(*)Argumentando que los criterios ecológicos no son obligatorios sino “inductivos” la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó a la corporación española Hansa Urbana una resolución que le permite destruir Cabo Pulmo incumpliendo con su cometido de proteger el medio ambiente.
Fue declarado en 1995 área natural protegida por las autoridades del país y hoy es un parque nacional con 7.111 hectáreas, el 99% de ellas en el mar. En sus costas habita una pequeña comunidad con 80 habitantes que se encargan de cuidar ese patrimonio natural y ofrecen servicios turísticos como buceo, esquí náutico, paseos en lancha, pesca deportiva y cámping.
Sin embargo, el grupo alicantino Hansa Urbana construirá, con el visto bueno que ya le otorgaron las autoridades medioambientales, un monumental destino turístico integralmente planeado sobre una superficie de 4.000 hectáreas que colinda con Cabo Pulmo.
La ciudad turística, denominada "Cabo Cortés", incluirá hoteles, viviendas, condominios, marinas, campos de golf, centros comerciales, un pueblo para trabajadores, iglesia, servicios médicos y un aeropuerto para aviones privados, entre otras instalaciones.
El director del parque nacional Cabo Pulmo, Javier Alejandro González, explicó en una entrevista con Efe que el proyecto prevé erigir hasta 30.600 habitaciones de hotel ó 10.200 más residenciales.
Diversos grupos civiles se han manifestado en contra, uno de ellos está liderado por la estadounidense Wildcoast/Costa Salvaje, las mexicanas Niparajá, Pro Natura Noroeste, Comunidad y Diversidad, Amigos de Cabo Pulmo, académicos del centro Scripps de EEUU y la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Uno de sus miembros, el oceanógrafo mexicano Octavio Aburto, del Instituto de Investigación Scripps, dijo a Efe que el valor de Cabo Pulmo radica en que es un ecosistema que ayuda a repoblar las comunidades de peces "en las áreas adyacentes al parque, lo que permite incrementar la producción pesquera, que es la base de algunas economías en el Golfo de California".
Los cálculos de Aburto señalan que el arrecife tiene en promedio 5 toneladas de peces por hectárea, el 60% de las cuales son especies depredadores grandes, como tiburones.
Por su parte, Fay Crevoshay, directora de comunicaciones de la ONG Wildcoast/Costa Salvaje, argumentó que los varios campos de golf que tendrá la ciudadela turística "emplean una serie de químicos que cuando llueva caerán al mar y matarán los corales".
También manifestó que es "esquizofrénico" que las autoridades mexicanas creen un parque nacional, lo conserven durante años y luego "den un permiso a un constructor para destruirlo".
"Qué van a ver las próximas generaciones que vienen aquí, no sólo de México sino del mundo entero: un arrecife destruido y muerto", se lamentó Juan Castro, líder de la comunidad que habita en Cabo Pulmo y que se encarga de cuidar ese frágil ecosistema marino desde hace 15 años.
Textualmente, la Semarnat afirma en la página 53 del resolutivo que “los criterios ecológicos son lineamientos destinados a proteger el ambiente…, y … no tienen un carácter obligatorio, se considera que son inductivos”.
“Es vergonzosa y preocupante la aprobación de Semarnat para este proyecto. Lo que muestra claramente, es que la dependencia responsable de proteger el medio ambiente no puede hacerlo, y en vez de decir NO con claridad y en voz alta por los impactos del proyecto, dice sí, con atenuantes ambiguos para que la empresa pueda comenzar a construir”, abundó Olivera.
"Que la Semarnat apruebe la construcción de una nueva ciudad en una zona semidesértica es un ecocidio para el parque marino de Cabo Pulmo y no lo vamos a permitir”, Patricia Arendar directora ejecutiva de Greenpeace México.A pesar de poner condicionantes al proyecto y de restringir la construcción de una planta desaladora y más infraestructura a otras autorizaciones en materia de Impacto Ambiental, la Semarnat está aprobando el desmonte de 1,248 hectáreas para la construcción de 2 campos de golf de 18 hoyos, conjunto de vialidades (131 has), 17 km de acueductos y una marina para 490 embarcaciones y 27,111 cuartos, es decir, casi la misma cantidad de cuartos (28, 000) que tiene Cancún de acuerdo con datos de la propia Secretaría de Turismo. Durante su máxima operación Cabo Cortes producirá aproximadamente 39,000 toneladas de residuos sólidos (1.97 kg/persona/día).Con estas características, el megadesarrollo Cabo Cortés pondría en grave riesgo la supervivencia de Cabo Pulmo que es una reserva marina en la cual la cantidad de peces y su tamaño se ha incrementado en más de 400 por ciento debido a que tiene una productividad biológica cinco veces mayor que el promedio de los arrecifes en el Golfo de California y posiblemente que cualquier otro arrecife en México. La zona, por ello, goza de unos elevados estándares de protección, ya que fue calificada como Parque Nacional Marino y es Patrimonio Natural de la Humanidad para la UNESCO.
Con las presiones para construir Cabo Cortés, Hansa Urbana busca nuevos destinos ante el frenazo brusco que desde el año 2007 vive el sector inmobiliario y constructor en España, caracterizado por el estancamiento y la falta de financiación, “Hansa busca reproducir en México el modelo que tan buenos resultados económicos le dio aquí, aunque a costa de un impacto medioambiental y ahora también social inaceptable”,. “Las autoridades mexicanas no deberían escuchar estos cantos de sirena. El fracaso de este modelo en España y sus altos costes en términos sociales y medioambientales están más que demostrados”, señala Mabel González, de Greenpeace España.
“Este gobierno debe replantear su política de Estado en materia de turismo ya que no se puede promover el año del turismo y al mismo tiempo autorizar proyectos que depredan los ecosistemas. Que la Semarnat apruebe la construcción de una nueva ciudad en una zona semidesértica es un ecocidio para el parque marino de Cabo Pulmo y no lo vamos a permitir”, dijo Patricia Arendar directora ejecutiva de Greenpeace México.
{jcomments on}