De lo sucedido en esta zona, se pasó a una ola de rumores y versiones poco claras sobre balazos y disturbios en los municipios aledaños de Chimalhuacán, Los Reyes La Paz, así como los municipios aledaños de Iztapalapa, Iztacalco, Venustiano Carranza y Tláhuac.
Durante la noche del miércoles y el jueves 6 de septiembre, miles de usuarios de redes sociales, especialmente en Twitter, divulgaron temores y versiones sobre estos presuntos enfrentamientos. El hashtag #Neza fue replicado 160 mil 496 veces.
El alcalde saliente de Neza, José Salinas Navarro, así como voceros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana mexiquense, al igual que autoridades capitalinas, incluyendo al jefe de Gobierno Marcelo Ebrard y el titular de la policía, Manuel Mondragón, negaron que hubieran tales enfrentamientos.
“Todo en calma”, fue la frase más mencionada por Ebrard y Mondragón. A pesar de eso, se reportó que algunos comercios de Neza (una manera de mencionar a este municipio sintomático de los conflictos urbanos derivados del clientelismo y la mala planeación que es Nezahualcóyotl) cerraron por temor a que fueran ciertos estos rumores. También preparatorias y algunas escuelas suspendieron sus clases.
Las autoridades policiacas detuvieron a cuatro personas, entre ellas David Guerrero y José Luis Plata, por gritar en megáfonos que militantes de Antorcha Campesina harían desmanes en esta zona.
El episodio es digno de mención no sólo por la proliferación del miedo y de los rumores sobre violencia, sino por la falta de credibilidad de las autoridades que intentaron frenar con información que no convencía a los ciudadanos de estos municipios.
De los balazos al “todo en calma”, algo estaba sucediendo que no podía ser detectado de manera clara.
Los principales noticiarios de medios electrónicos, incluyendo los de Televisa y TV Azteca, decidieron responsabilizar a una plataforma de medios de comunicación (las “redes sociales”) de los rumores, episodio que recordó lo acontecido en Veracruz, entidad donde el gobernador Javier Duarte desesperado por su falta de credibilidad decidió impulsar una ley para criminalizar a usuarios de redes sociales.
Algo se rompió en las alianzas y negocios que se le han permitido a grupos como los de Antorcha Campesina (una de las organizaciones con mayor influencia en los municipios y delegaciones conurbadas entre el Estado de México y la Ciudad de México), quienes de tiempo atrás han utilizado el miedo y la presión contra sus adversarios, y otros de presunto origen perredista.
El problema fundamental son la incertidumbre y el miedo que se han convertido en el hábitat natural del Estado de México. Y si no, que lo digan sus habitantes.