Los apicultores denunciaron que desde la presentación del informe final del Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las amenazas en su contra se han intensificado. Responsabilizan a grupos patrocinados por Monsanto por los hostigamientos contra comunidades indígenas.
Regeneración, 13 de junio de 2017.- Debido a la consulta popular en Campeche sobre el cultivo de soya transgénica, apicultores mayas de los municipios de Hopelchén y Tenabo denunciaron que se ha desatado una escalada de violencia y hostigamiento contra las comunidades indígenas por lo que responsabilizaron a grupos patrocinados por Monsanto.
En rueda de prensa, Jorge Alberto Pech Martín, Socorro Pech Pech, José Gaspar Cahuich Cahuich, Angélica María Ek Canché, Luis Vidal Canul Vera, Feliciano Ucan Poot y María Luisa Poot Tucuch, representantes de las 34 comunidades mayas donde se lleva a cabo la consulta, dijeron que rechazan la siembra de soya transgénica por considerarla perjudicial para la apicultura orgánica y otras actividades productivas.
Los apicultores denunciaron que desde la pasada presentación del informe final del Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 8 de junio, las amenazas en su contra se han intensificado.
“Las comunidades mayas de Hopelchén y Tenabo externamos nuestra preocupación por las intimidaciones, las amenazas y la falta de libertad, seguridad y buena fe, así como por los intentos de grupos bien identificados de dividir a las comunidades a causa de la consulta que ordenó la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)”, dijeron.
Además, afirmaron que Monsanto no respeta las recomendaciones emitidas por la ONU y otros organismos internacionales.
“No nos escuchan. Hemos intentado dialogar, pero las autoridades involucradas nunca han volteado a vernos como debe ser. ¿Por qué nos ignoran? Porque somos indígenas. Nos sentimos muy orgullosos de lo que representa cada una de las comunidades”.
“Si no hay apicultura, no hay bosques; si no hay bosques, no hay oxígeno. No estamos manipulados por nadie ni somos un grupito, como se quiere hacer creer. Somos gente originaria que está preocupada por las actividades que están siendo afectadas por el uso de productos transgénicos”, añadieron.
Con información de La Jornada