Por Coni López*
Aunque no se si comprendí las opiniones expresadas en el documento, en una primera impresión me parece que todas apuntan hacia volverse partido como algo inevitable si se quiere llegar al poder por la via comicial, como se le nombra ahí. Mi pregunta es porque no pensar el camino al revés. La confianza en los partidos es ínfima, y siendo realistas, la realidad de los partidos es que han podrido toda la estructura. No son recuperables. Si Morena ya funciona como partido, como se expresa en los documentos: ¿porqué no funcionar como partido sin registrarse? Y ¿por qué no apostar a participar en las elecciones del 2018 con registro ciudadano? ¿no es posible? ¿no hay más que el artículo 39 en la constitución? ¿no podemos construir de aquí a entonces las condiciones para hacerlo posible? ¿qué dicen lxs expertxs?
Si como se dice en los documentos, y yo estoy convencida de ello, Morena representa ya en los hechos una propuesta política sólida y un movimiento social amplio, plural, fuerte, capaz y convincente para dirigir el país, ¿por qué no apostarle con todo a fortalecer ese movimiento y en el camino construir las nuevas reglas del sistema electoral que entre en vigor cuando ganemos la lucha?
Hay mucha experiencia entre nosotrxs la gente que quiere y está con lxs de abajo y va por lxs de arriba, desde la izquierda más radicalmente amorosa. Cómo la reacomodamos para ir reconstruyendo las estructuras que queremos para cuando tomemos el poder? Se irá construyendo en el camino el partido de nuevo tipo del que se habla. Seguramente puede ser lento, pero tal vez, si lo logramos, sea más efectivo. Es momento de estar con lxs de abajo y aun con lxs de más abajo de otra manera. Además de ampliar esta relación, es preciso transformarla. Como diría el movimiento social boliviano, es necesaria la descolonización de nuestras mentes, relaciones, estructuras organizativas, procesos.
Esa transformación no puede darse acercándose a la gente como partido político. Ya no nos la creemos ¿por qué habríamos de creerle a cualquiera que se acerque como partido a convocar a la lucha? La Morena actual, en mi humilde y respetuosa opinión, tiene que limpiarse la mancha de haber caminado tan cerca del PRD, PT y toda la franja partidista con la que se haya codeado.
Solo haciendo política de otra manera y demostrándole a la gente que no son partido político, es decir, solo no siéndolo, tendrán margen de credibilidad para construir el movimiento y el proceso social que añoramos tantos. Porque nuestra población no está necesitada de partidos políticos, sólo sabe de ellos en las jornadas electorales y por sus incumplimientos el resto del tiempo. ¿Por qué iban a adherirse? La única manera de que lo hagan es por prebendas, entonces caeremos en la trampa del sistema electoral, como hasta ahora ha sido. Nuestra ciudadanía tampoco está formada para la participación política, porque han sido décadas de concebir el voto como sinónimo de participación y no como apenas un fragmento de ella. La población mexicana, desde la mas pobre hasta la mas rica en diferentes formas y dimensiones, si acaso es demócrata se limita a votar y opinar asistemáticamente sobre los temas de interés público. En el mejor de los casos participa en estructuras organizativas en los espacios donde lleva su vida: trabajo, escuela, etc. Pero con frecuencia su participación pública se limita a roles de representatividad temporal, de bajo perfil político y fuerte tendencia al burocratismo. Las propias organizaciones políticas gremiales están burocratizadas y muchas de ellas logran aglutinar amplias bases solamente bajo sanciones sindicales, dada la baja participación de sus agremiadxs. Al mismo tiempo, reproducen prácticas sectaristas que desaniman la participación de la gente que no esté directamente en el gremio. Ni que decir de las escuelas y centros educativos, paraísos de la domesticación y enajenación cultural.
Es decir, la experiencia de vida democrática en el país es paupérrima. Es preciso construirla desde abajo, como tanto repetimos. Urge trabajar en los barrios marginados, en las colonias, etc. Urge impulsar el asambleísmo, urge hacer educación popular, urge abrir paso a la creatividad en las estrategias políticas, urge hacer mas integral la lucha revolucionaria, articular nuestras acciones, potenciar nuestras capacidades en la diversidad, urge erradicar el liderazgo unipersonal y construir liderazgos colectivos, trabajo en equipo, desprotagonizar, fomentar la colectividad.
En vez de gastar la energía y los recursos en la creación, formación, estructuración, etc. de un partido, gástenlo en lo mismo, pero como movimiento con la gente desde abajo. Al paso de los años tendrán lxs afiliadxs que necesitan para pedirles que voten por Morena, postulados por sus propias bases. Es decir, pongan (o pongamos porque ahí sí me sumo) la semilla del nuevo partido político otro, que un día postulará a Andrés Manuel.
Por mi parte coincido con la urgencia de reinventar el Estado. Y para eso tenemos que reinventarnos nosotrxs mismxs. Como hemos visto en varias expresiones del actual movimiento social, estamos no en una época de cambios sino en un cambio de época. Tenemos que estar a la altura del momento histórico. No hay solución en este sistema, es preciso rechazarlo del todo y re-construir, re-estructurar, re-diseñar, re-inventar, prácticamente todas las instituciones, las estructuras, los espacios sociales. Pero ese tiene que ser un desafío enarbolado e impulsado por la izquierda auténticamente progresista, porque la izquierda traidora no cabe ni tiene la capacidad de hacerlo. Reflexionemos en las preguntas que se hace este brillante sociólogo, refiriéndose a esa débil y temporal izquierda: “¿Quién podría haber imaginado hace unos años que partidos y gobiernos considerados progresistas o de izquierda abandonarían la defensa de los derechos humanos más básicos, por ejemplo el derecho a la vida, al trabajo y a la libertad de expresión y de asociación, en nombre de los imperativos del “desarrollo”? ¿Acaso no fue a través de la defensa de esos derechos que consiguieron el apoyo popular y llegaron al poder? ¿Qué ocurre para que el poder, una vez conquistado, vire tan fácil y violentamente en contra de quienes lucharon por encumbrar ese poder?…”
No nos engañemos. No hay ningún dato, ningún indicio, ninguna señal nueva que nos pueda indicar que MORENA como partido político será diferente. No lo hay en el propio sistema y estructura electorera -que, así de corrompida e inmunda como es, goza de estupenda salud- ningún indicio de que se pueda volver diferente, o de que se pueda incidir en el para que cambie. Tampoco lo hay en el propio movimiento social que representa el movimiento ciudadano de regeneración. Aun hay mucha gente que conserva el estilo y las prácticas partidistas aprendidas a lo largo de las décadas de dictadura del PRI y de la falsa alternancia con el PAN. Aun hay mucha gente que piensa que hay que comprar los votos, que hay que acarrear a las bases, que hay que dirigir desde los liderazgos unipersonales, que hay que mentir, robar, imponer, agandallar, con tal de obtener el poder y la victoria electoral. Cuidado, compañerxs. No echen por la borda lo que ya han construído.
¡Ánimo, compañerxs, atrévanse a no repetir los viejos errores! Atrévanse a soñar con otra cosa diferente, inventada, construida, levantada, entre todas y todos. Quizá el camino será un poco más largo, pero con seguridad, también será más sólido, auténtico y definitivo.
“El Estado como novísimo movimiento social es un Estado articulador que, aunque haya perdido el monopolio de la gobernación, conserva el monopolio de la metagobernación, es decir, de la articulación en el interior de la nueva organización política.” 1
* Coni López es integrante del Movimiento #YoSoy132 en Guerrero.
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