Pobre, mi México querido, le sangra el pecho, le duele el alma, de tantas jeringas y trasplantes, tanta sangre derramada.
Por: Jorge Pino Bocanegra colaboración de Samantha Savin Meléndez
Conectado a sus venas 3 sueros
Antibiótico de la desesperanza,
Con el hígado destruido
Por los alcoholes insaciables de la codicia
Con las arterias tapadas
Corazón de la pobreza
Latidos de hambre y miseria.
Senil, malgastado, moribundo
Lo aferran a mantenerse con vida
Como el frío se resiste a la primavera.
En silencio grita:
“La hemodiálisis no está funcionando
Mi sangre ya está necrosada, muerta”
Nadie escucha…
Aquellas ratas gordas, infladas de corrupción
Conectan mangueras a sus arterias
Y bañan de sangre nuestros pueblos.
Aquel viejo lobo de mar
Suplica una muerte digna
Una eutanasia sin dolor
Un adiós afectuoso
Así como el fénix.
Promete ya no mutar
Pero si renacer.
Con una exhalación prolongada
Les pide a los becerros del dinero
Que usen sus cenizas como abono para las taladas selvas
Y sus heces como composta para las flores
Que entrelacen sus cabellos
Para limpiar los ríos y los mares.
Llama a los amamantadores de los senos del poder
Que sus tripas las sepulten en la tierra
Para aliviar el dolor que provocaron las mineras
Y volver a regenerar los saqueados metales de la codicia.
Cerrando los ojos se despide de aquellos nietos
Descendencia de los hombres que le dieron vida
Y con un adiós conciliador
Se despide de los hijos de los artistas
Que desde hace tres siglos
Anunciaban su partida.
Pero los genocidas de primaveras
Los violadores de las flores
Los narcotraficantes de la vida
Los devoradores de la naturaleza
Los empresarios sanguinarios
Asesinos de los hombres libres
Le recetan terapia intensiva
Lo meten a quimioterapia.
Y eliminan los benéficos tumores de la utopía
El cáncer de la rebeldía
Con sondas le roban el estiércol
Lo procesan en comida,
Alimento del pueblo
Sus cabellos ahora le pertenecen al viento
Ya no filtran la basura de los ríos.
Su hígado no aguanta más
Suelta más pobreza y deshechos en abundancia
Directo hacia sus venas
Se le desparraman las tripas
Y si morir todavía
Toman sus intestinos para saquear más petróleo de la tierra.
Moribundo, con ganas de morir.
No muere nunca
Ni en una hora, ni en un mes
Ni en puto siglo.
Mi pobre México suda frío
Pretexto para privatizar el agua,
Pobre viejo, monstruo del atropello
Hijo de la injusticia, del despojo y la discriminación
Padrino del genocidio
Pobre, mi México querido
Le sangra el pecho
Le duele el alma,
De tantas jeringas y trasplantes
Tanta sangre derramada.
Y no lo dejan
Los siguen manchando de sangre
Machacándole el cuerpo
Exprimiendo hasta el último centavo
De sus paupérrimos senos
Y el País llora
Llora porque sigue vivo.
Porque al final de los finales siempre se prefiere
El derecho tortuoso de vivir en agonía
Que morir con dignidad.