El investigador mexicano de la UNAM recibió un diploma por su labor que considera el proyecto más importante de su vida académica hasta ahora.
21 de agosto 2014.-La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), reconoció los aportes de Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM y único latinoamericano integrante de la misión Curiosity, la cual cumplió dos años en Marte y comprobó que en el pasado ese planeta tuvo condiciones para la vida.
El premio fue entregado recientemente en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y está firmado por Charles F. Bolden jr., administradora de la NASA en Washington, D.C. “Es el proyecto más importante de mi vida académica hasta ahora”, reconoció el astrobiólogo.
El científico mexicano participó en el diseño, puesta en marcha e interpretación de datos del Mars Science Laboratory (MSL SAM), un equipo portátil de análisis químico a bordo del robot que en 2012 inició su periplo en un antiguo lago marciano; ha recorrido ocho y medio kilómetros en un suelo más duro de lo esperado y se prepara para ascender a la montaña Sharp, de cinco kilómetros de alto, para tomar muestras de las diferentes etapas del planeta rojo.
Entre sus logros, el instrumento SAM ha encontrado evidencia de todos los ingredientes que se requieren para la vida: hidrógeno, carbono, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre, además de compuestos como agua y sulfatos, que estuvieron presentes en el ambiente marciano.
La aventura más emocionante de Navarro comenzó en 2004, una vez que SAM, desarrollado por 15 expertos internacionales, fue seleccionado por la NASA al constituir un equipo que combina alta eficiencia y sensibilidad para analizar muestras de materia orgánica de suelo y rocas in situ, automatización y bajo peso, algo fundamental en una misión espacial.
Hoy, el horizonte del universitario continúa puesto en Marte, donde Curiosity ha concluido su primera etapa de dos años. Mientras, los científicos preparan una ampliación de la misión no tripulada, que podría mantenerse en el planeta vecino de dos a 10 años más, según las condiciones técnicas del robot y el presupuesto que les asigne la NASA.
“Hasta ahora, la misión ha sido exitosa. El robot funciona con energía nuclear suficiente para 10 años y se encuentra en buenas condiciones, salvo un desgaste en una de las seis llantas”, comentó Navarro.
En el proceso, los científicos han tenido escasos problemas, como un retraso de dos años en el lanzamiento (planeado inicialmente para 2009 y concretado en 2011) y han sumado varios éxitos, desde el viaje de ocho meses y medio de Curiosity de la Tierra a Marte, su llegada el 5 de agosto de 2012 y su estancia en ese sitio, donde ha recorrido ocho y medio kilómetros y ha proporcionado datos inéditos de las condiciones del planeta rojo, recopilados en 15 artículos publicados en la revista Science, de los cuales Navarro es coautor.
La búsqueda de sitios semejantes a Marte en la Tierra fue una estrategia que convirtió a Navarro en líder mundial en los estudios sobre las condiciones bioquímicas del planeta vecino. Actualmente, en su laboratorio del ICN realiza un experimento para reproducir la atmósfera primitiva del llamado planeta rojo. En condiciones controladas, mide los elementos y compuestos químicos que teóricamente existieron en etapas, así como las modificaciones que padecen ante ciertas condiciones de presión y temperatura.
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