El Centro de Derechos Humanos de la Montaña asegura que las reformas privatizadoras promueven la discriminación y desigualdad, aumentan la pobreza y el sufrimiento de las familias que habitan en la Montaña y la Sierra.
Regeneración, 5 de julio de 2016.- El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, asegura que desde Guerrero, “la montaña está inquieta. Está atenta a lo que sucede en el país”.
A través de un artículo publicado en su página web, indicó que gracias a la experiencia que se tiene en los pueblos, se sabe que los políticos son “personajes truculentos” que nunca cuentan la verdad y se empeñan en saquear las finanzas públicas.
“Son déspotas y les encanta la adulación. Maltratan a la gente por el simple hecho de pertenecer a una comunidad indígena. A las organizaciones sociales que luchan por sus derechos y que tienen el valor de denunciar sus abusos, los aborrecen e ignoran. Se especializan en tomar poses arrogantes y pendencieras”.
Asimismo, señala que con las reformas privatizadoras se promueven la discriminación y desigualdad, aumentan la pobreza y el sufrimiento de las familias que habitan en la Montaña y la Sierra.
Estamos, dice Tlachinollan, ante un sistema que niega educación básica a los pueblos indígenas. No hay maestros, las escuelas están cayéndose y las niñas y niños deben caminar horas, cruzar ríos que no tienen puentes colgantes desde que las tormentas se los llevaron y eso, a las autoridades educativas poco les preocupa.
“A las autoridades educativas no les preocupa que las mujeres indígenas se ubiquen en la escala social más baja. La inequidad de género es más agresiva, porque los mismos padres les impiden que estudien”, además, indica que las mujeres y madres jóvenes están “condenadas a morir por ser pobres e indígenas” ya que además se les niegan los servicios básicos de salud porque las autoridades alegan que “los indígenas no se merecen un médico ni una clínica en su comunidad. Dicen que así lo dicta la norma oficial mexicana, valiéndoles un bledo lo que mandata la constitución”.
Los pueblos están molestos y del coraje han sabido organizarse para “recuperar sus instituciones y revalorar su cultura, lengua y territorio”. Entienden ahora que es la gente de afuera, la que ha intentado imponer su sistema religioso, político, económico y social.
“La deuda con los pueblos es inconmensurable. No hay manera de revertir esta injusticia añeja. Lo más cruento es que el gobierno federal continúa a todo galope con esta depredación. Se han casado con los postulados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y a pie juntillas se empeñan en seguir colonizando los territorios ancestrales. El modelo privatizador representa los nuevos espejitos de los neocolonizadores que ofrecen el paraíso a los pobres a cambio de extraer sus bienes y sus mismos saberes milenarios”.
El texto también habla sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y como el pueblo de Guerrero se ha hermanado después de la tragedia que sacudió a México.
“La tragedia de los padres y madres de los 43 ha despertado más el sentido de hermandad. Se han reencontrado como personas que han sido víctimas de un gobierno que los desprecia y desecha. Los padres y madres de la Montaña, tienen también a hijos que fueron desaparecidos y ejecutados. Cargan con el dolor de no saber de su paradero y de nunca encontrar justicia”.
Tlachinollan indica que los pocos maestros y maestras de la Montaña, tienen que pasar hambre, carencias y pobreza con tal de enseñar las primeras letras a los más jóvenes.
“En todo momento se ven obligados a resolver las necesidades más urgentes que tiene la escuela. Arman con palos y con el apoyo de los papás y mamás, su salón de clase. Sobre la tierra, con los pies descalzos y con el estómago vacío, los niños y niñas de la Montaña realizan la hazaña de aprender a leer y escribir”.
Y habla sobre Aurelio Nuño, Secretario de Educación, y la forma en que quiere desmantelar el sistema educativo.
“Para Aurelio Nuño, es irrelevante estudiar y ser maestro. Es una profesión que se puede prescindir, por eso ahora cualquier profesionista lo podrá relevar sin tener base ni perfil. De lo que se trata es desmantelar un sistema educativo que genere entre los maestros y maestras arraigo en las comunidades olvidadas y que estén comprometidos con los papás para luchar juntos contra la desigualdad y la discriminación”.