Aunque el último suceso violento en el penal de Topo Chico es uno de los más graves registrados en centros penitenciarios de México, no es un caso aislado.
Regeneración, 11 de febrero de 2016.- Los penales en el estado de Nuevo León presentan una sobrepoblación de hasta el 40%. Existe además un déficit de custodios y detrás de sus rejas hay conflictos graves de hacinamiento y casos de explotación sexual en las cárceles de mujeres.
Así lo había confirmado el equipo de transición en temas de seguridad del ahora gobernador Jaime Rodríguez. El día de hoy pasados los eventos violentos en el penal de Topo chico, la comisión Nacional de Derechos Humanos emitió, en un comunicado, un expediente de oficio para investigar los acontecimientos en que perdieron la vida más de 50 personas.
En el estado existen tres penales (Apodaca, Topo chico y Cadereyta) con una población de más de 8,000 reos. Y uno más en el municipio de pesquería cuya construcción se pausó debido a la falta de recursos federales para su conclusión.
De acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2014, el penal estatal denominado Centro Preventivo y de Reinserción Social Topo Chico, en Nuevo León, obtuvo una calificación promedio de 5.72, tras la evaluación de los “Aspectos que garantizan la integridad física y moral de interno”, donde obtuvo 4.74; “Aspectos que garantizan una estancia digna”, 5.34; “Condiciones de gobernabilidad”, 4.44; “Reinserción Social del Interno”, 6.25, y “Grupos de Internos con Requerimientos Específicos”, 7.85.
Aunque el último suceso violento en Topo Chico es uno de los más graves registrados en centros penitenciarios en México, no es un caso aislado. Monterrey ocupa el quinto lugar en sobrepoblación penitenciaria en todo el país, cifra que es superada por entidades como Tamaulipas.
El hacinamiento en el estado del que se tiene registro es de más del 50% por encima de la media nacional. Centros de Readaptación Social como el de Apodaca rebasan esta cifra llegando incluso a contar con un 79% por encima de su capacidad normal.
Los servicios además, en centros como el de Apodaca, son extremadamente deficientes, no hay suficiente atención odontológica ni psicológica, ni otros servicios médicos lo cual vulnera el derecho a la salud de los presos.
Sobre Topo Chico se ha hecho evidente la falta de eficiencia en la separación entre hombres y mujeres y entre internos sentenciados y procesados.
Además existen graves situaciones de esclavitud sexual y violencia hacia las mujeres que ya han sido documentadas y denunciadas sin que haya respuesta por parte de las autoridades. En 2013 el hacinamiento en el área de mujeres del penal de Topo Chico era de al menos un 63 por ciento. Las condiciones en las que duermen las reclusas es inhumana: duermen en el suelo, se comparten las camas de piedra o las literas. La comida es escasa así como los artículos de aseo personal. Muchas de las internas tienen a sus hijos viviendo con ellas y muchas son explotadas sexualmente, situación conocida por autoridades y custodios.
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Se tiene conocimiento, gracias a diagnósticos realizados por la CNDH, de situaciones de autogobierno (falta de gobernabilidad de autoridades) en internas que son controladas por grupos delictivos del área varonil.
Con información de CNDH y La Jornada.