Panamá protegió con declaratoria a la isla Boná, en el Pacífico. Luego de una consulta pública, protegerán la biodiversidad
Regeneración, 5 de diciembre del 2019. El Gobierno de Panamá declaró este jueves a la islá Boná, cercana al canal interoceánico por el lado del Pacífico, como área natural protegida, luego de una controversia nacional suscitada por la intención de desarrollar ahí una terminal de recarga para abastecer de combustible a barcos.
El ministro de Ambiente, Milciades Concepción, firmó la resolución que crea el “Refugio de Vida Silvestre de Isla Boná” para la isla situada en el Golfo de Panamá, que es un refugio para la anidación y reproducción de aves locales y migratorias de Sudamérica. Panamá
Aves migratorias
Algunas de las especies más importantes son la fragata magnífica y pelícanos, y algunas de las especies proceden de Chile, Ecuador y Perú, dijo el biólogo del Centro de Incidencia Ambiental de Panamá (CIAM), Isaías Ramos. Panamá
“Tiene un patrimonio natural importantísimo”, remarcó Dutari, destacó María Gabriela Dutari, miembro del CIAM. Panamá
“Es el primer paso y quizá uno de los más cruciales para proteger el área terrestre y la Isla Boná y el área marina alrededor, que es un sistema muy importante de biodiversidad”, dijo Dutari.
La consulta
La declaratoria de dio luego de una consulta que tuvo lugar en septiembre pasado y en la que participaron tanto organizaciones como académicos defensores del medio ambiente.
Organizaciones ambientalistas pidieron la declaratoria de protección en vista de que el Municipio de Taboga había aprobado a finales del 2018 una concesión en la isla para una terminal petrolera. Panamá
La concesión se hizo por casi la mitad de la isla, lo que encendió las alarmas de los grupos ambientalistas.
Desarrollo del turismo ecológico
Con la resolución también se busca fomentar la investigación científica del sitio y el desarrollo del turismo ecológico que beneficie a las comunidades cercanas a Boná. Panamá
Panamá ha creado antes áreas protegidas en otras islas, entre ellas Coiba, una reserva natural en el Pacífico declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
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— RegeneraciónMx (@RegeneracionMx) December 6, 2019
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Regenerar hábitats no compensa la biodiversidad y a la naturaleza
Un estudio francés muestra las dificultades de invertir para regenerar hábitats dañados, el problema está en la metodología superficial utilizada
Regeneración, 25 de noviembre de 2019. Las medidas para regenerar entendidas como compensación son procesos muy difíciles, las variables con las que se quiere medir el proceso de regeneración de los hábitats es muy deficiente.
Esto lo muestra un estudio francés sobre campo que llevan a cabo para saber cuáles son las distintas consideraciones de reconstrucción de hábitats dañados.
Incluso si se llevan a cabo adecuadamente, las medidas de compensación para proyectos de desarrollo no permiten equilibrar las pérdidas de biodiversidad.
Carreteras, ferrocarriles, líneas eléctricas, etc, estos proyectos de construcción inevitablemente tienen un impacto significativo en la biodiversidad.
Pero lo más importante es que este impacto debe medirse, y se supone que las consecuencias negativas deben ser «compensadas» para lograr una «pérdida neta cero» en la biodiversidad.
En otras palabras, las medidas que promueven la biodiversidad, deben implementarse en la medida del daño causado.
Entre estas medidas están la restauración de hábitats degradados o la preservación de ciertos ecosistemas.
Pero para evaluar esta compensación, muchas preguntas quedan sin respuesta: ¿qué pérdidas se tienen en cuenta? ¿Sobre qué base evaluar los proyectos?
Investigadores del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) y AgroParisTech publicaron en septiembre en la revista Biological Conservation, un estudio.
Este tiende a mostrar que las cosas están lejos de funcionar satisfactoriamente en el acto de regenerar
La respuesta a «la necesidad de estudiar cómo los planificadores de infraestructura y las autoridades predicen y evalúan las pérdidas y ganancias», se contestó con 25 proyectos.
Esta situación no es la norma, ya que la mayoría del trabajo no requiere autorización administrativa.
Además no pertenece a las categorías sujetas a un estudio de impacto.
Rinoceronte, de 25 años, murió a causa del cáncer. En el mundo quedan menos de 80 ejemplares, se trata de una población afectada por el cambio cl