#Opinión: Legalidad y transformación en la Buap. (Charla con el Dr. Francisco Vélez Pliego)

Por Víctor Baca

El pasado lunes, charlamos en el programa Adrede, en las instalaciones de la estación Radio en Redes, con el Dr. Francisco Vélez Pliego, sobre el cambio que viene en la Universidad Benemérita Autónoma de Puebla, en la elección del nuevo rector de dicha institución.

El arquitecto, que combina el gusto con los espacios de la ciudad y la sensibilidad sociológica, extitular del Instituto de Investigaciones Sociales, es un hombre preocupado, más que por el cambio de poder que representa la rectoría —se pregunta junto con un grupo de investigadores, maestros y hombres estudiosos de la comunidad universitaria— sobre por el modelo de tarea que la institución educativa más importante del estado y los problemas relacionados con la capacidad de respuesta ante las necesidades del desarrollo y verdadera utilidad que debe surgir de toda instancia educativa superior: “[…] que actualmente solo se suscribe a la parte de los mercados y que no toma en cuenta las necesidades más reales, más complejas que ahora vivimos y que estas deben coincidir tanto en ámbito educativo y cultural , como en la orientación que deben tener las investigaciones que la institución realiza”; sobre todo ahora que estamos en una complicada época de cambio, más tratándose de la máxima casa de estudios del estado de Puebla y la responsabilidad social que debe asumir.

Vélez Pliego sabe que en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el modelo de gestión está pensado, por lo menos desde hace treinta años, administrativamente y no académicamente, por eso se necesita también revisar y transitar hacia un modelo de gestión que apoye realmente las funciones sustantivas de la universidad. Esto ha priorizado el nivel de atención, pues el académico sostiene que “se ha venido profundizando en el análisis, sobre todo, a partir del cambio en las políticas públicas a nivel nacional y a nivel local, con relación a la educación superior, ya que ésta requiere un cambio sobre la base de modificaciones jurídicas, pues la renovación de sus dos máximos órganos de dirección, colegio universitario y el unipersonal, no se están realizando conforme a las verdaderas necesidades ni dentro del marco de legalidad que los tiempos que vivimos requiere”.

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Advertimos que el conocimiento del Dr. Vélez Pliego sobre la universidad es muy vasto, además de una sensibilidad de cómo esta entidad universitaria debe estar vinculada en cada momento con la comunidad y con todo el estado asumiendo con cabalidad la responsabilidad que la propia sociedad le confiere. La universidad, señala el académico, ha cambiado no solo en sus condiciones jurídicas, sino financieras generando nuevas necesidades como la movilidad, la internacionalización, la interdisciplina, la cooperación no solo al interior sino al exterior participando con otras redes mucho más amplia, a nivel nacional e internacional, sobre temas específicos, que no alcanzan su satisfacción debido a que el modelo de gestión está pensado administrativa, no académicamente.

Además, considera que a partir de los nuevos escenarios planteados por las políticas públicas educativas ha propiciado cambios no solo académicos o administrativos, sino abiertamente financieros, lo que ha movido los intereses de los participantes (aquí debemos pensar en los recursos que ingresan a la universidad; más altos incluso que el municipio de Puebla); ante esto, declara su posicionamiento, pues al observar que el responsable de convocar, como requisito de procedencia, es el rector, para la renovación del consejo universitario y no lo ha hecho, y más allá de la pandemia, debió buscar los canales adecuados como garantía de la propia elección de su sucesor.

El problema radica en que todos los procesos de renovación colegiadas y unipersonales siguieron el proceso que marca el estatuto, pues primero se renovaron los consejos de unidad que son los que designan a directores. Esto se realizó de manera adecuada y ahora no entendemos porqué cambia la jugada, puesto que en vez de renovar el máximo órgano de conducción que es el Consejo universitario, optan por autoproclamar una prórroga para la designación del rector y modifica los tiempos para que una vez elegido éste, instruya la renovación del Consejo. Resulta grave, ya que no podemos violar el Estado de Derecho a nombre de la Autonomía.

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La universidad a últimas fechas ha manifestado su necesidad de modificar las condiciones internas de la BUAP e incluso ha mostrado su descontento con algunas circunstancias externas como la violencia, así como la gestión de los derechos universitarios, desde el punto de vista académico. Un desarrollo más equitativo y pareciera que el aparato institucional no solo se niega a ver estas situaciones, sino que a través de una candidatura oficial revela la intención de no buscar el cambio que toda la comunidad reclama. Y de manera inaudita en una universidad de tanto prestigio como la BUAP, se entretejen los mecanismos para que todos los funcionarios y autoridades de la misma institución se sumen a esa candidatura de unidad, negando el principio de una verdadera elección.

Por eso, se debe buscar entre los universitarios el espíritu de legalidad y respeto al Estado de derecho, de libre elección, que lleve a nuestra universidad a caminar, dentro de la aspiración de la excelencia académica, a lado de la trasformación que exige y acontece en el país.

Filósofo, escritor y académico, estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Es autor del poemario Lampos (Cuadrivio) y de la novela Tiempos Libres (Premio Letras Confinadas 2020). Dirigió por más de una década la revista de literatura Tierra prometida.