Por Ana María Vázquez
RegeneraciónMx.- Al parecer hay varios partidos que en la elección del 2024 se quedarán sin registro, pero esto no parece importar mucho a sus militantes ya que, ni tardos ni perezosos han tocado la puerta de Morena para ser recibidos, blanqueados, purificados y competir por los muchos puestos que estarán a disposición en una de las elecciones más grandes que hemos tenido, la del año próximo.
La “nueva adquisición” ha sido Rommel Pacheco, el ex clavadista que saltó del deporte a la política, como diputado votó en contra de la Reforma Eléctrica, expanista, expriista y ahora se suma a MORENA.
Las bases no han dejado de levantar la voz, junto con medios afines al movimiento y en las redes se muestra indignación y desconcierto con posts como este:
Por favor, no.
Nos están dejando sin armas ni argumentos
a quienes queremos seguir defendiendo MORENA
@La_Carnala
No se entiende que un partido con la base social con la que cuenta reciba sin más ni más no solo al señor Pacheco, sino a otros “distinguidos representantes” de la derecha, ayer críticos del presidente al que han mencionado públicamente con insultos y que han formado parte de la ola de detractores a los cambios que ha propuesto la 4T desde el ejecutivo.
¿Acaso pretenden Prianizar a la izquierda? ¿para qué queremos mayoría y un Plan C, cuando este pasaría descafeinado y light, dejando en el cajón los verdaderos cambios de fondo?
La verdadera lucha no la han hecho las cúpulas, sino las bases, y es a éstas a las que insultan y traicionan con cada nuevo recibimiento con “bombo y platillo” de gente que apenas ayer los humillaba o como en el caso que cito, votaba abiertamente en la Cámara contra cualquier propuesta presidencial.
Un movimiento que se fundó con convicciones y lucha frontal ante la imposición, ahora recibe y hasta postula personas que no pueden decir qué es la izquierda y solo responden: “yo estoy con Claudia” (y yo también, la pequeña-gran diferencia es que yo sí podría decirte por qué, contrario a lo que declara algún entrevistado); que desconocen los estatutos del partido, que no han pasado ni por curiosidad por las clases del Instituto de Formación Política. ¿Por qué los acoge y respalda Morena?
La cúpula le debe una explicación a las bases, la cúpula de Morena tiene que recoger de ellos ese tremendo disgusto cotidiano y justificar con razones de peso las puertas abiertas, hablar de las promesas y o acuerdos realizados, o explicar escenas como la de Omar García con el líder del Sindicato del Metro, Fernando Espino, del que dijo “(…) estoy seguro que bajo su liderazgo consolidaremos la unidad y el progreso que requiere nuestra ciudad”.
¿Tan pronto se olvidó del golpeteo que se hizo desde el metro a la doctora?
En Hamlet, Shakespeare habla con una metáfora de la corrupción del Estado cuando escribe “Algo huele mal en Dinamarca”, ¿será que podamos tomar la licencia y decir: “Algo huele mal en MORENA?”
¿De qué serviría que todo el país fuera gobernado por MORENA, si eventualmente estuviera el PRIANISMO bajo la capa guinda?