«Para mí, no hay ninguna duda de que comparto una culpabilidad moral», declaró el antiguo SS, de 93 años, durante la audiencia
21 de abril de 2015.-Oskar Groning, el antiguo contable de Auschwitz, juzgado en Alemania por «complicidad en 300 mil homicidios agravados», pidió «perdón a las víctimas» del campo de concentración, durante la apertura de su proceso judicial, este martes en Luneburgo, Alemania.
«Para mí, no hay ninguna duda de que comparto una culpabilidad moral», declaró el antiguo SS, de 93 años, durante la audiencia. «Pido perdón», agregó. «En cuanto a la cuestión de la responsabilidad penal, les corresponde a ustedes decidir», dijo a los jueces.
Groning se expone a una pena de entre 3 y 15 años de cárcel.
Setenta años después de la liberación de los campos de concentración, el juicio contra el excontable de Auschwitz empezó este martes en Luneburgo y podría ser el último contra un antiguo nazi.
Oskar Groning lucía un jersey sin mangas, camisa blanca de rayas y gafas doradas. El viudo nonagenario se desplaza con dificultad.
Ante la afluencia mediática y el número de partes civiles (67 supervivientes y descendientes de víctimas defendidos por 14 abogados), el juicio, que podría prolongarse hasta el 29 de julio, tiene lugar en un edificio alquilado para la ocasión. Desde las 08H30 (06H30 GMT), entre 100 y 150 personas se habían concentrado frente al edificio, vigilado por una decena de policías.
A Groning se le acusa de haber contribuido a la muerte en las cámaras de gas de 300.000 judíos húngaros deportados entre mayo y julio de 1944 en el campo de Auschwitz, en la Polonia ocupada, que se convirtió en el símbolo mundial del Holocausto.
«Siempre hemos tenido la impresión de que nunca se haría justicia. En cierto modo, [este juicio] es una satisfacción», declaró Eva Fahidi-Pusztai, superviviente húngara de Auschwitz, que perdió a 49 miembros de su familia en este campo, a la cadena de televisión N-TV.
Groning se expone a una pena de entre 3 y 15 años de prisión, si bien algunas de las partes civiles dijeron que preferían una pena más adaptada a su edad, por ejemplo, «trabajos de interés general, como contar su pasado en las escuelas».
Su juicio es el último previsto contra un antiguo nazi. Una docena de investigaciones preliminares están en curso en Alemania, pero es complicado que lleguen a buen término por la edad de los sospechosos.
Márgenes de maniobra
Más allá de su destino, la cuestión «es fijar una norma jurídica, que será también moral y política: ¿qué está permitido y qué está prohibido?», considera el historiador Andreas Sander, del museo de Topografía del Terror en Berlín.
Para la justicia alemana, se trata de reflexionar sobre los «márgenes de maniobra» con los que contaban los agentes de un régimen totalitario, analiza el historiador.
«Para mí, es un asesino, pues formó parte de un sistema de asesinatos en masa […]. Es corresponsable de cientos de miles de muertos», declaró este martes al diario Bild Eva Kor, de 81 años, parte civil, llegada desde Estados Unidos.
«Lo que espero escuchar es que haber contribuido a una máquina de la muerte […] es un crimen. Así, en el futuro, nadie más podrá hacer lo que él hizo pretendiendo ser inocente», confía Hedy Bohm, superviviente de Auschwitz llegada desde Canadá.
Ingresado en las SS en 1941, transferido a la administración de Auschwitz en 1942, Groning jura no haber «dado una torta» nunca a nadie. La acusación no le atribuye ninguna violencia directa, pero lo presenta como parte del «engranaje» del exterminio.
Se le acusa de haber recolectado las divisas de los deportados para enviarlas a Berlín y de haber asistido al menos una vez a la «selección» de los deportados entre aquellos considerados aptos para el trabajo y los que eran inmediatamente abatidos.
«Combatir el negacionismo»
Su proceso judicial ilustra la severidad creciente de la justicia alemana con los antiguos nazis, desde la condena en 2011 de John Demjanjuk, exguardia del campo de exterminio de Sobibor (Polonia), a cinco años de prisión.
Este veredicto relanzó medio centenar de procedimientos contra guardias que nunca habían tenido que vérselas con la justicia antes. Groning, testigo en tres juicios, se benefició de un sobreseimiento en 1985.
El antiguo contable, que regresó a Alemania después de la guerra, nunca se escondió. Antes de ser atrapado por la justicia, había contado a la prensa y a la televisión su pasado en Auschwitz, explicando querer «combatir el negacionismo».
Cerca de 1,1 millones de personas, incluidos alrededor de un millón de judíos de Europa, perecieron entre 1940 y 1945 en el campo de Auschwitz-Birkenau.
(AFP)