Por Ana María Vázquez
RegeneraciónMX.- A raíz de la conferencia ofrecida por Ernesto Zedillo en el Foro Democracia y Libertad, en Madrid España, se ha vuelto a hablar de un tema que, aunque tenemos olvidado en nuestro día a día, si ha sido uno de las razones por las que el país nunca despuntó en la época del Neoliberalismo, me refiero al FOBAPROA, una deuda con la que tuvimos que cargar y que asumió el pueblo sin ser consultado para, según se dijo, rescatar el sistema bancario, cosa que no sucedió ya que terminaron rescatando y enriqueciendo a unos cuantos.
Al respecto, se ha preguntado mucho en redes con relación a los directamente beneficiados, pues bien, ahí les va la lista de algunos de ellos, según fue filtrada en 2001 por José Antonio Magallanes. Dicha lista consta de 745 deudores, por lo que solamente mencionaré en esta columna algunos:
PERSONAS: Fox Quezada, Aguirre Vizuet, Ballesteros, Madariaga, Labastida Ochoa, Santos de Hoyos, Sada Zambrano, Cabal Peniche, Ángel Rodríguez, Lankenau y Hank Rhon.
EMPRESAS: Gutsa, Dina, Estrella Blanca, Iusa Peralta, Latinlac, Hermes, Pelletier, Mex-Lub, Hotel Aristos, Protexa, PYCSA, SIDEC, TAESA y Tribasa.
Los créditos se otorgaron sin garantía y lo que se nos vendió como “rescate bancario”, resultó en una serie de autopréstamos y rescate empresarial que al 2021 sumaba ya 1 billón 40 mil 507 millones de pesos y por el que cada ciudadano debe, debido a los intereses acumulados, más de 102 mil pesos.
La compra de deuda que el gobierno hizo a los bancos fue entonces de 552,300 millones de pesos, los intereses y moratorias la han elevado a cifras estratosféricas.
Empresarios, banqueros y hasta delincuentes fueron beneficiados con este supuesto “rescate” que solo benefició a la élite que detentaba el poder en ese momento, sin importar las consecuencias desastrosas que, junto con las devaluaciones y el saqueo por la corrupción imperante, hicieron que el país se sumiera en una crisis de violencia y saqueo nunca vista.
Los expedientes se encuentran resguardados por el IPAB, y aunque ofreció auditoria desde el 2001, se ha mantenido en silencio esperando quizá el olvido del pueblo, pero ¿cómo olvidar cuando tú y yo seguimos pagando por una deuda que no pedimos, ni autorizamos y que solo enriqueció a un selecto grupo.
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