hecho que el interés de otros supediten nuestro desarrollo y esto no debe de tomarse como un determinismo geográfico, por el contrario, los espacios se construyen. Y quizá, ésta es una de las mayores razones por las cuales debemos de luchar para buscar caminos libres de injerencia, ya que es este factor, en el que la vida moderna de los Estados-Nación, se muestra como una constante en las desgracias de la humanidad; ya que relaciones de este tipo llevan a una anarquía internacional que tarde o temprano terminan en toda clase de guerras.
Por último, el que Ucrania ceda ante las presiones de occidente es una vulneración de la seguridad a nivel internacional. Esto colocaría un elemento más de inestabilidad ya que el aproximar la influencia de la Unión Europea y de Estados Unidos a las fronteras de Moscú asegura un conflicto inminente.
___
[1] http://www.voltairenet.org/article182074.html
[2] http://www.infowars.com/soros-activists-take-over-ukrainian-government-buildings/
[3] “…Los historiadores afirman que fue el 14 de junio de 1783 cuando se colocó la primera piedra del cuartel de la Marina Imperial Rusa, dando origen al nuevo puerto a orillas del Mar Negro. Sebastopol significa “ciudad majestuosa” en griego. Tras la desintegración de la URSS en 1991, la ciudad, que fue la base principal de la Flota rusa del mar Negro desde hace más de dos siglos, pasó a formar parte del territorio de Ucrania. Situada en la península de Crimea, Sebastopol tiene un estatuto jurídico especial y la antigua base naval soviética de la flota del mar Negro aún es utilizada por la Marina Rusa. Para los ciudadanos de Rusia, cualquiera que sea el país al que pertenezca Sebastopol, siempre ha sido, es y será una ciudad de gloria militar rusa. Los habitantes de la ciudad ya no lo tienen tan claro.” http://sp.ria.ru/opinion_analysis/20130617/157315490.html
[3] http://sp.ria.ru/infografia/20100423/126042611.html
[4] Estos estrechos han tenido una importancia geoestratégica principalmente con la acción de contención a la Unión Soviética la llamada Doctrina Truman de 1947 que contemplaba el apoyo de los Estados Unidos a Turquía y Grecia para no ser influenciadas por el bloque comunista.
[5] http://eleconomista.com.mx/columnas/columna-especial-politica/2011/12/20/mexico-peor-que-irak
[6] http://datos.bancomundial.org/indicador/DT.DOD.DECT.CD
* Colaborador de la Secretaría de Mexicanos en el Exterior y Política Internacional Morena-CEN