El estado de Yucatán se ha posicionado como un ejemplo de cómo se hace la «transformación» de las energías verdes, sin embargo la realidad de sus parques eólicos dista de ser verdes.
RegeneraciónMx, 15 de abril de 2022. Los parques eólicos instalados en el estado de Yucatán están afectando los manglares de la región, contaminan a los habitantes y no dan un acceso más barato a la energía eléctrica para la comunidad.
Estas denuncias son parte del descontento que existe por parte de los ciudadanos que han señalado que los parques que buscan dar solución al problema energético afectan más de 2 mil 500 hectáreas de manglar se encuentran en proceso de degradación en la región de Yucatán.
Ecologistas de la Asociación Pronatura Yucatán señalan que desde la edificación de las plantas eólicas se han registrado impactos ambientales serios ya que el “peso en toneladas de los aerogeneradores que se instalan son una amenaza para el suelo kárstico de Yucatán, el cual consiste en roca caliza que se fragmenta con el paso del tiempo formando huecos, y en el que se filtra el agua de la lluvia con rapidez».
LO QUE SE GENERA EN EL ESTADO DE YUCATÁN ES CONTAMINACIÓN, NO ENERGÍAS VERDES
En la columna de Eduardo Esquivel Ancona, se señala que en el estado de Yucatán operan cinco parques eólicos y solares, que en total tienen una capacidad instalada de 300 mega watts: dos en Progreso, uno en Peto, otro en Tizimín y el de Dzilam de Bravo.
De acuerdo con el Gobierno del estado, están en desarrollo otros 24, para los cuales se invertirán más de 84 mil millones de pesos.
El gobernador Mauricio Vila Dosal ha dicho que con los cinco parques eólicos y solares más la aportación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el porcentaje de energía limpia que representa el consumo energético de Yucatán se aproxima al 50% lo que pone a su estado la altura de Dinamarca y Finlandia.
Sin embargo, la realidad es que la ciudadanía expone lo que realmente pasa con estos parques que fueron construidos para beneficiar a la sociedad, pero terminaron por ayudar a los privados.
Los habitantes señalan que se ha dado una degradación en la región de Yucatán, como consecuencia de la construcción de carreteras y el desarrollo de parques eólicos y fotovoltaicos. También reiteran que las obras, al estar cercanas a las áreas de manglares, hace que se pierdan los flujos hidrológicos y les causa la muerte paulatina a estos.
Y para agregarle el tema de la desigualdad, en la península yucateca que es el sitio donde se encuentran estos centros de generadores de energía, las tarifas eléctricas para los domicilios están muy altas y el servicio no es bueno por los continuos cortes a la electricidad que hay en esa región, pero eso sí, las grandes empresas sí gozan de bajos precios por el servicio.
No cabe duda que, a pesar de los intentos de querer evolucionar a energías verdes, la afectación termina siendo negativa a lo que se busca. ¿Qué pasará con esto?