El Día Internacional de la Mujer suele estar envuelto en polémica, pues muchos se limitan a criticar las formas y omiten los fondos. Cuestionan la intervención del espacio público, pero no mencionan la violencia a la que nos enfrentamos las mujeres.
Por Melissa Cornejo
RegeneraciónMx, 09 de marzo de 2022.- El Día Internacional de la Mujer, conmemorado cada 8 de marzo, suele estar envuelto en polémica y generar debate en torno a él. Lamentablemente, no siempre se trata de la clase de discusiones que son realmente necesarias y urgentes, pues muchos se limitan a criticar las formas y omiten los fondos, cuestionan la acción directa y la intervención del espacio público, pero no mencionan las violencias a las que nos enfrentamos las mujeres todos los días.
Si bien es cierto que en los últimos años las mujeres hemos conquistado espacios y hemos visto avances, —como la reforma constitucional en materia de igualdad y paridad de género, más espacios y representación, la decisión histórica de la SCJN de despenalizar el aborto, por mencionar tan sólo algunos— no podemos cerrar los ojos a la violencia —en todas sus formas—, los abusos y las injusticias a las que nos enfrentamos las mujeres.
En repetidas ocasiones he utilizado mi espacio semanal en esta casa editorial para denunciar a la derecha tramposa que ha buscado apropiarse de narrativas y movimientos legítimos como el feminismo, por lo tanto, estoy absolutamente de acuerdo en que hay ciertos sectores del feminismo que han sido cooptados y que están ahí para golpear a la administración actual, sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata solamente de un porcentaje de feminismo desclasado que no representa a todas las mujeres y, por lo tanto, no podemos permitir que esa pequeña fracción manche un movimiento legítimo que surge de la rabia digna y exige justicia para las víctimas de violencia, desaparición forzada y feminicidios.
Es fundamental tomar esta fecha como una oportunidad y un espacio para reflexionar y pensar un feminismo donde quepan todas las mujeres, que tome en cuenta todas las circunstancias que nos atraviesan y que, desde la interseccionalidad, sea capaz de crear alianzas que, lejos de aislarnos, nos ayuden a tejer redes de apoyo y a abrir la conversación. De otra manera, somos nosotras mismas quienes nos orillamos a cargar con todo el peso, desde lo teórico, hasta las labores domésticas, pues de alguna forma estamos apartando a aliados en potencia y les estamos quitando responsabilidad.
No permitamos un feminismo que nos separa del resto de la clase trabajadora y nos acerca cada vez más a la derecha y a la ausencia de conciencia de clase. No aceptemos un feminismo que tiene como base el herirnos entre mujeres, el fiscalizarnos los genitales y el cerrarnos el paso entre nosotras, cuando la vida desde nuestra piel ya es lo suficientemente dura.
Por último, un par de recomendaciones para los hombres que quieran solidarizarse en esta fecha, pero no sepan cómo: escuchen a las mujeres en su entorno, no busquen protagonizar ni acaparar la conversación este día; tengan conversaciones en casa sobre la distribución de las labores domésticas, y si no lo hacen ya, pregunten con qué tareas pueden colaborar; si tienen hijos, involúcrense más en la crianza y en los cuidados; reflexionen sobre las violencias que ustedes mismos ejercen sobre las mujeres en su entorno; hablen al respecto con sus amigos, cuestiónense y comprométanse a aprender y desaprender juntos.
Sigue a Melissa Cornejo en Twitter como @melishcs